El desokupador que amarga a Encarni Tenorio en Lepe: «Me ha amenazado con quemarme la casa y ya me he comprado spray de pimienta por si acaso»
Lleva cuatro años sin abonarle lo especificado en el contrato de alquiler y sin acceder a marcharse de la vivienda pese a las múltiples peticiones de la dueña
«Su hija me agredió esta semana pero si la denuncio y la llevo a la Fiscalía de Menores sé que me mata», dice del inquiokupa, expresidiario y natural de Mali
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Iniciar sesiónEncarni Tenorio está sufriendo una auténtica pesadilla desde hace ya demasiado tiempo. Le tiene alquilado su piso en la calle Murillo de Lepe a un inquilino que, además de que no le paga la cantidad económica que viene estipulada en el contrato, lleva cuatro años haciendo caso omiso de su petición de que abandone ya dicha vivienda porque ella la necesita para establecerse a vivir allí.
Su relación con su inquilino ha sido de amor-odio, como el gato y el ratón, y por momentos, sobre todo al principio, fue de normalidad, pero últimamente se ha tornado ya en insufrible, injusta y dañina por culpa de un inquiokupa que está haciendo oídos sordos a la legislación y que no tiene pensado marcharse de dicha vivienda hasta que la lenta justicia española le obligue a ello (posiblemente a comienzos del año que viene). Podría decirse que hasta que no le quede más remedio y lo echen a la fuerza. Un cero en humanidad y en ponerse en el lado de la otra persona.
«Yo empecé a alquilarle a este hombre la vivienda con un contrato de 350 euros al mes que me pagaba bien excepto durante unos meses casi al empezar en los que no me pagó porque entró en la cárcel y tenía mujer y dos hijos y no podía llevar a cabo ese pago. Luego al salir de la cárcel me pagó bien pero a los cinco años, en 2019, le subí el alquiler a 500 euros y pronto empezó a pagarme sólo 400. Luego me dijo que no me pagaba el agua y yo le dije que me diera 450 euros al mes y yo la abonaba. Pero desde hace siete meses o así mi abogada me dijo que los suministros los tiene que pagar el inquilino«, contaba apesadumbrada Encarni Tenorio a Huelva24.
Quería dejar claro que, aunque también el inquilino está incumpliendo varios puntos del tema del pago especificado en el contrato, lo que más le preocupa y más le urge es recuperar su vivienda: «Yo de todas maneras desde hace cuatro años no le estoy reclamando dinero sino la vivienda porque me hace falta. Él tenía otra situada dos calles más allá de la que me tiene a mí alquilada, pero esa zona es un poco más deprimida y su mujer se negaba a vivir allí. Él tenía alquilada su vivienda y con el dinero que cobraba del alquiler me pagaba la mía. Yo llevo desde 2021 suplicándole y rogándole que por favor me deje ya mi vivienda, pero en ningún momento le he exigido ni le he impuesto. Él me dice que tiene tres hijos y que no se puede ir a la calle. Mi hijo y mi hija también se lo han pedido, pero nada, empatía cero«.
Trabaja en una empresa de desokupaciones
Curiosamente el inquilino, de nombre Oumar y natural de Mali, aunque ya lleva mucho tiempo en España, trabaja en una empresa de desocupaciones. Encarni Murillo contaba los entresijos de los últimos cuatro años con él explicando que «desde 2021 van pasando los meses hasta que yo ya me harto y le digo que si no abandona la vivienda lo voy a denunciar. Él me dijo que le daba igual, que hiciese lo que yo quisiera, así que le denuncié en diciembre de 2023 y en febrero de 2025 se señaló la fecha del juicio. Él se dedica a una empresa de desokupaciones y sabe todos los entresijos que hay en esas movidas, así que tres días antes del juicio solicitó un abogado de oficio, con lo cual eso provoca que se paralice el procedimiento. Y como en Ayamonte la cosa va como va de lenta pues tardan en darle un abogado. Hasta julio no se lo dieron. Yo estuve yendo a los juzgados todas las semanas y cuando averiguo que ya tiene abogado de oficio suplico que me agilicen el tema. Me vieron con mucha ansiedad pero me dijeron que el mes de agosto es inhábil y les dije que me lo pusieran en septiembre«.
