El escritor y periodista Juan José Téllez, amigo de Carlos Cano, confirma el origen de 'María la Portuguesa': «Se inspira en una noticia del periódico»
El autor algecireño ofrece una charla en el Ateneo para demostrar con ejemplos que Huelva formaba parte de la «geografía sentimental» de este andaluz universal
'Pensamientos confinados' (XXIX): Es una pandemia, no una guerra
Huelva
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl escritor y periodista Juan José Téllez ( Algeciras, 1958) vive, como él dice, «acantonado» en Cádiz. Pero también aprecia salir de la Tacita de Plata para adentrarse, con los vientos de la música, en Huelva, provincia que considera hermana. La visita para contar este lunes (19.00 horas), invitado por el Ateneo de Huelva en la Facultad de Empresariales de La Merced historias, recuerdos y anécdotas de Carlos Cano (1946-2000). Es un artista especial, del que en diciembre se cumplirán 25 años de su muerte y el año que viene 80 de su nacimiento.
El título de la conferencia es 'La Huelva de Carlos Cano', un enunciado que remite irremediablemente a su canción más icónica, 'María la portuguesa', inspirada en una historia de amor entre las dos orillas del Guadiana. «Desde Ayamonte hasta Faro», cantaba este andaluz universal.
Téllez, amigo y biógrafo de Cano, reconoce que no tiene un as bajo la manga sobre este tema, porque «de María la Portuguesa ya se sabe casi todo. Hay hasta un documental y una obra de teatro». No obstante, recuerda que en la primera entrevista que tuvo con Cano, alrededor de 1982, aunque ya lo conocía de antes, le hizo «mucha gracia» dos de las frases que le dijo. Una que él era «un andaluz triste como Luis Cernuda» y otra que se consideraba «un periodista con guitarra». Al hilo de esto, confirma de primera mano que «María la Portuguesa se inspira en una noticia de periódico. Él tenía la misma forma de trabajo que las agrupaciones carnavalescas».
Es muy conocido y se ha escrito mucho sobre del suceso real tras la canción. Ocurrió en 1985, cuando la guardia costera portuguesa mató a tiros a un contrabandista onubense llamado Juan Flores que cruzaba el río con una carga de marisco, muerte que causó conmoción en Ayamonte. Le lloraba una misteriosa mujer portuguesa, María, una prostituta que vivió una historia de amor con el marinero fallecido. Ella fue identificada como Aurora Murta Gonzaga, quien perdió la cabeza a raíz de esta pena y fue diagnosticada con el 'Síndrome de Diógenes'. Falleció en una residencia portuguesa sin saber que era la protagonista de una canción que hizo famosa su historia.
«Una canción significativa que no dejó de cantar nunca»
Pese a la popularidad de la canción, Cano no le cogió manía, como le puede pasar a otros cantantes con temas muy demandados por el público. «María la Portuguesa fue una canción significativa que no dejó de cantar nunca», resalta Téllez, que recuerda que la cantó a dúo con Amalia Rodrigues, pero la grabación que hicieron «inicialmente técnicamente estaba defectuosa y tuvieron que esperar 10 años para poder recuperarla», ya con la fadista fallecida, para publicarla en un disco.
El periodista por el contrario, afirma que el autor granadino sí estuvo «un tiempo» sin cantar la canción 'Verde, blanca y verde', en gran medida porque «él decía que la había escrito para un pueblo que soñaba y Andalucía había dejado de soñar».
En su cancionero hay un tema de 1980 dedicada a Huelva, 'Huelva mía', en uno de sus primeros discos, 'De la Luna y el Sol', donde se pronuncia «contra la contaminación y el Polo Industrial», recuerda el experto, que también valora que un artista onubense como el ayamotino Juan Santamaría ahora le esté haciendo un homenaje. De hecho, en octubre hubo un concierto junto a la Banda Sinfónica Municipal para interpretar versiones de sus coplas más célebres, fusionadas con fados y otros ritmos.
«En sus canciones hay más de Cádiz, pero Huelva aparece también con mucha frecuencia, porque, además, estuvo un tiempo bastante vinculado a Sevilla y Huelva era su salida al mar», destaca Téllez, que valora que muchas localidades, como Ayamonte, le dedicaron calle a Cano, que también, siguiendo su espíritu andalucista, se interesó por Isla Cristina, donde vivió Blas Infante, el padre de la patria andaluza.
Una canción especial compuesta en Huelva
El autor algecireño comenta que «hay varias canciones en las que aparece Huelva y hay una canción muy especial, las 'Habaneras de Cádiz', que la compuso en Huelva», resalta. Fue en Matalascañas, junto al periodista y escritor de ABC Antonio Burgos, fallecido en 2023. «Empezaron a darles vueltas a la canción y la terminaron allí», apunta Téllez. Asimismo señala que «Huelva es la puerta del fado, la puerta de Portugal y para Carlos Portugal fue muy importante».
