nuevo trabajo del artista onubense
Mazagón ya luce como una joya la última creación de Man o Matic
18.05 h. El artista onubense ha realizado a lo largo del fin de semana en el núcleo costero, donde hizo partes de sus primeros pinitos, y ante la mirada de un numeroso público, un retrato que muestra a una mujer con alma canalla, espíritu rockero, carácter y experiencia, contra los cánones reducidos a la belleza juvenil. La exhibición ha sido todo un éxito y también se ha grabado en vídeo.


Una nueva obra de Adrián Pérez Vázquez, el artista onubense conocido como Man o Matic, ya alegra otro rincón de Huelva, atrayendo miradas hacia sus rasgos, sombras y luces, volúmenes, perspectivas y detalles. El Bar Cafetería Sunset de Mazagón ya luce una joya en su terraza, una maravilla que es fruto de la genialdiad, pero también de un concienzudo trabajo y esfuerzo, de una lucha interior entre la imagen deseada y la que se plasma, un afán perfeccionista, y hasta cierto punto incorfomista, que consigue que cada creación tenga un pellizco que conquista, un poder cautivador que hace al espectador recorrer sin prisa y sin agotamiento cada centímetro de un grafiti que de un vistazo ya arrebata.
Horas y horas han ido cayendo a lo largo del fin de semana y todo aquel que ha querido ha podido disfrutar, además del resultado final, sobre todo con el proceso. Desde el esbozo a carbonillo, a los remates, pasando por un ir y venir de la escalera a la mesa repleta de sprays, de dejarse caer unos segundos en la silla para mirar con perspectiva y volver a la carga otra vez para rendir tributo a su insatisfacción exprimiendo un talento pulido durante muchos años. Man o Matic no obstante deja huecos en su concentrada tarea para saludar a todos los amigos que tanto lo aprecian como artista y como persona, para comentar cualquier curiosidad con quien le reclame, y hasta para recordar su etapa de DJ cayendo la noche.

En la tarde del domingo, casi atardeciendo, quedó listo el retrato que muestra a una mujer con alma canalla, espíritu rockero, carácter y experiencia, que presume de la edad que tiene y lo estupenda que está, de lo que ha vivido y lo que sabe. Un retrato en definitiva para ensalzar que hay bellezas y atractivos más allá del estrecho margen que dejan dentro de la definición de belleza los cánonoes de representan modelos juveniles de esbelta figura y rostro angelical.
Y al final encajó con una pieza de puzzle esta obra en el ambiente cotidiano de este bar que mira al parque de Mazagón, como si siempre hubiera estado ahí, mirando a todos oculta tras el velo de la pared blanca. A su alrededor la feliz rutina, donde los camareros rebosan buen rollo, donde se sienta tanta gente como la que pasa, con mesas que se pueblan de refrescos, cafés, copas y cócteles, de patatas de la Churrería El Amanecer, de frutos secos y conversaciones sin fin sobre la vida.
La obra del artista onubense cotiza al alza y son ya varios los establecimientos que quieren contar con una obra suya como reclamo y mejora estética para sus paredes. A lo largo del verano promete dar guerrar en muchos lugares.
