TURISMO

Huelva y Sevilla, un viaje histórico y cultural por el sur de Andalucía

Andalucía es el sur de España, con su luz, su clima y sus playas. Pero dentro de esa cálida Comunidad Autónoma compuesta por ocho provincias, hay dos de ellas, limítrofes entre sí, que son por excelencia el “sur” dentro del sur.

Huelva y Sevilla, un viaje histórico y cultural por el sur de Andalucía

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Hay un rumor popular que dice que ambas provincias compiten entre ellas. Más allá de dimes y diretes, Sevilla y Huelva se complementan, lo que a una le falta lo aporta la otra y viceversa, en una simbiosis perfecta, cuyo resultado es un viaje por dos territorios hermanos, en los que se aúnan todos los factores para convertir este recorrido en una de las rutas más ricas por su contenido histórico, artístico, cultural y natural.

Desde la frontera con Portugal y el río Guadiana; pasando por el río Tinto y el Odiel; las marismas del Rocío; el parque Nacional de Doñana; hasta el Guadalquivir y la Torre del Oro, la giralda o la judería.

En el transcurso de este trayecto podremos deleitarnos en estos parajes y en muchos más. Debido a esta amplia oferta y diversidad turística, deviene que cada vez sean más los visitantes, de origen nacional o internacional, que optan por este híbrido como uno de los principales destinos para disfrutar de playa y naturaleza, combinado con arte y cultura, para pasar las vacaciones.

Con 120 kilómetros, la ciudad puede presumir de ser la costa más amplia de todo el territorio nacional, donde sus kilométricas y diversas playas no tienen la problemática de otras costas y pueden dar una holgada acogida tanto a la población autóctona como a los visitantes externos.

Desde la costa de la luz a la capital HispalenseHuelva u Onuba, territorio ancestral de los Tartessos, más bien conocida como la Costa de la Luz.  Y es que es la provincia de España con más hora de luz, ya que el sol se oculta por el horizonte que conforma el océano atlántico con la fina arena de las playas onubenses.  Con 120 kilómetros, la ciudad puede presumir de ser la costa más amplia de todo el territorio nacional, donde sus kilométricas y diversas playas no tienen la problemática de otras costas y pueden dar una holgada acogida tanto a la población autóctona como a los visitantes externos. Pero la provincia es mucho más que sol, luz y playa, Huelva cuenta con una rica orografía que encontramos un tesoro, la ruta de Patrimonio de la Humanidad. Además de encontrarnos con uno de los espacios naturales y protegidos, por su fauna y flora autóctona, más importantes: Doñana; dentro de esta ruta nos vamos a encontrar con otras maravillas como su sierra, con Aracena, Picos de Aroche o el Andévalo, donde disfrutar de productos con denominación de origen, como el jamón serrano, la gamba blanca o los fresones de palo de la frontera, pueblo conocido también por ser el puerto y la pista de salida de las tres carabelas hacia el descubrimiento de las Américas. Hasta llegar a Almonte, municipio donde se encuentra ubicado el lugar de culto por antonomasia, la aldea del Rocio. Traspasando las marisma de la aldea nos vamos a dirigir hacia la capital hispalense para completar este tour de historia, arte y cultura. Esta es la provincia que más turistas recibe y acoge dentro de nuestras fronteras, y no es de extrañar dada la variedad de visitas que se pueden hacer por Sevilla. Su extenso territorio es el relato documental de las diferentes manifestaciones artísticas que han pasado por ella a lo largo de los años, desde los romanos, a los judíos hasta el imperio Almohade. En el centro de la capital nos vamos a encontrar con grandes tesoros estructurales y monumentales, como la Torre del oro o la Giralda, e incluso algunos de ellos engloban la lista y están declarados desde 1987 patrimonio histórico de la humanidad el Archivo de Indias, la Catedral y el Real Alcázar. Cerca de este último se encuentra el famoso Barrio Judío, sus calle estrechas, laberínticas y empedradas que bien podrían transportarnos a otra época, se tiñe todas la primaveras de tonalidades verdes y anaranjadas, gracias a sus naranjos en flor, que además nos deleitan con el aroma de sus flores. Sevilla además de contener un importante patrimonio artístico, cuenta con una arraigada herencia cultural, siendo esta la cuna del flamenco, las sevillanas y el referente primigenio del arte cofrade. Y de todo esto da buena cuenta el barrio de Triana, uno de los barrios más populares de la ciudad, donde el arte, la raza y la devoción por las cofradías se respira por cada rincón de este tradicional enclave con vistas al Guadalquivir, al que podremos acceder cruzando el río a través del puente de hierro más antiguo de España, el puente de Triana. En consecuencia, estas dos provincias divididas solo por una frontera mental, se han convertido en el tándem perfecto para dar cabida un turismo sostenible, de cercanía, natural, con parajes idílicos y antagónicos de mar y montaña, de calma y feria, de sal y jazmín. Andalucía es un contraste, y qué mejor reflejo de su esencia que la muestra conjunta de estas dos provincias.