Por tanto, Juan José Téllez concluye que «hablar de él en Andalucía no está de más y recordar sus vínculos. Huelva formaba parte de la geografía sentimental de Carlos Cano, no era un lugar que le fuera extraño».
Carlos Cano en dos obras
Téllez ha escrito dos obras biográficas sobre el protagonista de la conversación. Recogió una colección de entrevistas en 'Carlos Cano: una historia musical andaluza' (Fundación Autor, 2003) y como coautor junto a Antonio Ramos, dio forma a 'Carlos Cano. Una vida de coplas' (Fundación José Manuel Lara y la Cátedra Federico García Lorca, 2004). Estuvo en Cuba siguiendo su pista y también en Nueva York con Valentín Fuster en la clínica donde le salvaron la vida. «Hicimos un trabajo periodístico interesante», recuerda.
Pero quizás el plus está en que fueron amigos, aunque admite que las «amistades póstumas» le dan «cierto repelús». Matiza que la relación que se establece con las personas a las que accedes a través del periodismo «nunca se sabe haata dónde llega lo profesional y lo sentimental», pero en definitiva, acaba afirmando que «se puede decir que fuimos amigos y compartimos muchas cosas íntimas y muy particulares». Incluso tuvo acceso al disco duro que tenía el artista granadino en el momento de su muerte, donde estaban toda una serie de anotaciones, poemas y «posibles canciones», «ideas para muchas cosas…».
También debe haber una vertiente política en cualquier conversación sobre Cano, porque colaboró con el Partido Socialista de Andalucía y uno de sus fundadores fue Alejandro Rojas Marcos. «El padre de su primera mujer veraneaba en Punta Umbría y creo recordar que allí se hizo alguna reunión y que fue Alejandro quien le habló a Antonio Burgos de Carlos. Fue el que hizo de puente entre los dos».
Cabe recordar que El 'Manifiesto Canción del Sur' fue un movimiento cultural y musical surgido en Granada en 1968, que defendió la poesía y la música como forma de resistencia contra la dictadura de Franco. En él Carlos Cano fue clave. No formó parte de este movimiento el grupo onubense Jarcha, que en posteriores años popularizó 'Libertad sin ira', el himno no oficial de la Transición Española. «Es un tema delicado, porque había diferencias entre El Manifiesto del Sur y Jarcha, al que Antonio Burgos le tenía especial ojeriza», se atreve a decir el experto.
«Carlos Cano es calidoscópico. Es un cantautor comprometido, gran reivindicador de la esencia de la copla, del puente con América, que tenemos olvidado. Y está su relación con Portugal, una historia y una sentimentalidad. Amalia Rodríguez cantaba copla y Carlos cantaba fado. Él y Saramago se cruzaban en el Guadiana y ya los dos no están», describe.
¿Qué cantaría Carlos Cano hoy día?
Acerca de qué música estaría haciendo ahora Cano de seguir vivo, a punto de cumplir los 80, Téllez considera que es «impredecible lo que podría hacer Carlos, pero podría apostar más claramente sobre qué letras estaría escribiendo. Me pasa con Camarón, al que también conocí, y siempre he dicho que es una pena que se muriera sin saber que existía el autotune para la voz, con lo que le gustaba la tecnología. La revolución tecnológica ha servido para que muchos se autoproduzcan«. Con Carlos Cano, »pasa igual. Tenía una curiosidad absoluta por la música, aunque había territorios en los que no entraba, como el rock and roll». Llega a la conclusión de que «no creo que hubiera hecho nada fuera de su circuito, pero habría profundizado en aquello que hacía al principio, esa canción europea, en recuerdo de su etapa en París, la 'chanson' francesa».
Al respecto apunta, que hay que tener en cuenta que el último disco que preparó Cano era de canciones infantiles de Cuba con Compay Segundo en La Habana. «Eso no me lo imaginaba», reconoce. Explica que le fascinaron los cubanos y cubanas y «esa palabra que él no llegó a conocer y se dice ahora, resiliencia, ese esnobismo tan grande». Expone que «no es más que la traducción de la canción 'A ver los barcos venir' y pasar. Es como ha estado toda la ciudadania andaluza, esperando el porvenir y éste nunca llega».
