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Ensalada de morcilla: la sorprendente y saludable receta que te dejará sin palabras
Aquí apuntamos una solución divertida y con la que vas a quedar como un genio de la cocina. De paso te vas a librar de esa morcilla que tenías ya al borde del cubo de la basura
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- Dificultad básica
 - 2 comensales
 
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Iniciar sesiónINGREDIENTES
- Morcilla
 - Tomate
 - Pimientos morrones
 - Brotes tiernos o canónigos
 - Queso fresco (del Buitrón si puede ser)
 - Ajonjolí
 - Pipas de Girasol
 
Te han regalado una morcilla del pueblo de este familiar o de aquel amigo, porque es evidente que, como las morcillas del pueblo de uno, no hay ninguna. El caso es que llevas con la morcilla en el frigorífico desde hace tiempo por mor de que no se estropee. No sabes qué hacer con ese embutido tan grasiento, y ahí está, durmiendo el sueño de los justos, que cada vez que abres el cajón de los embutidos para hacerle al niño un bocata de jamón york, te encuentras con la morcilla de las narices.
La morcilla no es realmente de las narices, sino elaborada con sangre y las partes menos nobles del cerdo. Pues aquí te apunto una solución divertida y con la que vas a sorprender no ya a los invitados, sino a uno mismo. Total, que vas a quedar como un genio de la cocina y de paso te vas a librar de la morcilla que tenías ya al borde del cubo de la basura.
Este embutido se elabora con sangre cocida, especias y a veces otros ingredientes como el arroz o la cebolla, que son los más habituales, pero sobre todo la morcilla contiene grasas, demasiadas grasas, que son las que vamos a evitar y ahora os cuento cómo. Se trata de una operación más rápida de lo que parece, pues se trata de colocar la morcilla cortada en ruedas de algo menos de un centímetro, y llevarlas al horno, que deberá estar previamente calentado, como a 180º más o menos. Observaremos que enseguida empieza a soltar una grasa casi transparente, y cuando ocurre esto, se sacan con objeto de que no nos queden sequeronas. Lo demás es montar la ensalada a nuestro gusto, con verduras refrescantes, como el pimiento del piquillo o el tomate, unas notas que irán de lo dulzón a lo ácido y que nos resultarán de lo más agradable.
Receta paso a paso
1. Que suelte la grasa
Ya hemos apuntado el modo de aligerar de grasas la morcilla, cortándola en ruedas no muy finas y dándoles un golpe de calor en el horno, solo un golpe, si está el horno caliente, un par de minutos, de modo que suelten algo de las excesivas grasas que contienen. De esta manera además ganan en sabor, o quizás sea la sugestión que provoca el comer estas morcillas a las que les hemos bajado los humos… digo las grasas.
2. Montamos la ensalada
En el fondo de la ensaladera ponemos brotes tiernos o canónigos, o la lechuga que queráis. Con cogollos debe quedar muy bien esta ensalada. Sobre esta base colocamos queso fresco, tomate y pimientos del piquillo, encima del todo la morcilla desgrasada, y acabamos de adornar con ajonjolí, o piñones, o pipas de girasol, con lo que tengáis o con lo que os apetezca. Ahora se me ocurre que con kikos machacados tampoco debe quedar mal esta ensalada.
Aliñar al momento de servir con la tradicional mezcla de vinagre, sal y aceite.
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