Martes Santo > La Salud
Sentencia de experiencia plena
Al cuarto intento la cofradía de Pérez Cubillas, joven y voluntariosa, pudo gozar de una estación de penitencia normal, sin amenazas de lluvia ni sobresaltos, para seguir su itinerario previsto y llevar al centro de la capital el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia en su Presentación al Pueblo. Merecían ser feliz los miembros de una hermandad que tanto hace por su gente en lo social y lo espiritual y que fue ovacionada en su primera carrera oficial.

Merecían ese gozo, deuda saldada. La experiencia completa de un Martes Santo tan soñado como sufrido desde 2011 ha podido materializarse por fin para felicidad de la feligresía de San Francisco de Asís y la barriada de Pérez Cubillas, humilde y multicultural, necesitada de una alegría que sólo la Hermandad de la Salud podía materializar con el amor hecho cofradía a través de la puesta en la calle del paso de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia en su presentación al pueblo.

Quedaron atrás tres años de lluvia, incertidumbre y desconsuelo, que se hicieron lejanos con la omnipresencia del sol en el cielo onubense, que con su reclamo redobló el interés que genera esta cofradía entre su gente, que pobló las puertas del templo y sus alrededores. En 2011 sus fieles no vieron salir por sus puertas al Señor y tampoco en 2012 y el pasado año las ganas se aliaron con la valentía para echarse a la calle a pesar del mal tiempo, pero tras cobijarse en la Concepción regresaron a su barrio sin poder alcanzar una carrera oficial que tenían muy cerca.
Esta vez no hubo que forzar ninguna situación ni mojarse ni dudar, tan sólo abrir el corazón y dar lo mejor de uno mismo para derramar el sentido de una hermandad que tanto hace por su gente en lo social y lo espiritual y compatirlo por cada calle hasta llegar al casco antiguo de la ciudad y pregonar en él su verdad.

La luz y su calor templaban los momentos previos y acariciaban las puertas del anexo del templo, por las que emergió la cruz de guía y los primeros tramos de los 180 nazarenos de la hermandad, que imponía orden donde hubo incertidumbre. Al capataz Juan Vicente Rivas se le notaba en el tono de voz la alegría en las maniobras iniciales y también el profundo sentimiento a hora de anunciar las dedicatorias de las primeras dos levantás de su paso. Una fue para los hermanos ya fallecidos y para el “patrimonio” de la cofradía, su gente, y en especial su grupo de costureras y por ende “las mujeres de la hermandad”, que tanta dedicación han puesto en ella.
Esta vez el trabajo tenía su recompensa y también el ánimo firme puesto ante la adversidad, pues el gran mérito de los hermanos de la Salud ha sido mantener el alma llena de ilusión, dispuesta y comprometida año tras año hasta poder derramarla sobre la Huelva cofrade. Por delante 10 horas de recorrido por varias barriadas hasta el centro a la ida y la vuelta, espacios y tiempos para llenar de instantes especiales.

A las 15.30 horas el único paso de la Salud, aún por tallar se mostraba sencillo e imponente poco a poco hasta estar completamente bajo el sol. Sobre él el Señor de la Sentencia presentado ante el pueblo, con el torso desnudo y los ropajes caídos, como la mirada en el rostro, dando la espalda al resto del misterio, integrado por Barrabás, dos soldados romanos, un esclavo, Poncio Pilato y su mujer, Claudia Prócula, además de un sanedrita acusador.
Los sones triunfales de la Agrupación Musical Santísimo Cristo del Amor dieron el primer gran impulso al paso de misterio, que fue recibido como una bendición por sus fieles en la calle Río Guadalquivir. Un buen número de vecinos, más que nunca, se agolpaban en las aceras para ver a su sagrado titular, que comenzó a recrearse entre los suyos, que a cada rato le tributaban una sonora ovación.
Minutos después, por la calle Ebro el cantaor Eduardo Hernández Garrocho, un fijo en las salidas de la hermandad, entonaba la salmodia con la que se relata cantando el decreto de sentencia dictado contra Jesucristo y que comenzaba diciendo “esta es la sentencia que manda Poncio Pilatos, presidente de Judea por el imperio romano”.
La cofradía de La Salud callejeó por Río Salado, Río Guadaira y Río Duero hasta llegar a Ángel Serradilla, desde donde se subió a la calle Isla Cristina y Mazagón para buscar la plaza América y alcanzar la Avenida de Guatemala sobre las 17.30 horas. El paso era más firme entonces para cumplir con el horario previsto, siendo las siguientes vías plaza de España y Alameda Sundheim para tocar el centro sobre las 18.00 horas por la plaza del Punto, un momento muy celebrado.

El resto del recorrido hasta carrera oficial transcurrió por las calles Berdigón, Alonso Sánchez, Plaza Niña Esperanza Coronada, La Paz, Rábida, Murillo, Vázquez López, Gobernador Alonso, Hernán Cortés, Rascón y Bocas. En estas vías del centro la cofradía se encontró con el entusiasmo y el interés de los cofrades por ver a esta hermandad tan esperada por Huelva. Sobre las 19.30 horas llegaba un momento histórico para la Hermandad de la Salud y también para la Semana Santa de Huelva, puesto que por primera vez se pedía la venía correspondiente para entrar en carrera oficial, un acto protocolario en el que se evidenció la emoción de su gente y también de los que esperaban, que tributaron una gran ovación a su entrada, algo inhabitual. Los ojos estuvieron bien abiertos por parte de los ocupantes de los palcos, que vieron avanzar los nazarenos de capa marrón y poco después llegar al paso de misterio de Jesús de la Sentencia, que se gustó y encandiló a los cofrades, que permanecieron de pie a su paso. Sus costaleros, con las marchas de la Banda Cristo del Amor, mecieron a su titular con estilo y volvieron a lloverle los aplausos en la Placeta.
Tras la carrera oficial el itinerario de regreso tuvo como punto fuerte y novedoso el paso por el Barrio Obrero, hasta donde la cofradía de Pérez Cubillas llegó tras salir de Gran Vía y de nuevo tomar la Plaza del Punto, la Alameda Sundheim, Plaza de España, Avenida Guatemala y el Arco Barrio Reina Victoria. En este pintoresco lugar de la capital eran muchísimas las personas que esperaban para ver de nuevo a la Sentencia caminando con paso firme. En la noche los flashes de las cámaras fueron constantes por el Paseo Virgen de la Victoria. Las siguientes vías fueron Ronda Exterior, Calle G, Roque Barcia, Puebla de Guzmán, Nieba, Cortelazor, Isla Cristina, Obispo Díaz Bernal, Islas Columbretes, Puebla de Sanabria, Venezuela, Jabugo, Río Guadaira, Río Duero, Río Guadiana, Río Piedras, Río Chanza, Río Guadalquivir y templo.