Ella tiene otra casa de campo alquilada pero su inquilina ya le ha dejado claro que no se marchará de allí como mínimo hasta que finalice el contrato a finales de marzo de 2026. Encarni está actualmente desempleada, de ahí que económicamente le urja poder marcharse a vivir cuanto antes a su vivienda de Lepe en la que reside el inquiokupa que se resiste a irse. «La situación se me agrava porque para el pasado verano en teoría me tenía que ir de la vivienda donde yo vivo de alquiler en La Antilla. Logré acordar con la mujer pagarle el doble por los meses de verano de lo que estaba pagando. Pensé que el señalamiento del juicio iba a ser finalmente en septiembre pero eso no ocurrió y en octubre tampoco nos han puesto todavía fecha (todo apunta a que se llevará a cabo en febrero). Vuelvo a hablar con el inquiokupa de mi vivienda y le digo que voy a hacer público el tema y veo que le da absolutamente igual que lo haga«, continúa contando de manera cronológica la odisea que está viviendo.
Y esta última semana todo se ha precipitado, sobre todo a nivel mediático, con las amenazas de Oumar que incluso acabaron en un juicio rápido que se celebró el pasado viernes: «Al final me he tenido que ir a una vivienda que tiene alquilada mi hermano y en la que lo único que me dan sus inquilinos es una habitación para que pueda ayudar allí. Para mí eso era algo inimaginable, impensable y casi inaceptable. El lunes vinieron unos periodistas de Canal Sur para acercarse a la vivienda okupada y echarme una mano. Fuimos a grabar el directo enfrente del cuartel de la Guardia Civil de Lepe por si él aparecía para amenazarnos y por eso no lo hicimos en la puerta de la vivienda. Y al día siguiente me llamaron los periodistas de Cuatro y quedamos también esta semana para ir allí. Ya ha podido ver toda la gente las imágenes tan salvajes que grabó un vecino de la agresión a los dos compañeros de Cuatro. Afortunadamente gracias a esas imágenes le han puesto una sanción aunque haya sido bastante pequeña«.
Encarni también contaba que el jueves fue agredida por la hija de Oumar señalando que «a mí su hija me provocó una lesión en la cabeza el día que se produjo la agresión a los periodistas de Cuatro. Él prácticamente vino a mí a matarme, pero sabe perfectamente que nada más que me tocara iba a la cárcel porque ya ha estado anteriormente en la cárcel por Viogen (Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género). Entonces yo me escondí en una cafetería y él le cogió la mano a su hija, que es menor de edad, para que me pegara, porque sabe que esa es la única manera de que todo quede impune, que la niña me pegara. Entonces, ¿qué ocurrió? Que yo no pude acudir el jueves al juicio rápido como víctima porque no quería denunciar a la hija. Yo no me quería meter en ese marrón porque entonces sí que soy ya una mujer muerta. Porque si yo denuncio a la hija la llevo a la Fiscalía de Menores y yo sé que me mata. Entonces, ahí no me iba a meter yo«.
«Tiene un hotel en Mali en el que se ve su opulencia»
«El tío salió del juicio por la puerta grande como los toreros. ¡Hasta la próxima! A mí por ejemplo me ha amenazado con quemar la vivienda antes de irse. Ya yo he comprado mi spray de pimienta por si acaso«, relata con una mezcla de ofensa y terror. Y, aunque no es demasiado optimista, asegura que »me gustaría que me dieran la oportunidad de poder presentar todas las pruebas que tengo de este señor. Tengo muchas pero no me han dado la oportunidad de presentarlas en ningún sitio. Bueno, al programa de Cuatro 'En boca de todos' sí les envié unas imágenes de la inauguración del hotel que tiene Oumar en Mali, donde se ve la opulencia con la que vive, pero poco más«.
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