LA OPERACIÓN FUE UN ÉXITO
Evoluciona favorablemente un joven al que reimplantaron una mano tras un accidente laboral
9.35 h. Un joven onubense de 24 años que vive en Cartaya se recupera favorablemente en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla de una delicada y exitosa operación, en la que se le reinplantó una mano que se amputó con una máquina que fabrica tarrinas de poliestireno expandible (EPS) para fresas en la empresa donde trabajaba en Lepe. Está ingresado desde finales de enero y se espera que inicie pronto la rehabilitación.

Una tragedia que con la perspectiva del tiempo es todo un milagro. Un sangriento accidente laboral que costó perder una mano y una excelente intervención quirúrjica que se la devolvió y le abre la puerta a una nueva oportunidad en una nueva vida. Un joven onubense de 24 años que vivía en Cartaya está ahora ingresado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla asimilando todo lo que le ha pasado. Su familia comienza a esbozar una sonrisa de esperanza tras muchas lágrimas derramadas. Aún se tiene presente la gravedad de lo ocurrido pero va creciendo la convicción de que se pueden superar las adversidades.
Este joven evoluciona favorablemente después de una compleja operación en la que los médicos lograron reimplantarle con éxito una mano. Sigue ingresado pero esperan que pronto pueda iniciar la rehabilitación en Fremap Sevilla para poco a poco ir dando pasos hacia la mayor normalidad posible.
Trabajaba trabajaba en Lepe en una empresa en la que articulaba una máquina que fabrica tarrinas de poliestireno expandible (EPS) para las fresas. El 22 de enero su jornada laboral transcurría con normalidad. Tenía guantes de protección pero eso no envitó que su mano fuera desmembrada. Se enganchó una tarrina y quizás en un exceso de confianza intervino para liberarla y en ese momento cayó la cuchilla sobre su mano, que quedó separada del cuerpo. Ahí fue clave la reacción ejemplar que tuvo su compañero, quien tuvo la cabeza fría de hacerle rápidamente un torniquete y recoger la mano del suelo, envolverla y guardarla en una nevera. Ahí abrió la posibilidad de que los médicos pudieran obrar después el milagro.
Fue trasladado en un helicóptero al Hospital Virgen del Rocío, donde un equipo del Área de Traumatología estuvo durante 20 horas operándolo para conectar de nuevo al brazo la mano, que se salvó a excepción del dedo meñique. Luego fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos durante 48 horas. La intervención quirúrgica fue una clase magistral, un ejemplo a seguir por todos los cirujanos de este área, el trazo más importante del final feliz de esta historia, a la que le quedan más capítulos por escribir en positivo. Su actitud ayuda a ello ya que hace gala de un gran sentido del humor que le ha granjeado en cariño de todo el hospital y que en este tiempo mucha gente haya ido a visitarlo deseándole lo mejor.