Villanueva de los Castillejos, el pueblo de 3.000 habitantes que presume de tener dos nominados a los Grammy Latinos

Mario Asensio

Huelva

22/09/2023
Actualizado 24/09/2023 a las 11:46h.

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El talento se hace visible, nazca donde nazca, y un pequeño pueblo de la comarca onubense del Andévalo se ha destacado en el mapa por el de los artistas flamencos Diego Guerrero (1982) y Juanfe Pérez (1986), nominados a los Premios Grammy Latinos 2023. Villanueva de los Castillejos, de casi 3.000 vecinos, presenta quizás el mayor porcentaje mundial de nominados por habitante de estos galardones, que se entregan el 16 de noviembre en Sevilla, y por ello está rebosante de alegría, de orgullo castillejero. Más allá del isleño Manuel Carrasco, también nominado, Huelva puede presumir desde lo más cercano de cómo sus voces y músicas tienen eco internacional.

Las nominaciones han cogido por sorpresa a todos, también a los protagonistas, pero de la valía de sus almas creativas no tenía dudas nadie, pues ya han visto mundo estudiando y compartiendo su música. Muchos se preguntan estos días qué tiene Villanueva de los Castillejos que explique esta notable presencia en unos galardones de tanto prestigio internacional y dimensión global, además en una categoría como la de mejor álbum flamenco, en la que sobran ejemplos de buen hacer, mínimo en gran parte de España.

Ni Guerrero ni Pérez ni el alcalde, Jairo Rodríguez, son capaces de expresar a Huelva24.com qué circunstancias explican esta feliz situación, a la que han dado no pocas vueltas en el pensamiento. No obstante, coinciden en señalar entre sonrisas que «el jamón ibérico de la tierra ayuda mucho». Lo cierto es que ante el «enigma indescifrable» de los criterios de selección de los galardones han sabido conquistar siendo fieles a sí mismos, siguiendo su «flow natural», como dice Guerrero.

«Es algo histórico para nosotros y no sé si se habrá dado alguna vez en los Grammy que haya dos nominados de un mismo pueblo en la misma categoría. Desde luego es complicado igualar la proporción, expone Rodríguez, que asegura que «para nosotros ya las nominaciones son un reconocimiento de categoría por su prestigio. Ellos van a poder vivir un momento en familia muy emotivo y más bonito de recordar al ser la gala en Sevilla».

La tierra castillejera tiene que contar con un abono especial para que germinen con fuerza inquietudes y talentos. Fue aquí donde quedó marcado en su adolescencia Santiago Auserón, años antes de fundar Radio Futura, tiempos mozos en los que fue un vecino más entre sus calles y gentes. Se interesaba por la filosofía y a su alrededor encontró personajes e historias para algunas canciones ya eternas. El año pasado lo rememoró todo en un emocionante concierto de regreso entre amigos.

Aquí también ya soñaba con ser campeona de todo Carolina Marín, la mejor jugadora de bádminton de la historia, cuando era la hija de Toñi de vuelta al pueblo desde la capital. También es el origen de los padres del bicampeón mundial y europeo de duatlón Emilio Martín, que atesora incontables recuerdos de fines de semana y veranos. Ahora el pulso además lo marca con su bicicleta Alberto Barroso, que este año se ha batido con los mejores sub 23 de BTT XCO en el Mundial y el Europeo.

El pueblo resuena en este momento más que nunca con la cadena musical de felicitaciones que se agolpan en torno a Diego Guerrero y Juanfe Pérez, nominados por sus trabajos 'Por la tangente' y 'Prohibido el toque' en la categoría de mejor álbum flamenco, donde también están Israel Fernández, Niña Pastori y Omar Montes. Tras estos amigos y compadres otras voces del flamenco de la siguiente generación de castillejeros crecen con el deseo de dejar huella, como Ana Lorenzo, Victoria Clavijo, María González y el guitarrista Benito Bernal, que ya acaricia cuerdas acompañando a los mejores.