«En Cuba encontraba ese aire de libertad en un régimen que no tenía demasiada simpatía por la libertad y en el que la gente sobrevivía, intentaba ser feliz», revela Téllez, que recuerda que el autor granadino le contó que en una ocasión coincidió en Cuba con Antonio Gades y Pepa Flores y en estaban en el Hotel Nacional, que ahora tiene una foto de él ahora recordarle en un bulevar de la fama. «Me decía que ellos se iban a cortar caña de azúcar con una brigada, que si él no iba y él dijo que «con lo que he trabajado desde chico tengo suficiente». También rescata otra anécdota con un ministro de Cultura cubano al que le dijo que qué hacía ellos con los rusos, que no les pegaba nada, y él le respondió que «qué pena que la revolución bolchevique no la hubieran hecho los españoles», rememora Téllez, que cita a Pérez Reverte en lo de que en España «nos ha faltado una guillotina».
El legado del artista
Téllez tiene claro que «creo que no se le ha dado suficiente valor a Carlos Cano. Cuando un artista muere se suele decir que su obra es patrimonio de todos, pero suele ser patrimonio del olvido. En el caso de Carlos se da muchas circunstancias. Ahora se está poniendo en marcha una fundación en la que trabajan sus hijas y su hijo, Pablo Cano, va a sacar ahora su primer disco». También matiza que ha habido un tiempo en el que ha habido «algún pleito de por medio con un antiguo administrador que le jugó una mala pasada y que provocó que los discos de Carlos durante años no se pudieran encontrar disponibles. Afortunadamente ya se pueden volver a oír».
A la hora de hacer presente al artista a través de su obra, su amigo expresa que «hay una parte de Andalucía que sigue recordando a Carlos Cano y otra que ya no lo recuerda o lo peor, que no sabe que existió. No forma parte de la playlist de muchos jóvenes». Añade que «habría que resolverlo, pero es muy difícil hacerlo, porque los andaluces creo que somos muy dados a perder nuestras señas de identidad. Nos distraemos y las dejamos a la primera que salta olvidadas en un banco del parque, en el lugar donde hemos puesto la llave de nuestra memoria».
Resalta que no es un casa único y que pasa con otros músicos, escritores, pintores… «todo lo que durante un tiempo fueron símbolos y cada vez se diluyen más, como Fermín Salvochea y Diamantino García». Por tanto, sentencia que «el problema no lo tiene Carlos Cano, lo tienen los andaluces. Era una de las principales voces de la tribu llamada Andalucía, como decía Machado».
En esta línea, subraya este año se han cumplido 50 años de la publicación del disco 'El Patio' de Triana, «todo un acontecimiento y apenas ha tenido relevancia», mismo caso del álbum 'Nuevo día' de Lole y Manuel. «Por no hablar del flamenco, de lo que ha significado Paco Toronjo ¿quién lo escucha más allá de Huelva y los aficionados al fandango?». Por eso la charla en el Ateneo le motiva: «con que a alguien le pique la curiosidad y se ponga oír sus canciones…».
Leyendas entre El Niño Miguel y Paco de Lucía
La producción periodística y literaria de Juan José Téllez va más allá de Carlos Cano y también ha tenido «la suerte» de conocer a algunos de los «grandes valores de la cultura andaluza» en los últimos 50 años, entre los que también había amigos, como Paco de Lucía, Chano Lobato o María Zambrano.
Acerca de cuánto hay de verdad o mentira en que 'Entre dos aguas' de Paco de Lucía se inspiró en 'Entre dos ríos' del guitarrista onubense El Niño Miguel, si le robó parte de la obra o si por el contrario se la regaló o la compusieron juntos, Téllez cuenta lo que sabe. «Paco admiraba mucho al Niño Miguel y todos los flamencos lo primero que aprenden es a mangar y es probable que el Niño Miguel le mangara cosas a Paco de Lucía y al revés. Así es el flamenco desde hace dos siglos y no estoy dispuesto a hacer remiendos a la realidad».
Y de esta historia saca otra con más trasfondo. «Hay mucha más controversia entre una de las falsetas iniciales de 'Entre dos aguas' y la de 'Te estoy amando locamente', de Las Grecas. Prácticamente son las mismas notas», afirma. En aquella época Paco de Lucía y Felipe Campuzano, el autor de 'Te estoy amando localmente', iban mucho juntos y estaban «locos por Las Grecas. Les encantaban desde todos los puntos de vista». Los dos discos salieron prácticamente al mismo tiempo.
Pero, avisa Téllez, «si te das cuenta esa falseta sigue el estándar de jazz del 'Fly me to the moon', que popularizó Frank Sinatra, pero tocada con doble pulsación de cuerda y así sale la armonía. Fue de los temas que le interesó a Paco del jazz cuando se lo puso un amigo de la juventud, José Luis Marín».
El autor también ha colaborado con el guitarrista flamenco onubense Juan Carlos Romero en un disco de Pepe Roca, también con éste, y con Martirio para homenajear a Chavela Vargas. «La música me lleva a Huelva y Huelva a la música», acaba concluyendo. En el caso de Carlos Cano, es el caso.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión