ECONOMÍA
Seis de cada diez familias de Andalucía llega con problemas a fin de mes
Las estrecheces de las economías domésticas son más acusadas en la comunidad que en el resto de España, según un informe del Ministerio de Derechos Sociales
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Llegar a fin de mes es un empeño complejo y no pocas veces imposible para muchas familias de Andalucía. El informe 'El estado de la pobreza. Seguimiento de los indicadores de la Agenda de la Unión Europea 2030', elaborado por la European Anti-Poverty Network (EAPN) y editado por el Ministerio de Derechos Sociales, coloca a la comunidad autónoma en una posición muy delicada en los principales valores que miden la escasez de la vida diaria, y uno de los más ilustrativos tiene que ver justamente con los encajes de bolillos que las economías domésticas han de hacer para que las cuentas cuadren cuando toca cambiar la hoja del calendario.
El dato es el siguiente: el 57 por ciento de la población experimentó en 2023 —el último año en el que el citado estudio pone el foco— dificultades para no entrar en números rojos, lo que supone 2,5 puntos porcentuales más que el año anterior y el mayor incremento tras el periodo de descenso registrado entre 2016 y 2020 y la relativa estabilización de los dos últimos años.
¿Es esta situación crítica de cada fin de mes similar en el resto de España? La respuesta es que no. El común de los compatriotas la viven no con holgura pero sí con más desahogo, porque el citado documento señala que los ciudadanos que lo pasan mal cuando el almanaque marca la casilla de los días 30 o 31 son el 48 por ciento. Así, las apreturas de los andaluces son notablemente mayores que las de los catalanes (el 46 por ciento de ellos se las ven y se las desean al concluir cada ciclo mensual) o de los madrileños (43 por ciento).
Esta cifra es más de 2.300 euros inferior a la media nacional y la tercera más baja por delante sólo de Extremadura y Murcia
El análisis de las condiciones de vida que realiza el voluminoso informe redactado por la EAPN, que supera las mil páginas, deja bastantes datos más para la reflexión.
Por ejemplo: en la región ha habido un aumento significativo de las personas que no pueden permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada durante el verano, que se duplica en los tres últimos años y pasa del 11,3 por ciento de 2020 al 24,2 por ciento de 2023. También se aprecia un incremento destacable de los ciudadanos a los que sus economías no les dan para comer carne, pollo o pescado —o productos equivalentes para los vegetarianos— al menos cada dos días: en 2021 eran un 6,8 por ciento y en 2023 un 10,2 por ciento.
El 10% de los ciudadanos no puede comer carne o pescado de modo habitual y el 40% ve inviable cambiar sus muebles viejos
Además, vuelve a aumentar la suma de vecinos andaluces que no pueden sustituir muebles usados o viejos de sus viviendas, un valor que pasa del 34,6 por ciento al 39,8 por ciento. Más: el 46 por ciento no dispone de dinero para hacer frente a gastos imprevistos y el 18 por ciento ve inviable realizar un desembolso semanal para ir al cine, al teatro o practicar deporte en instalaciones que cobren entrada o que requieran el abono de una mensualidad.
El 10% de los ciudadanos no puede comer carne o pescado de modo habitual y el 40% ve inviable cambiar sus muebles viejos
Esta batería de cifras arman una verdad que escuece: «Andalucía es la comunidad autónoma con la tasa de pobreza más elevada en 2023, un 30,5 por ciento, lo que se traduce en 2,6 millones de personas: este valor supone 10,3 puntos más que el medido a nivel nacional (20,2 %)», afirma el documento publicado por el Ministerio de Derechos Sociales.
Ingresos
Respecto al año anterior la tasa de pobreza crece 1,4 puntos, es decir, unas 140.000 personas más tienen ingresos por debajo del umbral de pobreza. Y con respecto al año 2015, cuando la tasa de pobreza era del 35,7 %, es decir, la mayor de toda la serie histórica, la tasa se ha reducido 5,2 puntos, lo que ha posibilitado que 370.000 personas abandonaran la pobreza.
«Sin embargo, esta evolución no significa que se haya alcanzado la situación previa a la recesión de 2008, pues todavía el número de personas en riesgo de pobreza supera en más de 400.000 al que se registraba en ese año. Además, la tasa de pobreza de las mujeres es del 31,4 por ciento, lo que significa 1,8 puntos porcentuales superior a la masculina (29,6 por ciento)», resalta el documento.
Evolución
Con respecto a su evolución, desde 2015 la reducción es mayor entre los hombres y pasó del 37,0 por ciento al 29,6 por ciento, es decir, 7,4 puntos porcentuales menos. La pobreza de las mujeres, en cambio, se redujo solo 2,9 puntos, esto es, disminuyó menos de la mitad que la de los hombres.
Muy interesantes son las puntualizaciones del documento en referencia a las pensiones en Andalucía. En 2023 más de dos de cada cinco prestaciones de este tipo que se repartieron en la comunidad autónoma —1.653.198 pensiones, el 43,4 por ciento del total— se caracterizaban por una cuantía que no superaba el umbral de pobreza, es decir, inferiores a los 785 euros mensuales en 14 pagas. «Debe destacarse que para el 15,7 por ciento del total, el importe de su pensión es inferior al umbral de pobreza severa (renta inferior a 523 euros en 2023), y la cifra alcanza al 29,1 por ciento en el caso de las prestaciones por viudedad».
Otra clave se encuentra en la calidad del empleo. El indicador BITH mide las ocupaciones laborales de baja intensidad —o dicho de otro modo, precarias— y se calcula teniendo en cuenta los hogares en los cuales se trabaja menos del 20 por ciento de su potencial total de empleo. Así, el 12,1 por ciento de la población menor de 65 años residente en Andalucía vive en hogares con baja intensidad de empleo.
La cifra es similar a la del año anterior —12,3 por ciento—, y, como sucede a nivel nacional, supone el valor más bajo de la serie histórica. Pese a ello, Andalucía ocupa la tercera región con mayor BITH, tras Canarias y Asturias. En total, son unas 850.000 personas en esta situación.