Pero si hay frutos ahora y nueva cosecha por delante, es, en parte, porque hubo una buena siembra y Diego Guerrero se acuerda de El Sevi, el gurú local del rock, y la gente de la asociación musical Uavudebá, que tiene una escuela y ha enseñado a los jóvenes, poniendo a su disposición varios instrumentos y equipos. Con ellos están chavales de instituto de bandas como The Last Wish y Baron Brandy. También destaca a la Peña Rayá y todos los carnavaleros, que a él tanto le marcaron, así como don Miguel, el maestro, y su coro de Piedras Albas, cantaores que años atrás grabaron discos, como Santiago Cruz y José Andrés 'el Lepero'. Igualmente quiere acordarse de Manolito Franco, el farmacéutico, que «nos dejó este año y que tantas y tantas romerías nos alegró. Nadie cantó más que él ni tenía más repertorio. Era el alma de la fiesta, quien encendía la mecha para que salieran todas las guitarras de la funda en el momento exacto», apunta el artista.

El alcalde de la localidad, Jairo Rodríguez, recuerda cómo Diego Guerrero fue protagonista del concierto central de la feria este verano y éste convirtió el escenario en una representación de la calidad musical autóctona, reuniéndose con su compañero nominado y a todos los jóvenes talentos en torno a él, antes mencionados. «Tenía muy clara su idea de fomentar el talento y arte que tenemos en el pueblo e hizo un concierto para resaltarlo», indica el regidor castillejero, que resalta que «tenemos una cantera y un futuro muy prometedor en la música». Ana Lorenzo, que está lanzando su carrera en Barcelona, y Victoria Clavijo ya cantó en el Día de la Villa, días antes de la feria, vendrá para la Feria del Jamón. El próximo en tener su momento será Juanfe Pérez, en cuanto se dé la oportunidad.

«La gente se ha vuelto loca con estas nominaciones. Se ha compartido mucho la noticia, han circulado las enhorabuenas y se han hecho muchas publicaciones en redes sociales», indica el alcalde, amigo de Diego Guerrero desde la infancia y que también conoce bien a Juanfe Pérez, por lo que en lo personal se alegra muchísimo. «Se han alineado los astros», apunta Rodríguez.

«Te dicen las mismas cosas pero siempre me emociona porque conozco a quien me están felicitando y están emocionados con esto. No es tanto lo que dicen sino que lo hacen de corazón», relata Diego Guerrero, para quien la llamada de los Grammy Latinos no es nueva, pues la recibió el 2018 con su primer disco 'Vengo caminando'. «Es un pleno al 15. Dos discos, dos nominaciones», expresa con alegría y reconoce en la comparación de ambos momentos que está «más contento que la otra vez, aunque fue tan inesperado y sorpresivo como antes».

En esta ocasión dice estar «en otra época de la vida, tengo más tiros dados y ferias en lo alto y habrá que aprovecharlo porque es una oportunidad de promoción única. Esta vez lo voy a disfrutar más, como lo hace la gente que se alegra por mí, que me conoce y me ha visto desde cero crear este disco», recalca Guerrero. El viernes 3 de noviembre ofrece un concierto en el Gran Teatro de Huelva, tras la actuación de Chano Domínguez, que va a ser toda una fiesta de celebración. «Voy a estar con mi gente y va a ser muy especial. Huelva me ha tratado siempre muy bien y me siento profeta en mi tierra, me siento privilegiado», asevera.

Lo diferente de esta nominación es que ahora tiene con quien compartirlo de manera directa. Para él «absolutamente hace más especial todo esto poder compartirlo con mi compadre y paisano Juanfe Pérez. Ningún pueblo además de Villanueva de Castillejos puede decir que tiene dos nominados. Isla Cristina vacila con toda la razón del mundo con Manuel Carrasco, pero aquí no hay cuartel». Además, muestra su deseo que el hecho de que la gala de entrega sea en Sevilla «ojalá sirva para acercar el flamenco a todo el mundo, porque es un evento global».

