Recreativo
Era Gildoy, la etapa que casi le cuesta la vida al Decano
18.34 h. La empresa Gildoy España y su representante Pablo Comas ya son historia en el Recreativo de Huelva tras cinco años que han representado con diferencia la era más negra de la historia del club más antiguo de España, que llegó a estar en grave riesgo de desaparición y aún continúa luchando por sobrevivir. Esta etapa, cuya gestión puede ser condenada en los tribunales, está plagada de impagos, promesas incumplidas y actitudes chulescas y deja como herencia una abultada deuda.

Este jueves la junta general de accionistas ratificó un cambio de ciclo con el nombramiento de Manolo Zambrano como nuevo presidente y la salida del consejo de administración de Comas, que ha dejado al club una deuda aún por conocer sobre el papel, pero que el Ayuntamiento de Huelva estima en 24 millones de euros.
Esta acción ha sido la continuidad a la expropiación de las acciones que tenía Gildoy y que acometió el consistorio onubense este verano con la base de defender como institución responsable una entidad con el reconocimiento del Bien de Interés Cultural (BIC) ante la gravedad de su situación.
Gildoy España y Pablo Comas desembarcaron en el Recreativo en el verano de 2011. El club era municipal bajo el Gobierno del PP -ahora gobierna el PSOE- y prestó un millón de euros al consistorio para cumplir con una ampliación de capital.
A cambio de eso varios de sus miembros se integraron en el consejo de administración y conocieron el club desde dentro para después comparecer a la venta pública del mismo y adquirirlo oficialmente en enero de 2012 por tres millones de euros. Una de las primeras medidas del presidente Pablo Comas, que contaba con el apoyo económico del empresario uruguayo Víctor Hugo Mesa, fue la salida prematura del concurso de acreedores, acordado antes de su llegada.
En 2014 Hacienda embargó las cuentas del club al incumplirse el pago de dos cuotas del convenio aplazado, embargo que se mantiene a día de hoy y que ha disparado la deuda. Comas vendió en más de una ocasión acuerdos que no se produjeron e incluso anunció la concesión de un crédito bancario del que nada más se supo.
En verano de 2015, después de que el equipo descendió de Segunda a Segunda B, Comas dio un paso atrás, dimitió como presidente y escenificó una venta a un grupo hispanomexicano cuyos integrantes nunca fueron revelados. No obstante, Comas seguía en la sombra haciendo y deshaciendo en el club, gestión que se caracterizó por no pagar a nadie, ni empleados ni futbolistas y técnicos ni acreedores.
Además evidenció una actitud chulesca con insultos y querellas contra medios de comunicación, un camino constante a los tribunales que finalmente ha tenido que recorrer para sentarse en el banquillo de los acusados. Ahora mismo una querella criminal en su contra sigue su curso por la supuesta comisión de delitos como administración desleal, falsedad documental, apropiación indebida y asistencia financiera.
La querella fue interpuesta por el Trust de Aficionados del Recreativo, un colectivo de aficionados que se erigió como su más fuerte oposición y que previamente a actuar ante los tribunales organizó varias medidas de protesta y como accionista exigió aclaraciones en las juntas celebradas.
Comas anunció que en Segunda B el equipo moriría de inanición y en consecuencia actuó, pues no invirtió ni un euro más. Además, pese a tener a toda la masa social en contra se negó a vender el club o se dedicó a exigir cantidades desorbitadas.
La situación del club se convirtió en dramática. Las nóminas adeudadas superaron el año, el matenimiento de cualquier instalación brillaba y el Recreativo únicamente vivía por la voluntad de sus empleados de seguir manteniéndolo vivo. Ellos fueron los que dieron la voz de alarma y lanzaron una campaña de entradas a un euro que reunió los ingresos suficientes para salvar la temporada.
Pero el club necesitaba mucho más dinero para poder inscribirse en el ejercicio siguiente y es ahí donde la campaña de salvación 'Líberos del Decano', liderada por el Ayuntamiento de Huelva, la Federación de Peñas del Recre y el Trust, logró reunir cerca de un millón de euros para acometer todos los pagos más urgentes y plantarse en un presente donde le toca seguir luchando.