CONFIDENCIAL

El runrún: La nostalgia de Pablo Comas con el Recre

Hace ya muchos años que el Recre le fue expropiado a Gildoy y a Pablo Comas, pero el caso es que el empresario madrileño continúa teniendo negocios por Huelva y en algunos lugares se sigue 'haciendo pasar' por presidente del Decano.

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El runrún: La nostalgia de Pablo Comas con el Recre

Coleccionismo vándalo. Coleccionar es una costumbre extendida, aunque las inclinaciones son tan personales como infinitas. Hay gustos más clásicos, como los llaveros o los imanes de nevera, las postales, las antigüedades, las entradas de conciertos, las servilletas de bar, autógrafos, camisetas, monedas y sellos. La mayoría de ellos están ligadas a hechos biográficos, a momentos que reviven en la memoria presente al contemplarlos de nuevo. En el capítulo de rarezas, las colecciones superan la lógica y la imaginación y podemos encontrar códigos de barras de medicamentos, chinchetas de colores, pelos de famosos, váteres de diseño… La extravagancia es un desafío. El coleccionismo en abstracto parece inofensivo, pero puede alcanzar niveles bastante desagradables y ahí tenemos las monstruosidades que coleccionaba más de un asesino en serie. En otro capítulo más vulgar y que no debería considerarse coleccionismo sino vandalismo, están toda esa suerte de comportamientos que buscan un trofeo como colofón a una soberana gamberrada -en el menor de los casos- Porque quien arranca señales de tráfico para llevárselas a quién sabe dónde o roba escudos de coches aparcados en la calle, no es un coleccionista, es un pérfido malechor, alguien que hace daño a los demás por puro divertimento. Es lo que está ocurriendo en Punta Umbría -y seguro que en más lugares-, como nos ha hecho llegar una lectora de la localidad costera. Un buen número de coches se están quedando sin el distinto de la marca porque uno o varios desaprensivos los roban sin miramientos y los vecinos, lógicamente, están muy cabreados. Seguramente no le(s) haría mucha gracias ser víctimas de una acción similar. Como estamos en Navidad y hay que desear cosas, les deseamos que la próxima vez que se les ocurra repetir esta acción dé la casualidad de que la persona propietaria del coche le coja con las manos en la masa y se lleve un buen susto. Sería un buen modo de iniciar o aumentar otra colección, la de antecedentes.

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