Alba Vázquez, decimocuarta en el Mundial, estuvo a punto de dejar la natación por una enfermedad rara: «Tengo que estar contenta»

La nadora onubense, vigente campeona de España de 400 estilos, nadó en 4:46.01 y apunta a luchar por una plaza olímpica en Los Ángeles

Una brillante Alba Vázquez logra la mínima para el Mundial de Singapur en 400 estilos

Alba Vázquez FAN
Mario Asensio Figueras

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Las competiciones tienen un resultado objetivo aplicado por el registro del cronómetro, pero más allá de los números, emanan un valor personal en cada deportista guarda un significado. En la nadadora onubense Alba Vázquez ser decimocuarta del mundo en los 400 estilos, con un crono de 4:46.01, supone a agarrarse a su sueño de seguir en la elite de la natación y continuar siendo aspirante a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 tras un año muy complicado por una enfermedad rara y crónica, una hepatitis autoinmune.

La que fue campeona mundial y europea júnior de la distancia, marcando el récord mundial de la categoría, nadó en en las eliminatorias por la calle 1 y peleó la prueba. En el segmento de mariposa iba tercera, con la canadiense Summer McIntosh marcando el ritmo. En la espalda tocó la pared en novena posición y su tiempo le dio la clasificación final.

En declaraciones a La Vanguardia, Vázquez comentó que «me encontré rara, pensé que lo había hecho mejor» y reveló que desde julio de 2024 viene pasando por un calvario de pruebas médicas e incertidumbre tras mostrar una analítica de control que tenía alteradas las transaminasas. «Notaba más cansancio del habitual», explica y añade que lo ha pasado «mal», pues la situación le afectó psicológicamente.

Finalmente se dio con un diagnóstico certero en diciembre: hepatitis autoinmune, una enfermedad rara sin cura efectiva que afecta a 4.000 personas en España. Es una inflamación del hígado que sucede cuando las células inmunitarias confunden a las células normales del hígado con invasores dañinos y las atacan. Por ello necesita medicación a diario para regular los ataque de su cuerpo al hígado.

«Sé que eso vivirá conmigo, lo tengo ya ahí», admite, pero afirma que «me encuentro mucho mejor». No obstante, reconoce que «en enero pensé en dejarlo, veía que no avanzaba. Pero por suerte estoy aquí y creo que tengo que estar contenta».

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