Galgos o podencos

Mientras, a nivel nacional los dos Señores R siguen su disputa, más que uno contra el otro, contra ellos mismos: el primer Sr. R, más enfrascado por evitar el hundimiento particular de su partido que el general del país y el otro Sr. R, a punto de morir de éxito, mientras sus colaboradores ya se están repartiendo las carteras (esperemos que ésta vez no sean de Louis Vuitton…) mientras prometen que, a partir del 20N, van a deleitarnos con el milagro de los panes y los peces.De fondo, no obstante, resuena el eco, cada vez menos sordo, del 15M. Ahora ya con marchamo internacional y cuya última ráfaga a tener en cuenta ha tenido lugar este sábado, a la sazón en el menos estético y más confuso (tipográficamente) 15O.  Esperemos que los grupos de exaltados (yo diría camorristas mercenarios) que se reúnen en torno a cada manifestación no revienten el cimiento de esta legítima oposición a este sistema fracasado y cínico: fracasado porque salta a la vista que no resuelve los problemas más que de unos pocos y cínico porque éstos lo defienden, al ser acorralados por la evidencia, con la lacónica excusa “es el menos malo de los sistemas”.  Claro, si lo comparamos con la esclavitud, el feudalismo o la limpieza étnica, seguro que es el menos malo entre ellos.Me recuerdan estos pusilánimes al mal pintor (los hay muy buenos, no quepa duda): cuando estoy acabando una obra y no tengo claro el tono de pintura para dar a la casa y yo le digo “hazme unas pruebas”; al día siguiente llego y me encuentro cuatro cuadrados de 60x60 de colores ocre, grana, azul celeste y amarillo pollo, medios al exterior o pastel al interior. No conoce otros ni se plantea que puedan existir. Al final, por supuesto, me decanto por dejar la pared de color blanco, más por miedo al desastre que por convicción. Mientras, en Huelva, como diría Julio Iglesias, la vida sigue igual: PP y PSOE han tirado de fondo de armario y echado mano del traje azul marino de siempre. Báñez vs Barrero y Guerrero vs Conde; más de lo mismo.  Por lo visto hay que hacer muchas reformas contra la crisis pero ninguna de ellas pasa por buscar caras e ideas nuevas que, a buen seguro, abundan en ambas formaciones, aunque ya dudo de que tenga arrestos para emerger sobre tanta monotonía.Así, todo el hervidero de la calle recibe la espalda de los políticos 'de carrera', que se empeñan en seguir con la eterna discusión de si son galgos o podencos, cuando la jauría de la crisis ya nos ha dado alcance y está comenzando a devorarnos la pierna.  La que nos queda, la otra la perdimos hace tiempo.