confidencial
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Como niños, y nunca mejor dicho. Imagínense: un grupo de amigos que queda en levantarse más temprano de la cuenta para poder adelantarse a la ‘pandilla’ rival y robarle la silla en clase. Cuando el otro grupo llega se pone a reclamarla en plan pueril y se niega a ocupar los asientos que quedan libres, aunque finalmente lo hacen a regañadientes, entre miradas de reojo, cuchicheos y vueltas de cara airadas.