Pide que se cumpla la Justicia tras irse su mujer a Suiza
'Están privando a mi hijo del derecho de estar con su padre”
12.06 h. Raúl Pérez llegó un día a un pueblo de Granada, cumpliendo con el régimen de visitas estipulado con su ex pareja, y se encontró con la puerta de la casa cerrada. Ella, de nacionalidad suiza, se había marchado llevándose a su hijo sin su consentimiento, lo que supuso para este padre el inicio de una pesadilla de la que aún no ha despertado.
Tiene a la justicia de su lado, pero su ex pareja logra sortearla una y otra vez, demorando en el tiempo el reencuentro entre este padre y su hijo, a quién su madre se llevó irregularmente del país. La pesadilla de Raúl Pérez se inició hace año y medio –concretamente, el 14 de mayo de 2011-, cuando un día acudió –puntual como siempre- a visitar a su hijo a la localidad granadina de Huétor Santillán, tal y como estaba estipulado en el régimen de visitas.
“Llegué y no encontré a nadie; la puerta estaba cerrada y la casa vacía”, relata este ayamontino. Inmediatamente denunció la desaparición de su hijo ante la Guardia Civil, después de que los vecinos le informasen de que hacía unos días que su ex pareja se había marchado, con el niño y un camión de mudanzas. La Guardia Civil acudió con él hasta la casa vacía y recogió su denuncia y, apenas unas horas después, Raúl recibía un burofax de la abogada de su ex pareja en el que se indicaba que ésta había tenido que abandonar el país para hacerse cargo de su madre, supuestamente enferma, en Suiza. “Se ve que una vecina amiga suya la avisó de que yo estaba allí buscándola con la Guardia Civil, y entonces llamó a su abogada”.
Aunque la denuncia, en un primer momento, tan solo recogía el incumplimiento del régimen de visitas por parte de la madre del menor, su ex pareja no se presentó al juicio, por lo que se procedió, según el testimonio de este padre, a abrir diligencias previas por un presunto delito de sustracción de menores. La causa se trasladó a Suiza –con el coste económico que ello supone para Raúl- y, desde entonces, se han celebrado innumerables juicios, todos con el mismo resultado: tanto la justicia española como la suiza han decretado reiteradamente la orden de que el menor regrese a España. Pese a ello, este regreso aún no se ha producido.
Tal y como explica este padre ayamontino, una primera sentencia obligaba a su ex pareja a estar de vuelta en Granada con el niño antes del 31 de agosto. Ella apeló, y se celebró nuevamente un juicio, en el que se impuso una nueva fecha límite para el regreso del pequeño –el 30 de octubre-. Una nueva apelación volvió a retrasar la causa, pero el propio Tribunal Federal de Suiza ratificó las distintas sentencias, ordenando que el niño estuviese de vuelta en Granada antes del 30 de noviembre. Tampoco se ha cumplido esta vez.
“Su estrategia es ésta, dilatar el proceso para que yo me canse, y al parecer ahora ha apelado al Supremo. Y yo lo que no entiendo es por qué no se cumplen las sentencias que existen ya”, se expresa, desesperado, este padre, que tan solo ha podido ver a su hijo una única vez en todo este tiempo.
Denuncia falsa por malos tratos
“Ella lo ha intentado todo. Me ha puesto una denuncia falsa por malos tratos –no me llegaron ni siquiera a imputar-, dijo en Suiza que mi hijo me tenía miedo y lo tuve que ver acompañado de una trabajadora social que fue testigo de que era mentira, y ahora ha emprendido una campaña de desprestigio contra mí en su país”, afirma Raúl, que tan solo reclama que se acaten las distintas sentencias y su hijo vuelva a España de una vez por todas. “Lo que no entiendo es cómo una persona puede saltarse así la justicia, tanto la española como la suiza. ¿Qué hubiera pasado si hubiese sido al revés? ¿Y si hubiese sido yo el que se hubiera llevado al niño a otro país?, se pregunta Raúl.
“Ya le tenía la habitación preparada, estaba todo listo para que llegase a final de mes. Y ahora otro mazazo”, se queja, mientras asegura que, en este caso, y por muy doloroso que todo esto esté resultando para él, el principal perjudicado es el niño. “Ya no importo yo; lo único que importa es que están privando a mi hijo del derecho de estar con su padre”, sentencia.