El Señor del Barrio Alto se pasea por Huelva

La hora se cumplió y las puertas de la Parroquia del Barrio Alto se abrían para dar paso a la cruz de guía de Pasión, a la que seguían decenas de nazarenos con su tradicional hábito morado. Mientras, dentro del templo el paso de misterio se preparaba para caminar dentro de la Mayor de San Pedro con el señorío que le caracteriza. Sentidas levantás iban abonando un recorrido que se antojaba majestuoso y emocionado. Vito Valle, Javi Zamora o los pequeños Ruth y José estuvieron presentes en el sentir de las trabajaderas, y en la conciencia de los cofrades que “hay que comprender a esa madre, y alentarla para que los niños estén en su casa que es donde deben estar”. Mientras en los alrededores de la Iglesia de San Pedro, la gente se arremolinaba para vivir uno de los momentos más representantivos de la Semana Santa onubense: ver como el Señor del Barrio Alto pasea por Huelva seguido de su madre, la Virgen del Refugio. Cientos de personas en la plaza, en el porche y como no, en el Paseo de Santa Fe, lugar de encuentro de Huelva con su Pasión. Tramos de nazarenos caminaban en penitencia mientras los pequeños monaguillos se iban colocando en las tablas de San Pedro para dar paso a una salida única, en la que han querido estar presentes hasta unos tímidos rayos de sol que se querían despedir de este Martes Santo con la tristeza de no poder ver a todas las hermandades por las calles. Con suavidad, con señorío, con tranquilidad. Así las trabajaderas de Pasión hacían que su titular se presentara a Huelva para deleitarnos con una Estación de Penitencia única e irrepetible. Nada más salir, ya le llovían saetas a Nuestro Padre Jesús de la Pasión y un regalo maravilloso sonó en su llegada al porche de San Pedro, con la marcha ‘Pasión por Huelva’ (que se repetiría por la entrada de la Carrera Oficial). Como sólo él sabe hacerlo, Jesús de la Pasión caminó entre los cofrades para dar paso a un cortejo de penitencia que, fiel, siempre le acompaña cada Martes Santo. Un cortejo que antecedía a una de las Vírgenes que ofrece una de las imágenes de la Semana Santa, las saetas que nunca cesan.Poco a poco, hasta llegar a la calle Licenciado Agustín de Mora, Huelva se viste de Pasión y baja al centro para ofrecer un sabor cofrade único y señorial. Calles como Puerto, Ciudad de Aracena o Isaac Peral para llegar hasta la Carrera Oficial, donde llegaría con el retraso provocado por las circunstancias del día.