Jueves Santo
Historia en mayúsculas desde el porche catedralicio
21.30 h. Arte en estado puro. La Hermandad de los Judíos se ha echado a la calle desde La Merced, poniendo en el porche catedralicio parte del patrimonio más antiguo de la ciudad. Pese a los momentos de tensión que se han vivido cuando una tenue lluvia hace acto de presencia, la cofradía mercedaria ha seguido adelante, brindando un verdadero espectáculo a las puertas de La Merced.

Puntual, la marea de morrionescorinto comenzaba a desfilar por el lateral de la catedral de La Merced a las ocho de la tarde. El porche catedraliciovolvía a acoger un año más el desfilar del patrimonio de ingente valor de la Hermandad de los Judíos, que pasea cadasemana de Pasión a las imágenes más antiguas de la capital.

Mientras la gente esperaba ansiosa en la plaza, en elinterior del templo Francisco Cumbrerashacía sonar el martillo que indicaba que NuestroPadre Jesús de las Cadenas se ponía en marcha. Salvando a la perfección lamaniobra, especialmente complicada por la estrechez de las puertas de la catedral,el misterio, poco a poco, aparecía sobre un manto de claveles rojos ante los que se agolpaban en la Vega Larga.
Atado y flagelado, la Bandade Cornetas y Tambores Virgen de la Salud lo recibía con la Marcha Real, mientras el dorado de supaso destelleaba en la portada de la catedral. Sobrio, imponente, enfilaba elporche en busca del abrazo con el corazón de la ciudad, esa ciudad queencuentra en Él, así como en el resto de titulares de esta cofradía, parte desu patrimonio más valioso.
Acababa de salir Jesús de las Cadenas del porche mercedariocuando en el cancel se mostraban los primeros faroles del Cristo de Buen Viaje que, en una chicotá limpia, luciendoesplendoroso tras la restauración ala que fue sometido en 2010, se plantaba ante los ojos de los onubenses. La talla más antigua de la Pasión onubensevolvía a echarse a la calle, un año más, para mostrar su inmenso dolor antetodos, contrastando con las dulces voces del coro de niños que este año le acompañaban.

Sobre un monte de lirios morados, salpicados por algunosblancos, Buen Viaje avanzaba directo por el porche cuando las primeras gotashacían acto de presencia, amenazando con arruinar el espectáculo que ofrecía lahermandad en las calles de Huelva.
Pero la cofradía mercedaria no se achicó y, lejos deamilanarse, tras esperar apenas unos minutos, siguió como si nada y pronto pusoa su Dolorosa en la calle. María Santísimade los Dolores, espectacular ella y su manto, bailando a los sones, porprimera vez, de la Banda Sinfónica delLiceo Municipal de Moguer, se presentaba, salvando el cancel de La Merced ysiguiendo a sus hijos. Directamente, sin perder tiempo, vehemente hacia suabrazo con la Concepción.
Fotos: Alberto Pérez