confidencial
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Si creían ustedes que eran las televisiones las únicas que contraprogramaban para disputarse a la audiencia en prime time, están bastante equivocados. En los tiempos que corren nadie puede permitirse el lujo de perder cuota de mercado y cuesta bastante permanecer impasible mientras vemos cómo el público –los consumidores, nuestros clientes potenciales- sale disparado hacia la competencia.