Fallos propios y ajenos
Toca hacer balance de la segunda derrota de la temporada. Parto de la base de que toda derrota duele, pero que le quiten lo bailado al equipo de Oltra en estas diez primeras jornadas en la Liga Adelante. Un más que buen inicio de temporada de los albiazules, instalados en la zona alta de la tabla y que en cada jornada deja pinceladas de que está en el camino correcto.
Ante el Betis, un equipo a priori superior, el Recre compitió bien en la primera parte y le puso las cosas difíciles a los locales en un partido con un ambiente en las gradas que por momento fue un polvorín y casi un manicomio, con gritos en contra de su entrenador y su directiva incluso con el marcador a favor. Una baza que podría haber sido importante, pero que el Decano no supo aprovechar.
La realidad nos dejó una derrota cimentada en varios factores. Primero por los fallos de una defensa que mostró una versión más vulnerable y que para la próxima cita liguera se quedará sin dos de sus puntales. Segundo por el bajón físico que experimentó el equipo en la segunda mitad, tras decepción que supuso encajar el segundo gol de penalti tras el buen trabajo realizado. Y tercero por la actuación del colegiado, con una actuación que sacó del partido a los jugadores. Continúas faltas y cartulinas, con un desigual baremo, al no medir con el mismo rasero a los dos equipos.
No olvidarme tampoco del rifirrafe entre Oltra y Velázquez en el final del partido. No es bueno para el fútbol este tipo situaciones y aunque los dos protagonistas han preferido quitarle hierro al asunto, algunas voces acusan al técnico del Decano como el iniciador de esta absurda polémica. A buen seguro que el castellonense no le gustó ver como el rival realizaba dos cambios en el descuento del partido, para perder tiempo en un partido donde los recreativistas ya estaban con nueve jugadores. Ocurriera lo que ocurriera, el partido de Sevilla ya es pasado.
Ahora toca centrarse en el importante partido del próximo fin de semana contra el Numancia. Una buena oportunidad para reencontrarse con la victoria y de paso para volver a vibrar con el recreativismo. Ese que se dio cita en el Benito Villamarín con sus más incondicionales y volvió a dar una lección. Grandes.
