Lectura poética y ofrenda floral
Moguer recibe a Platerilla en el aniversario de la muerte de Juan Ramón
15.13 h. La Fundación Zenobia-JRJ y el Ayuntamiento de Moguer han celebrado esta mañana el acto de homenaje al Nobel Juan Ramón Jiménez en el LVI aniversario de su muerte, una fecha que cobra este año especial protagonismo al celebrarse el centenario de la primera edición de 'Platero y yo'.

Numerosos admiradores del poeta moguereño se han reunido esta mañana en el cementerio parroquial de Moguer, para participar junto a la sencilla lápida bajo la que descansan los restos del matrimonio Jiménez-Camprubí, en una lectura poética y ofrenda floral con la que la ciudad del poeta conmemora otro 29 de mayo el aniversario de la muerte de Juan Ramón Jiménez, acaecida en 1958 en el Hospital Mimiya de Santurce, en Puerto Rico.

En esta lectura conjunta también han participado representantes de las asociaciones de mujeres moguereñas, el artista local Rafael Moreno, y el gran poeta Federico Martín, verdadero impulsor del Año Platero en la comarca de la sierra de Huelva. Martín recitó el texto 'Oración para cuatro', dedicado al Nobel, a su musa y esposa Zenobia Camprubí, a Platero y al también poeta moguereño Francisco Garfias, al que le unía una gran amistad.
Los actos desarrollados en el cementerio que tanto gustaba recorrer al poeta en sus arrebatos de melancolía, como recordó el responsable de la Fundación del Nobel, Antonio Ramírez, se completaron con una ofrenda de flores amarillas, las preferidas del poeta, en la que participaron también el alcalde Gustavo Cuellar, que leyó el capítulo ‘El Moridero’, y la concejala de Cultura Lourdes Garrido.

PlaterillaLos actos del aniversario de la muerte de Juan Ramón continuaron en este inolvidable Año Platero con la recepción por parte del Ayuntamiento y la Fundación de Cultura de Moguer, de Platerilla, una simpática burrita donada por la Asociación del Borrico de Rute (ADEBO), a la que han dado la bienvenida a la ciudad una representación del equipo de gobierno encabezada por el alcalde, junto a un nutrido grupo de escolares y ciudadanos que a título personal han querido sumarse a este acto de acogida.
El primer mandatario moguereño tuvo palabras de agradecimiento para esta asociación cordobesa por proteger un animal tan noble y tan entrañable, que en un pueblo como Moguer está estrechamente ligado a la cultura y la poesía gracias a nuestro Premio Nobel y a su obra más universal.
Por su parte el presidente de ADEBO, Pascual Rovira, compartió con los asistentes el árbol genealógico de Platerilla, y explicó en clave de humor algunas características de los borricos, reivindicando la inteligencia, la bondad y la lealtad de estos entrañables animales. Rovira aseguró que traían a Platerilla a la tierra santa de los burros que es sin duda Moguer, y destacó el compromiso con la naturaleza presente en toda la obra de Juan Ramón Jiménez.
En la recepción de Platerilla también ha sido protagonista un borriquillo local llamado Pastelito, que ha dado a su manera la bienvenida a su congénere, acompañándola también hasta la cuadra de Platero entre la algarabía de niños y niñas.
Antes del traslado a la casa museo, tuvo lugar en la puerta del consistorio la recepción oficial de Platerilla, y la entrega por parte del alcalde Gustavo Cuellar de varios bustos de Juan Ramón tanto a Pascual Rovira como al poeta Federico Martín y a la poetisa Acracia Márquez, que se mostraron encantados de poder participar en los actos de homenaje al Nobel y a su simpático personaje.
Platero sigue vivo en Moguer y a partir de ahora estará mucho más presente gracias a esta burrilla de color plata, a la que la concejala de Cultura Lourdes Garrido colocó un collar de flores amarillos como símbolo de adopción.En el corral de la casa museo, junto a la cuadra que fue de Platero, se cerró este programa conmemorativo con la emocionada bienvenida de los más pequeños a Platerilla, y la lectura de varios poemas de Juan Ramón por parte de niños y niñas de los centros escolares moguereños, en.
Sin duda una jornada muy emotiva con la que Moguer quiere mantener siempre vivo el recuerdo de su poeta, en prueba de gratitud permanente por haber consagrado a este pueblo a la universalidad.