27.393 días
Cuando los hijos de una misma madre rompen a violencia y delimitan sus pareceres a crueles golpes, algo muere en aquella que con sudor y sonrisas los trajo a la vida con el fin de la hermandad, y no el del terror. Hace 27.393 días una madre rompió a llorar; hoy muchos siguen negándole un pañuelo.
No miente la sabiduría popular cuando menta aquello de que quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo. Este Estado que hoy cobija tantas divergencias, tantas semillas de una flora tan infinita como concéntrica parece jugar al escondite con aquellos recuerdos que, aunque dolorosos y dañinos, no son más que otra de esas múltiples estocadas que le dan su carácter tan propio.
España; Reino, Nación, Estado u otros espurios sinónimos utilizados, aún parece derramar gotas de lágrimas, y otras tantas de sangre, al recordar un 18 de Julio del que el tiempo no ha conseguido sosegar ni dar lección. Más si cabe, los tan lastrados hijos de una misma tierra siguen vociferando a voz en grito su papel de defensores de su verdad, aquélla que antepuso intereses a verdades, muertes a vidas, dolores a familias.
Siguen existiendo bandos, pero éstos no luchan ya en trincheras en secanos y áridos montes, o en plazas de diferente color según la mañana que amaneciera; los bandos hoy solo rememoran para no olvidar, para mantener una herida abierta que hace mucho tiempo debió cerrarse y dejar una marca tan notable que no permitiera que se clavaran de nuevo envenenados dardos.
La objetividad, los hechos, la realidad, estuvieron ahí y cada cual deberá asumir su culpa eterna. Unos más que otros; pero no algunos por los otros; y sin embargo, el provecho en dividir sigue marcando hojas de rutas sucias y pestilentes.
Dentro de algunos años no quedará nadie que tuviera que sufrir las heridas de una Guerra de hijos; pero pocos serán capaces de, con ojos críticos, defender la verdad que no exculpó a nadie. Y eso si será culpa nuestra, la de no haber logrado unirnos para enseñar que la muerte mata, el dolor duele, y los perjudicados… siempre seremos los mismos.
Hace 27.393 días estalló la más triste guerra de esta mancha de tierra llamada España; demos un paso adelante y no emborronemos más las páginas de su libro.