Culturánea
Un viaje por el Medievo en pleno centro de Aljaraque
El primer fin de semana de otoño de este 2011 se presentó caluroso, invitándonos a todos a disfrutar del buen tiempo fuera de nuestros hogares. Y eso hicimos. ‘Culturánea’ se desplazó hasta Aljaraque para disfrutar in situ de su primer mercado medieval.

De todos es sabido la multitud de ofertas deportivas, naturales o incluso gastronómicas con las que cuenta el municipio vecino, pero con este evento se intentó conseguir un impulso a su oferta cultural y turística. Este mercado, que como hemos dicho es la primera vez que se realiza, seguramente se convertirá paulatinamente en seña de identidad del municipio así como fomentará el uso y disfrute de los comercios de la zona.El mercado se abría paso con las dos atracciones infantiles de las que los más peques podían disfrutar: un tiovivo y un barco vikingo totalmente ecológicos, ya que iban a pedales. Banderolas de distintos colores adornando las calles. Comerciantes vestidos para la ocasión con túnicas medievales. Puestos de los más variopintos: desde platería a quesos, pasando por inciensos y manteles que ni se manchan ni se arrugan. Pero… ¿cómo se organiza todo esto? Hablamos con Vicente, el encargado del puesto ‘Quesos internacionales’. Su stand huele bien, incita a la compra. Mientras su esposa atiende amablemente a unos clientes, Vicente nos comenta que “todo lo lleva un organizador. Nosotros no tenemos tienda, establecimiento en sí. Nos movemos de mercados medievales en mercados medievales. Hoy estamos aquí pero la semana que viene nos toca Málaga.” Y es curioso como estos cordobeses (de Lucena del Puerto, para ser más exactos) han decidido pasarse a una vida de lo más nómada.El stand de libros antiguos invitaba a la lectura. Con una oferta propia de la crisis, ofrecían libros de ayer y de hoy, todos a un precio muy económico. Y plumero en mano saludamos a Chelo, la encargada de ‘Artesanía Cubana’. Nos comenta que el mercado “no ha ido mal, no ha sido de los peores. Mientras pagues gastos y te lleves algo, está bien.” Y es que está convencida de que la crisis ha hecho mella también en estos negocios. “¿Qué si notamos la crisis? Como nadie. Antes se veía mucho más ambiente, la gente gastaba más. Ahora sí, se paran, se prueban y me miran diciéndome que no pueden gastar. Es comprensible.” Es una pena, porque las joyas que vende Chelo son hechas a manos, por lo tanto, no habrá dos iguales en el mundo. “Yo antes era funcionaria, pero no me gustaba esa vida, así que decidí dejarlo y comenzar a recorrer los distintos mercados medievales”. Siguiendo las indicaciones de Chelo, nos dirigimos a los puestos de comida. “En comida nadie ahorra”, nos comentaba la exfuncionaria. Y cierto es, según Manuel, encargado de la brasería, “en las horas punta la gente no falta. Los chorizos criollos, las chuletas, las costillas…. no paran de asarse y venderse sin parar”. Y no es para menos, porque la pinta que tiene esta carne asada a la brasa a la vista de todos es increíble. Así que con algunas compras, el estómago lleno y la creencia absoluta de que estábamos en otra época, volvimos al siglo XXI, a contaros lo que habíamos vivido y a esperar unos meses para volver a viajar al pasado… Si no lo vivisteis, la próxima vez no faltéis.

