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El síndrome de vejiga dolorosa

La cistitis intersticial o síndrome de vejiga dolorosa es una enfermedad rara muy incapacitante, que limita mucho la vida de los pacientes a todos los niveles.

El síndrome de vejiga dolorosa

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Hoy en día no se puede curar, si bien en un 70% de los casos, y gracias a los tratamientos actuales, se puede llevar una vida normal.

Hoy en día no se puede curar, si bien en un 70% de los casos, y gracias a los tratamientos actuales, se puede llevar una vida normal. La también especialista del Hospital Puerta del Mar de Cádiz lamenta en una entrevista con Infosalus que a día de hoy su causa u origen se desconocen, y subraya que se trata de un síndrome muy complejo. El 75% de personas que lo padecen son mujeres. El diagnóstico, según confirma, es por descarte, ya que primero se estudian patologías que pueden dar los mismos síntomas, como el cáncer de vejiga, cálculos en la vejiga, o lesiones en cirugías previas. Según indica, lo primero que se les dice a los pacientes es que tienen una serie de alimentos prohibidos como el tomate, el queso crudo, las comidas picantes, comer muchas naranjas; todo lo que sea exceso de vitamina C, así como las bebidas gaseosas, café, té, o alcohol.  Con este síndrome, la vejiga está como cuando nos caemos y nos rozamos las rodillas, que si echamos alcohol para desinfectar la herida escuece una barbaridad. Esto es un símil para comparar lo que sucede en la vejiga si se ingieren estos alimentos o bebidas cuyos componentes son irritantes y después se eliminan a través de la orina, remarca la doctora. Fibromialgia y vulvodiniaLa uróloga menciona también que hay otras enfermedades asociadas al síndrome de dolor vesical, como la fibromialgia por ejemplo o la vulvodinia. Personas con este síndrome es muy frecuente que estén previamente diagnosticadas de fibromialgia, aparte de que la vulvodinia es muy frecuente, mujeres incapaces de mantener una relación sexual por el dolor que padecen nada más que con el roce, agrega. Ahora bien, la coordinadora del Grupo de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la Asociación Española de Urología quiere lanzar un mensaje de esperanza a todos los pacientes, destacando que se trata de una enfermedad que está siendo muy investigada por los urólogos expertos en dolor pélvico, de la que poco a poco se van consiguiendo más y más avances, y que algún día se conseguirá controlar. Con los tratamientos actuales, el 70% de los pacientes pueden llevar una vida normal, libres de dolor, o con un dolor muy pequeño, sentencia.  

El diagnóstico, según confirma, es por descarte, ya que primero se estudian patologías que pueden dar los mismos síntomas, como el cáncer de vejiga, cálculos en la vejiga, o lesiones en cirugías previas.

Según indica, lo primero que se les dice a los pacientes es que tienen una serie de alimentos prohibidos como el tomate, el queso crudo, las comidas picantes, comer muchas naranjas; todo lo que sea exceso de vitamina C, así como las bebidas gaseosas, café, té, o alcohol. 

Con este síndrome, la vejiga está como cuando nos caemos y nos rozamos las rodillas, que si echamos alcohol para desinfectar la herida escuece una barbaridad. Esto es un símil para comparar lo que sucede en la vejiga si se ingieren estos alimentos o bebidas cuyos componentes son irritantes y después se eliminan a través de la orina, remarca la doctora.

La uróloga menciona también que hay otras enfermedades asociadas al síndrome de dolor vesical, como la fibromialgia por ejemplo o la vulvodinia. Personas con este síndrome es muy frecuente que estén previamente diagnosticadas de fibromialgia, aparte de que la vulvodinia es muy frecuente, mujeres incapaces de mantener una relación sexual por el dolor que padecen nada más que con el roce, agrega.

Ahora bien, la coordinadora del Grupo de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la Asociación Española de Urología quiere lanzar un mensaje de esperanza a todos los pacientes, destacando que se trata de una enfermedad que está siendo muy investigada por los urólogos expertos en dolor pélvico, de la que poco a poco se van consiguiendo más y más avances, y que algún día se conseguirá controlar. Con los tratamientos actuales, el 70% de los pacientes pueden llevar una vida normal, libres de dolor, o con un dolor muy pequeño, sentencia.

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