El baile y la estrellas
Hay alineaciones que suenan como los ángeles, esas que se recitan de memoria, que no admite discusiones, que los colores no cuelan porque sus nombres lo llenan todo.

Y hay líneas que enamoran al primer golpe de vista. Lo dijo Menotti hace mucho tiempo. “Los equipos son el baile de las parejas; si se entienden y no se pisan los tobillos al bailar, entonces nos divertiremos”, vino a decir el prestigioso preparador argentino.
Sumaremos uno y llegaremos a la tripleta, la que ha formado el Recre para la presente temporada, en vanguardia, en la parte definitoria. Szymanowki, Chuli y Quiles. Casi nada. No sé si habrá algún rival en la categoría que presente tanto lustre. Luego habrá que ver cómo bailan. Pero en principio a uno se le ilumina la cara.
Es el empujón definitivo para que el recreativismo se entusiasme si es que no lo estaba ya. Esta temporada, tan diferente y exigente a la vez, propondrá batalla desde el principio. Aquí no valdrá la segunda vuelta. Cuenta solo el presente. Ganar. Y así en repeticiones hasta el infinito. Todo lo que no sea eso será tener que tomar ibuprofeno a saco.
Por ahí, todo perfecto. Solo falta que un club como el Recreativo no tenga que aplazar o suspender un partido de pretemporada por el mal estado del campo de su ciudad deportiva. Hay cosas que siguen chirriando. Porque para que las estrellas brillen el cielo tiene que estar despejado. Veremos cómo está el Colombino cuando empiece el baile. Por lo pronto, la ciudad deportiva sigue arrastrando los problemas de siempre. Y eso que esta vez, como consecuencia de la maldita pandemia, ha habido tiempo suficiente como para que el aspecto fuese otro bien distinto.