Tartufos
En el Diccionario de la R.A.E, encontramos:Tartufo: (por alusión a ´Tartufe´, protagonista de una comedia de Molière)1. (masc.) Hombre hipócrita y falso.
Pensaba yo, mientras presenciaba la obra de teatro del mismo nombre, que fue representada con notable éxito en el Gran Teatro hace unos días, cómo la literatura ha trascendido, con sus personajes, hasta la vida diaria y existen numerosos de ellos que han dado nombre a formas de ser o comportarse de las personas, impregnando así el arte de la palabra escrita el lenguaje mismo. Tenemos así, quijotes, celestinas, romeos y don juanes, como también tartufos.Pensaba yo esto mientras seguía, reconozco que con dificultad, el verbo rápido y vibrante (a veces en exceso) de la adaptación conducida por Hernán Gené de la comedia que Molière escribiera a mediados del siglo XVII: Tartufo es un ladino y cínico personaje que, con beaterías y buenas palabras se ha ganado la confianza del rico y bonachón Orgón, hasta tal punto que éste sólo ver por sus ojos; llega a tal esta ceguera que se aviene a ofrecerle la mano de su joven hija (y por tanto, lo convierte en su heredero) mientras que el truhán trata de conquistar a también confiada esposa a sus espaldas; mientras, su criada Dorina y su hija Mariana, intentan que abra los ojos ante el engaño.José Ángel Ejido (como el rico Orgón), Nathalie Seseña (como la criada Dorina), Itziar Miranda (con el doble papel de la hija Mariana y la esposa Elmira) y Roberto San Martín (como el novio de Mariana, Valerio) formaban el corto reparto que mantuvo el interés del público en el texto con gran habilidad, buen pulso en la dialéctica y capacidad para la comedia. El director argentino, quien se reserva además el personaje del oscuro Tartufo (quien por su aspecto parece salido de una película de Murnau o Fritz Lang), ambienta la obra en los años veinte dándole un original toque de referencia cinéfila: los gags entre escenas en que los actores se mueven a gran velocidad y exagerados gestos, sólo escuchamos la música de la época pero no lo que hablan, como en las películas de cine mudo. Molière escribe y estrena esta historia en mitad del reinado de Luis XIV y Gené la resitúa a principios del siglo XX (desnudándola en buena parte de la crítica religiosa que hizo que inicialmente fuera prohibida), pero sigue estando totalmente vigente: El genial autor francés suele abrir en sus obras (El Avaro, Don Juan, El Misántropo, El Enfermo Imaginario…) el debate sobre la doble moral y el claroscuro de la condición humana, el cual es atemporal.Tartufos conocemos todos, seguro. Yo, algunos de la peor calaña y me revuelven el estómago, y me indignan aunque su existencia no me sorprende, siempre tuve instinto para verlos venir desde lejos. Lo que sí me sorprende es que existan 'Orgones': personas que, por ceguera o temor, se dejan comer el terreno por 'Tartufos' que, con discurso vacío, o los asustan o los atolondran, para apropiarse de su patrimonio, económico o personal, sin la más mínima queja o protesta, dejando amordazar su pensamiento y encadenar su voluntad. Que no cuenten conmigo unos ni otros.