confidencial
El runrún: Cierra el santuario de la Cinta
Sí, los devotos de la Virgen Chiquita deben saber que en estos días no podrán acudir al templo a visitarla. Al menos, esta semana
El runrún: ¿Es cara la hamburguesa de los Hermanos Rodríguez?
El runrún: ¿Preparados para el retorno de la Cervecería La Ría?
Así lo han anunciado desde la Hermandad de la Cinta, explicando que los trabajos de mantenimiento que se están desarrollando en el interior no son compatibles con mantener el santuario abierto al público.
En concreto, se están llevando a cabo intervenciones de mantenimiento y supervisión de la bóveda de la Capilla Mayor «que están siendo supervisadas por el arquitecto y Mantenedor del Santuario, don Carlos Hermoso«. Para que las mismas puedan ejecutarse adecuadamente y por cuestiones de seguridad, el santuario se mantendrá cerrado temporalmente, y sólo abrirá sus puertas para la celebración eucarística del próximo sábado a las 18.30 horas y el domingo a las 10.30 horas.
Cuando se completen los trabajos, previsiblemente la semana que viene, se procederá a la reapertura en su horario habitual.
Una oportunidad perdida
Como muchos de nuestros lectores sabrán, la capital granadina será el año que viene sede de la ceremonia de entrega de los Premios Goya, un honor que este año ha correspondido a Valladolid.
La decisión de llevar la fiesta anual del cine español a estas dos capitales, según explicó en su momento el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, se debe a la vinculación de ambas con el séptimo arte: la ciudad de la Alhambra por ser «tierra de creadores» y por acoger el Festival de Jóvenes Realizadores; y Valladolid, claro está, por organizar uno de los festivales más importantes de España, la Seminci, que ya va por su sexagésimo octava edición. Las dos ciudades presentaron en su momento candidatura para ser anfitrionas de la gala, uno de los eventos culturales más importantes de la temporada. No hemos podido evitar pensar, con el 50 aniversario del Festival de Cine Iberoamericano en horizonte, lo importante que hubiera sido para Huelva conmemorar medio siglo de festival trayendo hasta nuestra capital la gala de los Goya.
Lamentablemente, como en tantos otros aspectos, no contamos con las infraestucturas necesarias para presentar una candidatura digna. Nuestras comunicaciones o el propio espacio escénico sin ir más lejos, están a años luz de lo que requeriría para una cita como este. Tanto Granada como Valladolid tienen AVE y aeropuerto, por ejemplo, y el Palacio de Congresos granadino casi triplica en capacidad a la Casa Colón, datos que bastan para que los responsables municipales, imaginamos, ni siquiera se lo hayan planteado. Una auténtica lástima, por no decir una desgracia, que viene a recordarnos el elevado precio que debemos pagar por tantas décadas de maltrato por parte de las administraciones andaluza y nacional.
Luto en el baloncesto de Huelva
Fue hace unos días y muchos se enteraron de la noticia a través del habitual 'Buenos Días' de Pedro Rodríguez, el exalcalde de Huelva capital, en su perfil de la red social Facebook. Nos dejó Juan Tirado, a los 90 años de edad. Un auténtico símbolo del baloncesto onubense, que fue su entrenador, y el de muchos otros jóvenes y no tan jóvenes, en el Gil Martín, allá por los años 60 del siglo pasado, siguiendo después durante mucho tiempo vinculado al mundo de la canasta y al deporte de la ciudad.
«Juan Tirado nos enseñó a superarnos a nosotros mismos, a hacer lo que tuviéramos que hacer para mejorar en nuestro juego, a encestar a media distancia, a tirar personales, a defender al hombre… 'El ser humano tiene una tendencia natural a quedarse con lo más cómodo, lo más fácil. Pero crecimiento personal y comodidad son incompatibles», nos repetía, y con esa filosofía de vida nos convencía para entrenar a las siete de la mañana, con lluvia y frío, antes de irnos a trabajar o estudiar.
Un hombre serio, responsable, ganador y ambicioso que sacó lo mejor de los chavales de la época a base de disciplina pero también de diversión. Ya llevaba un tiempo ingresado en el Hospital Infanta Elena y falleció «en paz, de forma paternal, querido y acompañado de su familia, amigos y jugadores del Gil Martin, que aún viven«, recordaba emocionado Pedro Rodríguez.
