Miles de pasos en busca de una oportunidad para la Cuenca Minera

Su casa en Nerva hace días que espera su vuelta. Han decidido continuar con la lucha juntos, porque juntos vivieron los años menos negros de la minería en Huelva, cuando “había trabajo para todos, no como ahora”. El deseo de Miguel Lepe es que la Cuenca recupere “el esplendor de antaño”, lejos de la tasa de desempleo superior al 50% que no se quitan de encima desde hace varios lustros.

Miles de pasos en busca de una oportunidad para la Cuenca Minera

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Miles de pasos en busca de una oportunidad para la Cuenca Minera

El pasado domingo partió de Huelva una marcha secundada por empleados, familiares y parados del gremio para pedir, una vez más, la transmisión de los derechos para conseguir que la extracción de mineral devuelva a la vida a una zona deprimida desde hace demasiado tiempo. Es la última medida de presión que han puesto en marcha, y anuncian que no será la única si finalmente no obtienen un compromiso firme por parte de la Junta de Andalucía a la que acusan de poner trabas sucesivas. 

Confían en que la intercesión de Izquierda Unida acabe con el calvario en el que se han convertido sus vidas. Hogares de familias en paro que “dejaron de pagar hace tiempo y que ahora no tienen ni para comer, por eso se ven obligados a recurrir a Cáritas o incluso a buscar en los contenedores para llevarse algo a la boca”, asegura con pena. 

Ni Miguel ni el resto de personas que están recorriendo los cien kilómetros que separan Huelva de Sevilla, entienden el motivo que ha llevado al PSOE a negarse de forma sistemática a facilitar la autorización administrativa de los derechos mineros a favor de Emed Tartessus. “Siempre ha habido mucho lío, primero piden un papel, luego otro, después otro distinto y al final, no conseguimos nada”, un asunto nada claro con raíces muy profundas de las que no se debe hablar en público; por eso lo que exigen ahora es “unión a las fuerzas políticas” para que puedan recuperar su vida. La perdieron hace meses, años, cuando se quedaron en el paro, y la entregaron, de nuevo, cuando decidieron empezar a cortar carreteras, realizar manifestaciones o abandonar las camas de sus dormitorios por los fríos colchones en los que duermen en el campamento que montaron hace semanas a las puertas de la empresa.

Miles de pasos en busca de una oportunidad para la Cuenca Minera

José Antonio Anguera, asegura que “cuando falla la moral, se recurre a la familia para venirse arriba, y a los compañeros que están cuidando de nosotros”, que se encargan de llevarles comida caliente cada día. A pesar del cansancio, físico y mental,  lo que persiguen “ es tan importante, que no se moverán de allí hasta que lo logren” y recuerda que lo que piden es bueno “no sólo para nosotros, sino para miles de personas, y estamos esperando que se dé un puñetazo fuerte en la mesa después de cuatro años”, pide  a los políticos que asuman su responsabilidad y  no miren para otro lado, “todos deben sumar sus culpas y buscar soluciones, puesto que ni todos son santos, ni todos diablos” añade.

La desesperación de unos y otros, los que aguardan una respuesta bajo tierra y los que lo hacen en el campamento, está fortaleciendo una resistencia que lleva el nombre de las miles de personas que podrían emplearse en los puestos de trabajo directos e indirectos que se crearían con la reactivación de la mina.

En el banco número 12, Anguera y sus dos compañeros, el cuarto abandonó por cuestiones personales, pasan las horas leyendo la prensa y hablando. Estas duras circunstancias han “estrechado sus lazos personales” y han sacado a la luz el apoyo de sus familias que están sufriendo su ausencia. 

Miles de pasos en busca de una oportunidad para la Cuenca Minera

Desde el gran agujero en mitad de la tierra que lleva más de un mes siendo su frío hogar, animan a los compañeros que están de camino a Sevilla. Miguel Lepe advierte que  “estamos dispuestos a llegar hasta Madrid, hasta donde haga falta para que hagan caso a sus peticiones”. Agradece la solidaridad de las personas que se están encontrando a su paso, distintos “ayuntamientos que les ceden salones, piscinas y otros lugares” para que puedan dormir después de la paliza diaria.

Hoy han recorrido 20 kilómetros y el calor ha apretado de lo lindo. Acaban de llegar a Las Pajanosas, provincia de Sevilla, nos cuenta Miguel Lepe quien nos confirma que en esta expedición reivindicativa la mayoría es femenina, esposas y trabajadoras unidas por una misma causa que es supervisada, muy de cerca, por la Guardia Civil y  por dos vehículos de apoyo, con colchones y comida.

Mientras pasan las horas, y aumenta el dolor del caminante, el alma del minero sólo espera que su futuro deje de ser tan oscuro como el del mineral del cobre por el que se está dejando la piel.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia