La otra cara de la pesca como aliada de la conservación: «Si no fuera por los pescadores, muchas tortugas acabarían varadas»

Desde la puesta en marcha del proyecto 'SOS Caretta: pescadores por la biodiversidad', 70 ejemplares de tortuga boba han sido rescatados por pescadores del Golfo de Cádiz

«Queremos cambiar la imagen de la pesca, que está bastante denostada y puede tener miedo a decir que ha interaccionado con una especie protegida»

Donatello regresa al mar en Punta Umbría un año después de ser rescatada por pescadores locales

Manuela, la tortuga boba que ha vuelto al mar en Punta Umbría

Patricio Peñalver, en el centro, con otros integrantes del equipo de SOS Caretta m.c.
María Carmona

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Cada vez que una tortuga marina queda atrapada en una red de pesca, se abre una posibilidad: la de salvarla. Pero para eso hace falta que, al otro lado, haya alguien que sepa qué hacer, que quiera hacerlo, y que se atreva. Esa es precisamente la labor que impulsa el proyecto 'SOS Caretta: pescadores por la biodiversidad', que desde 2020 promueve la implicación del sector pesquero en la conservación de las tortugas marinas del Golfo de Cádiz. Su coordinador desde la Fundación Hombre y Territorio, Patricio Peñalver, lo resume con claridad: «Nuestro objetivo es que todos los pescadores colaboren para que bajen los varamientos».

Así lo señalaba para Huelva24 esta semana tras devolver al mar a Donatello, un ejemplar de tortuga boba rescatada hace poco más de un año por pescadores locales en Punta Umbría. Su intervención posibilitó su tratamiento y recuperación y que este jueves fuese liberada de nuevo en su medio natural. Desde SOS Caretta quieren que cunda el ejemplo.

El reto no es sencillo. Las tortugas, especialmente las de la especie Caretta caretta o tortuga boba, costean durante largas temporadas por las aguas del Golfo de Cádiz. «Por lo que hemos visto con las marcas que colocamos, se mueven mucho por esta zona y entran en contacto con la pesca en todos los puertos», explica Peñalver. Desde Isla Cristina o Punta Umbría hasta Sanlúcar de Barrameda, Chipiona o Tarifa, las interacciones entre estos animales protegidos y las artes de pesca son frecuentes. Por eso el proyecto impulsado por la asociación Hombre y Territorio trabaja en colaboración con cofradías pesqueras de toda la región para «convertir cada posible accidente en una oportunidad de rescate».

La implicación, sin embargo, varía de un puerto a otro. «En Punta Umbría ya han rescatado 11 ejemplares entre las cuatro mismas embarcaciones. En Isla Cristina han sido dos, y en la zona de Cádiz, sobre todo en Sanlúcar, el número es bastante mayor», detalla el coordinador, reflexionando sobre el hecho de que «nunca sabremos si es porque la presencia es mayor en determinadas zonas, o porque algunos pescadores están más dispuestos a implicarse».

Y es que tal y como explica Peñalver, «son muchos los que tienen miedo a decir que han interaccionado con una especie protegida. La pesca está bastante denostada, y encima reconocer eso puede parecer perjudicial para su imagen». Por eso, una de las claves del proyecto es trabajar desde la confianza, dignificando el papel de los pescadores como aliados de la biodiversidad. «Queremos cambiar esa visión. Ellos son rescatadores de tortugas. Si todos participaran, se conseguiría que muchos animales heridos, que a lo mejor han caído en las artes porque están heridos, no llegaran varados luego a las costas», sostiene Peñalver.

Para sumar nuevos pescadores a la causa, SOS Caretta realiza campañas de formación, divulgación y sensibilización en colaboración con las cofradías locales, y les explica cómo hay que activar la cadena cuando toca llevar a cabo un rescate.

Un tortuga en mi red

Porque, ¿cómo actuar si soy pescador y me topo con una tortuga boba en mi red? «El procedimiento es muy sencillo. Si un pescador encuentra una tortuga atrapada en su red, debe llamar al 112, como cualquier ciudadano que vea un animal marino en peligro. La llamada activa el protocolo de atención, que depende de la Consejería de Medio Ambiente», explica Peñalver.

A partir de ahí, el equipo de Hombre y Territorio actúa como intermediario entre la administración y el sector pesquero, coordinando el traslado del ejemplar a un centro de recuperación. En el caso de Huelva, suelen pasar primero por el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) del Odiel, donde se realiza una primera valoración, antes de ser derivados al centro especializado de Algeciras.

Donatello, este pasado jueves, regresando al mar m.c.

Es el procedimiento que se siguió, por ejemplo, con Donatello, que volvía este jueves al mar desde la costa onubense, donde el primer rescate del proyecto tuvo lugar en noviembre de 2021, en Isla Cristina.

Desde entonces, el balance ha sido «sorprendente», confiesa Peñalver. «Nos lanzamos un poco al vacío porque esto ya funcionaba en otras comunidades como Valencia o Cataluña, pero en Andalucía no existía una colaboración real con el sector pesquero. No sabíamos cómo iba a salir, y la implicación ha superado nuestras expectativas».

Aun así, el esfuerzo no cesa. Mantener la motivación del sector pesquero, con sus propias dificultades y presiones, requiere constancia. «La vida del pescador es complicada. Se les vigila mucho, se les limita mucho. A veces sienten que todo son exigencias: que si que recojan la basura marina, que si que rescaten tortugas… Muchos están concienciados y dispuestos, pero hay que trabajar con ellos mano a mano para que no decaiga ese entusiasmo, y reconocerles el trabajo que hacen». Reconocer, al fin y al cabo, esa otra cara de la pesca, fundamental en muchos aspectos para conservar nuestra biodiversidad marina y la buena salud de nuestros mares.

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