Además de encontrarnos con uno de los espacios naturales y protegidos, por su fauna y flora autóctona, más importantes: Doñana; dentro de esta ruta nos vamos a encontrar con otras maravillas como su sierra, con Aracena, Picos de Aroche o el Andévalo, donde disfrutar de productos con denominación de origen, como el jamón serrano, la gamba blanca o los fresones de palo de la frontera, pueblo conocido también por ser el puerto y la pista de salida de las tres carabelas hacia el descubrimiento de las Américas. Hasta llegar a Almonte, municipio donde se encuentra ubicado el lugar de culto por antonomasia, la aldea del Rocio.

Desde la costa de la luz a la capital HispalenseHuelva u Onuba, territorio ancestral de los Tartessos, más bien conocida como la Costa de la Luz.  Y es que es la provincia de España con más hora de luz, ya que el sol se oculta por el horizonte que conforma el océano atlántico con la fina arena de las playas onubenses.  Con 120 kilómetros, la ciudad puede presumir de ser la costa más amplia de todo el territorio nacional, donde sus kilométricas y diversas playas no tienen la problemática de otras costas y pueden dar una holgada acogida tanto a la población autóctona como a los visitantes externos. Pero la provincia es mucho más que sol, luz y playa, Huelva cuenta con una rica orografía que encontramos un tesoro, la ruta de Patrimonio de la Humanidad. Además de encontrarnos con uno de los espacios naturales y protegidos, por su fauna y flora autóctona, más importantes: Doñana; dentro de esta ruta nos vamos a encontrar con otras maravillas como su sierra, con Aracena, Picos de Aroche o el Andévalo, donde disfrutar de productos con denominación de origen, como el jamón serrano, la gamba blanca o los fresones de palo de la frontera, pueblo conocido también por ser el puerto y la pista de salida de las tres carabelas hacia el descubrimiento de las Américas. Hasta llegar a Almonte, municipio donde se encuentra ubicado el lugar de culto por antonomasia, la aldea del Rocio. Traspasando las marisma de la aldea nos vamos a dirigir hacia la capital hispalense para completar este tour de historia, arte y cultura. Esta es la provincia que más turistas recibe y acoge dentro de nuestras fronteras, y no es de extrañar dada la variedad de visitas que se pueden hacer por Sevilla. Su extenso territorio es el relato documental de las diferentes manifestaciones artísticas que han pasado por ella a lo largo de los años, desde los romanos, a los judíos hasta el imperio Almohade. En el centro de la capital nos vamos a encontrar con grandes tesoros estructurales y monumentales, como la Torre del oro o la Giralda, e incluso algunos de ellos engloban la lista y están declarados desde 1987 patrimonio histórico de la humanidad el Archivo de Indias, la Catedral y el Real Alcázar. Cerca de este último se encuentra el famoso Barrio Judío, sus calle estrechas, laberínticas y empedradas que bien podrían transportarnos a otra época, se tiñe todas la primaveras de tonalidades verdes y anaranjadas, gracias a sus naranjos en flor, que además nos deleitan con el aroma de sus flores. Sevilla además de contener un importante patrimonio artístico, cuenta con una arraigada herencia cultural, siendo esta la cuna del flamenco, las sevillanas y el referente primigenio del arte cofrade. Y de todo esto da buena cuenta el barrio de Triana, uno de los barrios más populares de la ciudad, donde el arte, la raza y la devoción por las cofradías se respira por cada rincón de este tradicional enclave con vistas al Guadalquivir, al que podremos acceder cruzando el río a través del puente de hierro más antiguo de España, el puente de Triana. En consecuencia, estas dos provincias divididas solo por una frontera mental, se han convertido en el tándem perfecto para dar cabida un turismo sostenible, de cercanía, natural, con parajes idílicos y antagónicos de mar y montaña, de calma y feria, de sal y jazmín. Andalucía es un contraste, y qué mejor reflejo de su esencia que la muestra conjunta de estas dos provincias.

En el centro de la capital nos vamos a encontrar con grandes tesoros estructurales y monumentales, como la Torre del oro o la Giralda, e incluso algunos de ellos engloban la lista y están declarados desde 1987 patrimonio histórico de la humanidad el Archivo de Indias, la Catedral y el Real Alcázar.

Cerca de este último se encuentra el famoso Barrio Judío, sus calle estrechas, laberínticas y empedradas que bien podrían transportarnos a otra época, se tiñe todas la primaveras de tonalidades verdes y anaranjadas, gracias a sus naranjos en flor, que además nos deleitan con el aroma de sus flores.

Sevilla además de contener un importante patrimonio artístico, cuenta con una arraigada herencia cultural, siendo esta la cuna del flamenco, las sevillanas y el referente primigenio del arte cofrade.

Y de todo esto da buena cuenta el barrio de Triana, uno de los barrios más populares de la ciudad, donde el arte, la raza y la devoción por las cofradías se respira por cada rincón de este tradicional enclave con vistas al Guadalquivir, al que podremos acceder cruzando el río a través del puente de hierro más antiguo de España, el puente de Triana.

En consecuencia, estas dos provincias divididas solo por una frontera mental, se han convertido en el tándem perfecto para dar cabida un turismo sostenible, de cercanía, natural, con parajes idílicos y antagónicos de mar y montaña, de calma y feria, de sal y jazmín. Andalucía es un contraste, y qué mejor reflejo de su esencia que la muestra conjunta de estas dos provincias.

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