El mercado inmobiliario de la provincia de Huelva avanza a dos velocidades muy distintas y dibuja un mapa de contrastes que pocas regiones españolas igualan con tanta claridad. Por un lado, el litoral onubense experimenta una escalada de precios impulsada por la presión turística y la alta demanda de segunda residencia; por otro, algunas comarcas del interior languidecen con valores mínimos. Esta brecha territorial no deja de ensancharse y consolida una realidad con dos caras donde la distancia económica entre el norte y el sur de la provincia, entre el interior y la costa, supera ya el abismo de los 2.000 euros de diferencia por metro cuadrado.
En este escenario, un municipio del Andévalo se erige como el punto más económico de toda la geografía onubense. Se trata de Santa Bárbara de Casa, una localidad donde el precio del metro cuadrado ha descendido hasta situarse en los 163 euros, según datos publicados por el Portal Estadístico del Notariado. Esta cifra, que marca un mínimo histórico en la provincia, convierte al pueblo andevaleño en un caso paradigmático de la devaluación inmobiliaria que sufren las zonas afectadas por la pérdida de población derivada de la falta de relevo generacional y ésta a su vez de la ausencia de oportunidades económicas.
Para comprender este llamativo dato, es necesario ponerlo en contexto frente a los gigantes inmobiliarios de la costa. Adquirir una vivienda en Santa Bárbara de Casa es, hoy por hoy, trece veces más barato que hacerlo en los enclaves más caros del litoral. Mientras que en la localidad fronteriza el metro cuadrado apenas supera los 160 euros, en el municipio de Almonte —que incluye el núcleo de Matalascañas y El Rocío—, el precio medio se dispara por encima de los 2.150 euros.
La comparativa no es menos sorprendente si se observa Punta Umbría, otro de los motores del mercado provincial, donde el metro cuadrado también rebasa la barrera de los 2.100 euros. Incluso Huelva capital, con un precio medio que ronda los 1.500 euros por metro cuadrado, multiplica casi por diez el valor de la vivienda en Santa Bárbara. Esta disparidad refleja dos realidades socioeconómicas que conviven en una misma provincia: un litoral tensionado por la demanda y un interior donde el parque de viviendas busca compradores a precios casi simbólicos.
El caso de Santa Bárbara de Casa ilustra el difícil problema que atraviesan comarcas como el Andévalo y en menor medida la Sierra. Lejos de la especulación urbanística, estos municipios ofrecen oportunidades de compra por importes que serían impensables en cualquier capital andaluza, permitiendo teóricamente adquirir inmuebles de 100 metros cuadrados por menos de 20.000 euros, aunque el estado de conservación de muchas de estas propiedades requiere a menudo reformas integrales.
En cualquier caso, esta polarización del mercado onubense no parece tener visos de corrección a corto plazo. Mientras la costa sigue marcando récords y atrayendo inversión foránea, pueblos como Santa Bárbara mantendrán a raya sus precios, esperando atraer a nuevos vecinos que busquen refugio lejos de la inflación inmobiliaria que sufre buena parte del país.
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