Antoñito Molina desata la euforia en el viernes más esperado de las Colombinas
La combinación de conciertos multitudinarios, casetas a pleno rendimiento y un ambiente festivo desbordante confirmó la del viernes como la gran noche por excelencia de las fiestas de la capital
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Las Fiestas Colombinas de Huelva vivieron la noche del viernes la jornada que estaba marcada en rojo en el calendario de miles de onubenses. Las previsiones se cumplieron y el recinto ferial registró un lleno absoluto, confirmando el ecuador de la semana festiva como el primer gran baño de multitudes de esta edición. La coincidencia con el inicio del fin de semana y una potente oferta musical actuaron como un imán para un público masivo que desbordó cada rincón del recinto junto a la ría.
El epicentro de la noche fue, sin duda, el Espacio de Conciertos, una explanada que este año supera los 11.000 metros cuadrados y que fue fundamental para acoger a la multitud. La programación apostó por dos artistas con un enorme poder de convocatoria. Abrió la noche a las 22.30 horas el onubense Christian de Moret, que congregó a un público fiel y preparó a los presentes para el clímax que llegó a partir de las 00.30 horas con la actuación del gaditano Antoñito Molina, uno de los nombres más esperados de todas las fiestas, que desató la euforia entre los miles de asistentes con su pop enérgico y sus letras coreadas al unísono.
Para todos los públicos
Pero la noche del viernes fue mucho más que su escenario principal. La diversidad de propuestas se extendió por todo el recinto, ofreciendo alternativas para todos los gustos y edades. La Caseta Municipal se convirtió en el territorio de los más jóvenes con la celebración del 'Día de la Juventud'. La programación especial arrancó a las 22:00 horas con una exhibición de baile urbano a cargo de A.J. La Nueva Escuela, dando paso después a los sonidos más potentes del certamen de bandas locales ComboRock, con las actuaciones de los grupos ganadores Akrovosity y The Big Bang Theory. La noche en este espacio la cerró, como viene siendo habitual, la Orquesta Alejandra, que mantuvo el baile hasta altas horas de la madrugada.
Mientras tanto, la caseta de la Diputación Provincial, gran protagonista de estas fiestas a las que da nombre, ofreció una propuesta diferente y con un toque nostálgico. Dentro de su 'I Festival de Tributos y Versiones', la noche del viernes estuvo dedicada a la música quinqui con el concierto de Kinkitrónico, que repasó la banda sonora de una época. Tras ellos, la sesión de DJ Rumble tomó el relevo para continuar la fiesta.
Más allá de la música
La atmósfera festiva no se limitó a los escenarios. Las calles del recinto ferial se llenaron de color y ritmo con el pasacalles de las 'Indias Precolombinas', una de las tres animaciones de inspiración iberoamericana impulsadas por la Diputación para reforzar la esencia de las fiestas. En el plano institucional, la caseta provincial continuó con su labor de anfitriona, recibiendo a representantes y vecinos de los municipios de La Zarza, Cortelazor, Cabezas Rubias y Corteconcepción, un acto que visibiliza la idea de «unidad» que preside esta edición.
Para que una noche de afluencia masiva como la del viernes se desarrollara con normalidad fue clave el amplio dispositivo de servicios públicos. Más de 55 agentes de la Policía Local, junto a efectivos de bomberos, personal sanitario y Protección Civil, velaron por la seguridad en todo el recinto, mientras los equipos de limpieza trabajaron para mantener el espacio en óptimas condiciones. Asimismo, el servicio especial de autobuses urbanos, con seis líneas funcionando hasta las 7.00 de la mañana durante el fin de semana, facilitó los desplazamientos de miles de personas, demostrando ser un pilar fundamental para la movilidad en las fiestas.
