San Rubén Gálvez mantiene encendida la llama del ascenso (1-0)

Ricardo Ubric

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14/04/2024
Actualizado 16/04/2024 a las 20:01h.

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Es un tipo normal que vive alejado de los focos mediáticos. Se llama Rubén Gálvez, le apodan 'el Gato de Aracena' y también es el capitán del Recreativo de Huelva y el mejor portero de Primera RFEF. Lo lleva demostrando toda la temporada y más le vale al Decano renovarlo cuanto antes de por vida vaya a ser que se marche a una categoría superior y luego haya que arrepentirse. Ya en el partido de ida le amargó la vida al Real Madrid Castilla en el triunfo albiazul por 1-2 y esta tarde ha vuelto a hacer de las suyas y se ha convertido en un auténtico suplicio, en una pesadilla, en un frontón para los jugadores del filial merengue, que a buen seguro que esta noche soñarán con él.

El Decano sigue en la pelea por los 'play-offs' de ascenso gracias a su portentosa actuación, y es que ya cualquier pinchazo puede ser mortal de necesidad a falta de sólo seis jornadas y con el ritmo de martillo pilón que están imponiendo tanto el Murcia como el Ceuta, que a día de hoy es el que ocupa la codiciada quinta plaza clasificatoria con un punto más que el Decano y tres más que un Murcia al que visitará dentro de dos fines de semana. De lo que suceda en ese partido puede aprovecharse el equipo albiazul siempre y cuando no pinche ante el Atlético Sanluqueño y el Linares en sus dos próximos compromisos.

Aunque también tuvo opciones claras de marcar, tanto la posesión del balón como el ritmo del partido y las mejores ocasiones fueron del grupo de Raúl González, que no debería tener problemas para firmar la permanencia pese a estar a sólo tres puntos del descenso. Con que conviertan sólo un 10% de las oportunidades que generan, les sobrará para salvarse. En un Nuevo Colombino que registró una de las mejores entradas de la temporada, el Castilla mereció bastante más pero se topó una y otra vez con Rubén Gálvez y también en una ocasión con la madera.

Sea o no fortuna, el caso es que los jugadores del Recre tienen un corazón que no les cabe en el pecho y, sin tener plantilla para estar donde están, van a pelear seguro hasta el 26 de mayo por colarse de invitados en la boda de los 'play-offs'. Ni por jugadores ni por presupuesto está el Decano esta temporada llamado a estar ahí, pero Abel Gómez ha logrado hacer una piña en el vestuario, que todos vayan a una y que sepan dosificarse y exprimirse al máximo en cada encuentro.

Es cierto que el conjunto onubense no practica ni por asomo un fútbol tan ramplón como el que le llevó a subir la pasada temporada. Cuenta con jugadores bastante más 'jugones' que por aquel entonces, pero la gasolina está ya en reserva, hay un buen once tipo y todos tocan madera para que no haya lesiones o sanciones porque los reservas no dan la talla que dan los titulares. Antoñito estuvo muy bien ante el Castilla pero luego miraba uno al banquillo y el Decano acaba la mayoría de los partidos acumulando centrales y tirando de corazón y casta para sacarlos adelante.

Ni siquiera salió esta vez Pablo Caballero, mientras que Álvaro Bustos desentonó menos que en otras ocasiones. Pero no hay más cera que la que arde. Estar a estas alturas en la pelea por el 'play-off' no es sólo algo que cualquiera debería haber firmado en agosto, sino que viendo la plantilla tan descompensada que hay es poco menos que un milagro. No hubo economía en el mercado invernal para mucho más (o no se quiso arriesgar) y el mérito de estar ahí en la lucha (pese a haber desperdiciado los siete puntos de ventaja que se tuvieron) es mérito del plantel y sobre todo de su entrenador, un Abel Gómez que va para técnico de Primera y Segunda División muchos años, aunque con suerte se queda alguno más todavía por Huelva para seguir madurando y cogiendo experiencia.

La afición cree. Aquí nadie se rinde. De todas maneras tampoco hay que llamarse a engaño y lanzar las campanas al vuelo porque hasta esta tarde, y volviendo a recordar las salvadoras 'palomitas' de Rubén Gálvez, el Recre sólo había ganado uno de sus seis últimos partidos y ni siquiera había podido en casa con el endeble Atlético Baleares. Es genial, hasta emocionante, ver como doce o trece mil almas se dejaron la piel animando al equipo hasta el final aún viéndose inferior a un filial plagado de jugadores de 19 años. Pase lo que pase, la semilla albiazul está ahí, en esa cantidad de aficionados jóvenes, y en buena parte de género femenino. Son dos sectores que hace un tiempo no tenía de su parte el Decano. Ahora hay un buen futuro por delante. La afición rescató al club del lodo más absoluto hace muy poco tiempo tanto en lo deportivo como en lo institucional y el futuro es más que halagüeño. Pero paso a paso, con paciencia. Si esta temporada se juega el 'play-off', bien, pero si no ni mucho menos eso debería ser una llamada al pesimismo, al fracaso y a la decepción. Hay que creer en este entrenador y en la plantilla de futuro que se está confeccionando.

Abel Gómez introdujo dos variaciones respecto a la pasada jornada, ambas en defensa, con la entrada de Antoñito y Alberto Trapero por Sergio Díez y Raúl Navas con la intención de frenar la velocidad y calidad de los jugadores del filial merengue. Ambos estuvieron a buen nivel así como un José Antonio de la Rosa que tras errar con un cabezazo lo que parecía que iba a ser el 1-0 sí que acertó después a llevar a la red un rechace de Cañizares, que le había hecho una buena parada a David del Pozo. Justo antes y después del tanto a la postre decisivo Rubén Gálvez le hizo dos intervenciones de mucho mérito a Palacios, y el propio futbolista visitante estrelló un balón en la madera de un Decano con cierta flor últimamente con este tipo de acciones dentro de un partido.

Así se llegó al descanso y la tónica no varió en exceso en el segundo acto. Un Castilla dominador y el Decano intentándolo sólo tímidamente a la contra. Pese a que el Recre se encerró bastante bien, no impidió que los visitantes gozaran de tres o cuatro acciones para empatar muy claras, sobre todo en las botas de un activo Álvaro Rodríguez. Pero ahí estaba Rubén Gálvez para volver a demostrar que es el número uno en esta categoría y que tiene que renovar ya sí o sí de por vida con el equipo de su tierra.

Abel Gómez fue introduciendo a gente de refresco, con un Álvaro Bustos que apareció algo más que otros días y con centrales como Manu Galán y Alejandro Gálvez, que incluso buscó el gol en una jugada a balón parado, para amarrar tres puntos que mantienen al Decano con vida y en la pelea. Esto va a ser una batalla titánica y de infarto hasta el 26 de mayo. Mientras tanto, toca creer en este grupo tan comprometido y al que veces le falta fútbol pero le sobra corazón y testiculina para hacer algo grande. Así que a seguir soñando despiertos.

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