CRÍTICA 'MILES GLORIOSUS'

Una tarde entretenida

Lleno el teatro, de ocupación, pero también de risas y hasta de carcajadas cuando los chistes subían de tono y se tornaban gruesos

Humor gris

Jugando en casa y goleando

Representación de 'Miles Gloriosus' en el Gran Teatro h. corpa

Bernardo Romero

Sobera sabe representarse a sí mismo, que es lo que el gran público en definitiva quiere, acercarse a un plató para ver a esos rostros familiares y queridos, o queridos y familiares, de tanto asomarse a los hogares donde un televisor domina todo el espacio social, y el de ocio.

Sobera sabe de teatro y de mucho más. Quién fuera entre otras muchas cosas profesor universitario nada menos que de Publicidad, es consciente de qué es y cómo funcionan los distintos segmentos de población, el lugar exacto y por ende en el que está su clientela. Si a esto le sumamos una producción impecable en lo que concierne a escenografía, música, vestuario y todo lo demás, por lo que pudimos ver el viernes en el Gran Teatro, el resultado no puede ser sino redondo.

Lleno el teatro, de ocupación, pero también de risas y hasta de carcajadas cuando los chistes subían de tono y se tornaban gruesos, algo habitual en el teatro grecorromano. En definitiva, una tarde divertida. Todo perfecto.

El Sobera que pisó las tablas del coliseo de la calle Vázquez López, contó además con la muy buena compañía de un elenco en el que la productora no ha podido ser más certera. Elisa Matilla, Ángel Pardo y todos los demás están verdaderamente sobresalientes. Mucho teatro en sus perfiles.

De ahí que Carlos Sobera pueda darse el gustazo de olvidar que también es actor, o más bien de ser consciente de que lo importante en montajes tan cuidados como este, lo más conveniente, es saber representarse a sí mismo, de ahí sus interacciones con un público al que más que en el patio de butacas, lo tiene entregado al borde de un plató de televisión. Tiene tablas el actor, profesor, presentador y productor. Tiene tablas y tiene platós. Muchas horas de plató.

Carlos Sobera se dirige al público en un momento de la función H. Corpa

Los actores bien. No paran un momento en esta comedia de enredo y hasta interactúan con el público, se supone que para no dejar solo en ese apartado al que podría ser primer actor de no ser porque la función se torna coral a medida que se va conociendo a los personajes. De ahí que a medida que crece la burla sobre el pobre, en el fondo, soldado fanfarrón creado por Plauto hace una porrada de años, como podía ser hoy creado cualquier personaje de la política o del mundo empresarial, el público, o su público podríamos decir, acaba apiadándose del pobre soldado idiota, queriéndolo más como a un niño travieso que cómo lo que realmente es, un tipo despreciable.

Volvamos y acabemos con la puesta en escena, con la escenografía de telón, a nuestro entender más que acertada brillante. Los actores mueven los telones de un lado para otro y con ello crean ambientes distintos, muy romanos en los dibujos estilizados y exagerados de un capital o un fuste acanalado. La iluminación juega un papel importante, determinante en colaboración con el utillaje, en este juego de malabar que hace de elementos tan escuetos un escenario grandioso. No olvidemos las conchas de Cardium edule en las candilejas, puro decorado. Genial.

Imagen principal - Una tarde entretenida
Imagen secundaria 1 - Una tarde entretenida
Imagen secundaria 2 - Una tarde entretenida
Representación de 'miles gloriosus' en el gran teatro

Y para redondear la brillante puesta en escena, un vestuario para decir ole. Un vestuario que es parte de la propia función, pues describe no ya la obra de Plauto, sino la versión, divertida y desenfadada de una función pensada para eso, para divertir y entretener. Y así fue, pasamos una tarde de teatro divertida, entretenida. Nada del otro mundo, solo eso que define la palabra sobre la que pivota la mayor industria del espectáculo del mundo, el entretenimiento. Entertainment que le dicen en los iuesei. Para qué más. Con la que está cayendo siempre, en tiempos de Plauto como en estos de ahora, para qué más.

- Teatro. Aforo: 644 localidades (Agotadas las entradas); 15 de diciembre, 2023. Tarde de teatro prácticamente en la mesa de camilla. Un popular presentador de programas de televisión muy bien acompañado sobre el escenario y, por supuesto, en la platea.

MILES GLORIOSUS, de Plauto, en versión de Antonio Prieto

Dirección

Pep Antón Gómez

Escenografía

Alejandro Contreras

Iluminación

Miguel Ángel Camacho

Vestuario

Ana Ramos

Música original

Mariano Marín

Reparto

Carlos Sobera, Elisa Matilla, Ángel Pardo, Elena Ballesteros, Juanjo Cucalón, David Tortosa, Antonio Prieto y Arianna Aragón.

 

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