¡Qué verdad es que todos los días se aprende algo nuevo! Sabíamos que Manuel de la Tomasa, por la rama paterna desciende de Manuel Torres, pero al menos este aprendiz de aficionado no sabía que también desciende de la rama de Manuei Vallejo. Este último recibió de aquel la Copa Pavón en 1926. Y por si faltaba algo, junto a José de la Tomasa estaba el cuadro de Manolo de Huelva, que acompañó a ambos en muchas ocasiones.
Yendo al grano, con un ambiente muy distendido y sin megafonía, empieza por malagueñas del 'Niño de Cabra' basada en la del Mellizo y la del 'Niño del Huerto'. Los bajos muy buenos. Se nota que tiene conocimiento. Continúa con alegrías de Cádiz, sacando los olés a los asistentes en varias ocasiones. Ambiente muy flamenco.
Se mete por tientos-tangos, teniéndonos a todos ya en el bolsillo. Cada vez se encuentran más a gusto, trasladándolo al respetable. Ole, Ole y Ole. Finaliza la primera parte por soleares, dejándonos un buen sabor de boca.
La segunda parte comienza por seguiriyas con unos muy buenos bajos y tirando para el norte, acordándose de Tomás entre otros; Cantes de Levante muy bien llevados, metiendo el último por tangos, fandangos libres con gran dominio, para acabar por tonás con la debla de Tomás.
De David de Arahal decir que cuando le dio la entrada por malagueñas al cantaor se 'comió con papas' a los aficionados. ¡Qué manera de acompañar! El tiempo dirá si esta pareja se hace grande. De momento ahí están. Cuando tengan 50 recitales a sus espaldas estaremos hablando de otra cosa. ¡Flamenco es Flamenco!
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