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El delegado de Cultura destaca el valor patrimonial de la iglesia de El Salvador de Ayamonte

13.19 h. El delegado provincial de Cultura en Huelva, Ángel Romero, ha subrayado el valor monumental de la iglesia de El Salvador de Ayamonte, durante una visita a la localidad, en la que ha afirmado que templo parroquia es, junto a las iglesias de San Francisco y Las Angustias, “una de las joyas de esta localidad fronteriza”.

El delegado de Cultura destaca el valor patrimonial de la iglesia de El Salvador de Ayamonte

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En la misma línea, el alcalde de Ayamonte, Antonio Rodríguez, ha agradecido a la Consejería de Cultura “la voluntad que demuestra para velar por el rico patrimonio que tiene Ayamonte.

El templo de El Salvador, el más antiguo de esta población y declarado BIC en la categoría de monumento, fue construido en el siglo XV en estilo mudéjar y reformado posteriormente con intervenciones barrocas y renacentistas. Situado en la zona más alta del caso urbano, en el barrio de La Villa junto a los restos del castillo, el edificio se levantó siguiendo el esquema de las iglesias parroquiales del Reino de Sevilla, aunque su imagen actual es fruto de las reformas de los siglos XVI y XVIII (esta última tras el terremoto de 1755).

El edificio presenta planta rectangular con tres naves y cabecera plana, a las que están adosadas otras dependencias. Las naves están separadas mediante arquerías compuestas por cinco arcos apuntados sobre pilares rectangulares. La central, más alta y ancha que las laterales, tiene cubierta a dos aguas con armadura de madera de par y decoración de lazo, mientras que las laterales poseen armadura simple de madera a un agua. Estas naves acogen dos capillas de principios del siglo XVII, ambas con bóvedas esquifadas.

La capilla mayor destaca del resto del templo por su situación elevada sobre gradas y por el gran arco toral de medio punto que la precede. El presbiterio, de planta cuadrada, se cubre con bóveda de media naranja sobre pechinas. La totalidad del testero, que preside el interior de la iglesia, está ocupado por un retablo mayor de estilo barroco, obra de los hermanos José Fernando y Francisco José de Medinilla, fechado hacia 1740.

Entre los espacios interiores destacan también la capilla de San José o de la Hermandad del Jueves Santo, construida en 1759; la capilla bautismal, de 1611, y el altar de la Virgen del Pilar. En este último, y tras una restauración en la década de 1990, aparecieron unas pinturas murales con motivos y colores pompeyanos propios del Renacimiento.

En el exterior, las cuatro fachadas ofrecen escasa decoración, limitada a algunos vanos rectangulares y a dos portadas. La principal, abierta a los pies del templo, fue realizada en el siglo XVII y está enmarcada por dos pilastras dóricas superpuestas sobre las que discurre un entablamento rematado con una cornisa y dos pirámides terminadas en bolas. La segunda portada, en el muro de la Epístola, data del siglo XVI y fue construida en piedra con arco de medio punto y molduras resaltadas.

Junto a la portada principal se levanta la torre, de planta cuadrada, adelantada respecto al volumen general, con tres cuerpos que reflejan las diferentes etapas constructivas del templo y rematada por un tambor octogonal de bóveda agallonada.

El decreto de inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico incluyó, junto con el edificio y los retablos, un conjunto de bienes muebles integrado por tres esculturas de los siglos XVII y XVIII; un ostensorio de estilo barroco, y la serie pictórica del Misterio Pasional de Cristo. Esta obra de mediados del siglo XVI, realizada por Jan Sanders van Hemessen, se compone de ocho tablas manieristas -originariamente nueve- que conformaron el primitivo retablo mayor de la iglesia hasta 1740.  

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