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La cautelar de Hacienda como última carta de Pablo Comas
19.05 h. Tras presentar una demanda por lo contencioso administrativo, la Audiencia Nacional podría conceder en las próximas semanas la cautelar, con lo que el club recuperaría el control de sus cuentas. El Sporting de Gijón ya protagonizó un caso parecido, aunque se le exigió una garantía de casi 4 millones de euros. En caso de que se le deniegue la cautelar, el caso se resolverá en dos años.
El futuro del Recreativo de Huelva pasa por los juzgados, según informa el portal albiazules.es. Tanto en el que corresponde con su situación concursal (por si ya incurre en causa de disolución de la entidad). como en lo económico. Ante las nulas esperanzas de que el accionista mayoritario consiga la liquidez necesaria por sus propios métodos, la única vía para solucionar todo lo que está próximo a llegar (pagos a jugadores, empleados, etc.) es conseguir una resolución favorable de la demanda judicial ante el contencioso administrativo, que permita al club desbloquear el embargo con Hacienda.
Así, el silencio administrativo del TEAC llevó al Decano a acudir a esta opción, con el claro objetivo de conseguir la cautelar. Una cautelar de la que tendrán respuestas de en las dos o tres próximas semanas.
Tirando de hemeroteca, cabe recordar el caso del Sporting de Gijón. El equipo asturiano consiguió en el pasado mes de julio las medidas cautelares, pero la Audiencia Nacional solicitó al club una garantía de casi 4 millones de euros. Algo que en el Decano suena a utópico.
Dependiendo de la situación y el juez, se pueden conceder medidas cautelares con garantías o sin garantías. Por lo tanto es de suponer que el Decano se agarre a la opción de conseguir la cautelar sin necesidad de presentar garantías. En el caso de que el TSJ o la Audiencia Nacional (dependiendo de dónde se haya presentado la demanda) deniegue la cautelar, la reclamación continuará su curso y tendrá dos años para resolver si es satisfactoria.
Así las cosas, este mes se sabrá si Pablo Comas podrá disponer de su última carta o acepta negociar la venta de sus acciones, ya que no tendrá alternativas para reflotar al club.