DIPUTACIÓN PROVINCIAL
Dos siglos forjando la Huelva del futuro
Ni siquiera echando mano de la imaginación de nuestros historiadores resultaría fácil adivinar cuál habría sido el destino de este rincón del suroeste español si hace 200 años no contáramos con la Diputación Provincial.

Pero, ¿es posible que la mera existencia de una institución haya servido para cohesionar territorios tan diversos como los que Huelva tiene la fortuna de poseer? Todo parece indicar sí, aunque dos siglos es un periodo lo suficientemente amplio como para introducir toda suerte de matices a esta afirmación. Sobre todo porque el lapso de tiempo que transcurre desde 1822 hasta la actualidad es uno de los más convulsos y apasionantes de la Historia de España. Su origen no pudo ser menos plácido: podemos remontarnos unos años atrás, a 1812, cuando la Constitución de Cádiz 1812, la primera del país, recogía una nueva división del país por provincias y la creación de las diputaciones. En aquel momento España libraba una guerra contra los franceses, con agridulce final. Los invasores fueron expulsados, pero el país pagó un alto precio por ello: el regreso al trono del rey Fernando VII, que devolvió la nación en 1814 a la oscuridad del absolutismo, dejando sin efecto la carta gaditana, ‘La Pepa’. Hubo que esperar a su reactivación durante el trienio liberal entre 1820 y 1823 para aplicar con ella la nueva división del país en provincias gobernadas por sus respectivas diputaciones.

Fue cuando Sevilla, Huelva y Cádiz separaron sus caminos y la provincia onubense pudo comenzar a forjar su propia identidad, ya que en ese momento formaba parte del Reino de Sevilla. Pese a fechar su origen el 7 de julio de 1822, su primer recorrido fue bastante efímero. A mediados 1823, Fernando VII consiguió restablecer el absolutismo disolviendo las diputaciones provinciales –la de Huelva entre ellas–, que no volverán a cobrar vida hasta el año 1835. Un poco antes, en 1834, se produce una serie de importantes acontecimientos, entre los que destaca la creación del mapa provincial español por Francisco Javier de Burgos, donde aparece la provincia de Huelva con 75 municipios.
La labor que tenía por delante la nueva institución era colosal, empezando por definir sus límites territoriales, lo cual no fue nada fácil; o la capital, algo que si en otras provincias resultaba evidente, en esta no lo era. Y la elegida fue Huelva, pero bien pudieron serlo Moguer, Trigueros, Valverde o Ayamonte.
Desde sus comienzos aquella primera Diputación contó con sus propios empleados, que garantizaban su funcionamiento. Una de las primeras propuestas de la nueva institución se registra en noviembre de 1822 y era la de construir una nueva fuente en la plaza de San Pedro de Huelva que abasteciera de agua a los vecinos, una obra que debía ejecutar el consistorio onubense pero era la Diputación la que proponía su presupuesto al Gobierno. También se prestó especial atención en una sociedad mayoritariamente analfabeta a la situación de la educación de los jóvenes, así como al desarrollo de la agricultura, el comercio y la industria. Así, una de sus primeras medidas fue la de solicitar una aduana para que el puerto de Huelva pudiera comerciar con el extranjero. Incluso la vertiente social hoy tan importante para la institución, ya se dejaba entrever al supervisar los centros de beneficencia que había en la provincia. Fueron los comienzos de una aventura apasionante que 200 años después, pese a los retos que aún tiene pendientes la provincia, muestra un balance netamente positivo, especialmente con el advenimiento de la democracia hace algo más de 40 años.

Es el órgano de gobierno de la provincia, responsable junto a la administración autonómica y central de fomentar el bienestar de los más de 520.000 habitantes que actualmente tiene repartidos en sus 80 municipios, ofreciéndoles unos servicios públicos de calidad en todo el territorio provincial.

Con una democracia ya consolidada, la hoja de ruta de la institución tiene como referentes el conseguir el arraigo de la población a los municipios rurales para luchar contra la despoblación, el empleo, las políticas de igualdad y la lucha contra el cambio climático. Su apuesta por la innovación sin dejar atrás a las comarcas menos favorecidas desde el punto de vista socioeconómico y geográfico están más que presentes en la acción de gobierno.
Tras la culminación de los actos de conmemoración, no habría homenaje más justo que reconocer a tantas personas que en estos dos siglos han contribuido a construir la provincia desde sus cimientos, superando mil y un obstáculos, incomprensiones e injusticias, contribuyendo a su vertebración y logrando las mayores cotas de bienestar que los onubenses han conocido.