También es una «alegría doble» para Juanfe Pérez estar nominado con Diego. «Es un puntazo que sea en Sevilla porque ir a Miami es una ruina. Iremos los dos más guapos que nada y disfrutaremos. Quién sabe si se lleva el premio alguno», señala y apunta que «nos conocemos desde chicos, nuestras madres son amigas. Tengo muchos recuerdos bañándonos en mi piscina y con los años he tocado con su banda y hemos estado de gira juntos por Estados Unidos, Cuba y México antes de la pandemia», revela.

Precisamente este tiempo de encierro obligado es lo que propició su disco 'Prohibido el toque'. «Lo hice en la pandemia para sobrevivir y entretenerme. Siempre estoy currando con mucha gente y en ese momento encontré un momento de parón necesario. Si no se hubiera dado no hubiera hecho el disco, porque siempre estaba en una vorágine, de una cosa a otra», expone.

«Me ha llovido sin esperarlo y estoy sorprendido, muy contento. Motiva mucho que con un primer disco obtenga esta nominación», reconoce Juanfe Pérez. Valora la «repercusión en el momento, que hace ruido», pero ve por encima lo que debe quedar. «Cuando coges un disco antiguo no sabes si estuvo nominado y lo importante es poder decir 'qué disco más guapo salió' y todos los discos que he hecho han sido en esa onda», indica sobre sus trabajos como productor con otros artistas y colaborando con ellos.

Recuerda el alcalde que «Diego es de mi edad y lo conozco desde siempre. Tiene una inquietud por la música increíble. Se fue al Conservatorio de Granada y se especializó en guitarra, se dedicó a la composición y producción y el cante y sus dos discos han sido nominados». De Pérez comenta que empezó en el aula de música en el municipio «tocando varios instrumentos y se fue decantando por la guitarra y el bajo. Ha trabajado mucho con otros artistas y en su primer disco en solitario también consigue nominación». Por tanto, se ve en la situación de «ver si conseguimos entrada para el evento o veremos si se emite por algún lado y podemos poner una pantalla. Le vamos a dar toda la publicidad posible».

«De Castillejos hay en mi música tanto como de mi tío Pepe. Me llevaba con él al campo a labrar y cantaba fandangos indefinidamente, uno tras otro. Yo iba a su lado en el tractor, con 4 o 5 años, y creo que todo eso a nivel subconsciente es incalculable. Todo está en mis vivencias y mi música», rememora Guerrero, que desde entonces fue aprendiz del mítico Niño Miguel, se atrevió a dirigir la primera Flamenco Big Band y ha pisado de gira cinco continentes. Avisa que «me queda por recorrer» porque el flamenco «está por explotar» en varias latitudes y «gusta mucho».

 

Por su parte, Juanfe Pérez explica de sus orígenes musicales que «he nacido rodeado de música, vinilos, radiocasettes y tocadiscos. En mi casa siempre ha habido música e instrumentos. Mi padre tocaba un poco la guitarra y cómo le veía la cogía yo y me aprendía dos acordes». Además su hermano empezó a tocar el piano y «quería ser como él y luego estuve tocando el saxo en la escuela de música con Antonio Mesa, me metí en el rock, con la guitarra eléctrica y el bajo y con los colegas focalicé ahí en la adolescencia mi energía». Ha ido pasando de una música a otra, pero es «rockero y aunque mi disco es flamenco también hay rock de una manera no directa». Recuerda también como personas de un par de generaciones anteriores «nos lo ponían todo en bandeja y nos ayudaban a soñar, nos dejaban guitarras, baterías, amplificadores…».

Ambos artistas han sido observadores cercanos de la evolución del disco del otro y valoran mucho la calidad y dedicación que encierran. «Me gusta del disco de Juanfe que es suyo en todos los aspectos. Son composiciones suyas, con su propio sonido. Es un valor añadido en los tiempos que corren. Animo a los creadores de todos los estilos a que compongan y se busquen a si mismos y Juanfe lo ha conseguido al cien por cien. Su primer penalti lo ha metido por la escuadra», dice Guerrero.

