De la persistencia en Doñana
Lo tradicional si no cambia, se acartona y termina por morir. Y gracias a todo eso, a los cambios, ahí sigue la marisma, viendo pasar el tiempo
La marisma huelvana, una visión actual

«Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie» escribió Lampedusa en su magnífica e insólita novela 'El Gatopardo'. La frase –aunque no exactamente en el sentido en el que la escribió el siciliano– se me vino a la mente al ver el documental de Manu Trillo: todo ha cambiado en la marisma, por eso sigue viva.
A los que ya tienen cierta edad y conocieron el lugar en otro tiempo, no dejarán de resultarles sorprendentes, por lo ajenas, muchas de las
El sentido primero de Doñana siempre fue la caza, la caza para los aristócratas y la alta burguesía después, eso hizo que permaneciera inmutable a través de los siglos; pero también fue despensa para sus habitantes
imágenes del documental. El sentido primero de Doñana siempre fue la caza, la caza para los aristócratas y la alta burguesía después, eso hizo que permaneciera inmutable a través de los siglos; pero también fue despensa para muchos habitantes de los pueblos que la circundan y ese hecho generó oficios, costumbres, modos de vida... una cultura peculiar. Hoy tales usos se han perdido, ya no es un coto, y por lo tanto también su sentido primero se perdió, y cuando las cosas pierden su sentido, suelen desaparecer. Lo tradicional si no cambia, se acartona y termina por morir. Y gracias a todo eso, a los cambios, ahí sigue la marisma, viendo pasar el tiempo, como la Puerta de Alcalá.
El documental nos habla de la marisma hoy, un lugar ya no habitado por el hombre pero que lo que en ella el hombre realizó se resiste al abandono. En él se repasan las múltiples actividades que ahora se realizan en el Coto. Quizás el hecho más significativo sea el mantenimiento del ganado y sus
Aparecen ahora todoterrenos, móviles, guitarras… pero son esas supuestas extravagancias las que terminan por sostener la tradición, lo que hace que sea una tradición viva, ajustada al mundo de hoy
usos, algo que dejó hace mucho de tener un sentido económico –que es el motor de casi toda actividad–. Aparecen ahora todoterrenos, móviles, guitarras… pero son esas supuestas extravagancias las que terminan por sostener la tradición, lo que hace que sea una tradición viva, ajustada al mundo de hoy.
Y sigue siendo sin duda el elemento aglutinante El Rocío: el lugar, la romería y la Virgen, que muy acertadamente abren y cierran el documental. La lentitud y el silencio, dos sensaciones casi perdidas hoy, componen su música ambiental, su tono vital. Quizás lo que nos quede, porque nunca se perdió, sea lo mágico del lugar, y eso es lo que Manu Trillo ha sabido recoger y nos muestra en su documental: la voluntad de persistencia de un mundo que se rebela contra el olvido.