Los Fantasmas Marroquíes, ultranacionalismo adolescente

Así, en una entrevista concedida al portal especializado ’Softpedia‘, declara que el objetivo de sus acciones son “la defensa de mi país y protegerlo de los enemigos”. Además, su nacionalismo extremo les lleva a mostrar una fidelidad casi mística a la monarquía, lo que unido al fundamentalismo religioso conforman el triángulo ideológico en el que fundamentan su razón de ser: “Dios, Patria, Rey”. Se considera, sin embargo, un hacker “blanco, o casi”, ya que los mensajes como el que ayer sustituyó a la página de inicio de la web de la Denominación de Origen de Condado de Huelva no están exentos de claras amenazas.

Asimismo, King Neco reveló que aunque el grupo fue fundado el año pasado, ya son muchos los piratas que se han adherido a él en diferentes regiones del reino alauí.

De hecho, según el sitio especializado Zone-H, los Fantasmas Marroquíes han perpetrado 256 ataques a la Red solamente durante el año pasado, cifras de auténtico récord. Mientras, otro portal dedicado a la cibercultura, Hackread.com, les responsabiliza de haber pirateado 32 sitios israelíes y estadounidenses únicamente en el mes de septiembre; un nivel de actividad que les ha permitido hacerse un nombre y una ’reputación‘ en el universo hacker.

Las objetivos que este grupo selecciona no obedecen a ningún criterio concreto, siempre que las webs se localicen en las naciones consideradas enemigas: generalmente cualquiera que pertenezca a la cultura occidental, aunque muestran una especial ’predilección‘ por países como Israel o España. También hacia todos aquellos sensibilizados con la causa saharaui y a quienes no catalogan al Frente Polisario como un grupo terrorista. Mención aparte merece Argelia, por quien los ultranacionalistas marroquíes sienten una hostilidad feroz. 

Por otra parte, su líder, King Neco, no renuncia a desarrollar su carrera como profesional de la informática y su intención es dedicarse a la investigación de la seguridad en redes. Sin embargo, advierte de que entre sus planes no está renunciar al hacktivismo, ya que forma parte de sus principios y responsabilidades. 

Mientras tanto, no oculta su temor a sufrir las severas leyes que su país reserva a este tipo de delitos, ya que la piratería cibernética está castigada con penas de hasta cinco años de cárcel, además de multas muy abultadas. No obstante, considera que la protección de su país está por encima de las posibles represalias: Si quieren aceptarlo son bienvenidos, pero si no quieren, no me hará dejar de hacking.