Del otro lado, Pérez no tiene dudas al señalar que el de su amigo es «un discazo». «He tenido la suerte de escucharlo antes de que saliera, mientras lo estaba creando, y se nota que está hecho con mucho cariño y es un trabajo de artesanía en el que lo que se busca es la música, simple y llanamente». Añade que «hace las cosas con toda la delicadeza del mundo y cuida todos los detalles. Me parece un disco muy guapo y muy bien hecho, con unas letras muy cuidadas y potentes, con mucho mensaje y la elección de músicos, todos los arreglos, cómo suena. Está increíble».

Justamente Guerrero destaca de su disco que ha trabajado «más a conciencia» las letras que su anterior trabajo, pero mantiene en ambos su seña de identidad, su espíritu ecléctico, su concepción del flamenco como vehículo universal de muchos ritmos. Del suyo Pérez, que espera mostrar en concierto en Huelva, comenta que ha puesto al bajo flamenco en el centro, llevando «la voz cantante». «Siempre ha sido un acompañamiento y aquí ocupa el lugar de la guitarra como instrumento rey y conduce al resto», agrega.

También pone el acento en que su producción va más allá. «Parece que el flamenco no necesita nada y se puede excavar y llegar a cosas interesantes y darle lenguaje a un instrumento fuera de la tradición». Además, indica que «para vengarme de los guitarristas no hay guitarra flamenca en el disco» y resalta que se ha rodeado «mucho y bien» con habituales compañeros que siempre le animan a «rebuscarme», como Rosario La Tremendita.

Pérez recuerda como a su abuelo, Ernesto Feria, toda una institución local que inmortalizó en un gran mural el talentoso artista urbano Man o Matic, lo volvía loco un joven llamado Santiago Auserón. «Le dejó muchos libros de filosofía y me han contado que siempre decía 'hay que ver este niño las cosas que me pregunta'. Creo que hay un feedback muy interesante y una conexión auténtica por los dos lados, entre Santiago Auserón y Castillejos».

Por su parte, Diego Guerrero dice que Auserón es para él «como una leyenda». «Es contemporáneo de mi madre y mi tía. Él siempre ha hablado del pueblo y hay un cariño especial que es mutuo». Detalla que tanto a Santi como a su hermano Luis les profesa «un grandísimo respeto a toda su faceta poética e intelectual para con la música y lo que le rodea. Ambos son quienes han diagnosticado que tenemos un problema con las plataformas de streaming y quienes más asertivamente han hablado del tema».

«Estoy con ellos a muerte. Los artistas independientes siempre estamos en la cuerda floja, en un ejercicio de supervivencia y eso hace que la alegría de esta nominación sea mayor. El circo está montado para que nuestra música independiente no llegue nunca a tu reproductor, con los algoritmos y esas cosas. Cuando el arte comenzó a ser un número se fue todo al carajo y así estamos», reflexiona Guerrero, que indica que las plataformas de streaming son «responsables, con sus repartos económicos, de la muerte de la música independiente». Por tanto, cree que «deberíamos conseguir un espacio en el que sonar y no competir con un número. La cantidad y la calidad tienen poco que ver y las músicas de minorías como el flamenco están enterradas en una oleada de reguetón interminable».

En este panorama considera que «te planteas si vale la pena, pero la respuesta está en mi público, gitanos y músicos. Cuando te tienen de referente y ves que les llena cada vez que haces algo tengo claro que tengo que aplicarme el cuento y buscar la calidad y no la cantidad en el público. Me siento realizado porque mi público es menos numeroso pero entiende más de música y esa es mi verdadera nominación».

Tanto Diego Guerrero como Juanfe Pérez son ejemplo de cómo dos niños inquietos encontraron en su pueblo por dónde tirar del hilo en el laberinto de ser artista. Aprovecharon la riqueza de su entorno y se dedicaron a salir fuera, recorrer conservatorios, pisar escenarios, conocer artistas, enriquecerse de todo ello y crecer para ser ahora de vuelta el orgullo de sus vecinos. El talento siempre hace camino y conduce hasta Villanueva de los Castillejos.

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