sexología

Nos separamos

Si se ha tomado la decisión de separarse hay que ser conscientes de que durante un tiempo nos vamos a enfrentar a un baile de emociones que van desde la tristeza a la rabia. Tenemos que aprender a reorganizar la vida y a contar con apoyo familiar y/o social, que puede facilitarnos que poco a poco volvamos a disfrutar de sensaciones de bienestar.

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Érase una vez una historia de amor que llena de proyectos de futuro, emociones a flor de piel, sonrisas, momentos inolvidables y experiencias compartidas; comenzó un día, y el desgaste que produce la rutina, falta de comunicación y el olvido del  cuidado de la pareja hizo que se fuese apagando poco a poco, hasta llegar el momento de tomar una decisión. ¿Separarse o buscar un profesional de la psicología o sexología que ayude a la pareja a afrontar y superar la situación? Esta decisión solo depende de la pareja (a veces de uno sólo o a veces de los dos).

Cuando se decide continuar, si ambos se comprometen por igual en trabajar su relación de pareja, acuden con compromiso al terapeuta que les guie y siguen las pautas que se les indiquen, es posible superar la situación de desgaste y comenzar a vivir una relación de pareja positiva en la que la convivencia les haga disfrutar.

Si por el contrario, la decisión es separase es importante tener en cuenta que va a ser dolorosa, difícil de enfrentar, puede generar estrés. Pero si ésta es la decisión tomada y si el proceso se afronta correctamente puede llegar a ser una experiencia de crecimiento personal, mejora en el conocimiento de uno mismo y en definitiva, un bienestar futuro.

Hay que comenzar por aceptar que una ruptura conlleva una serie de cambios en la vida, tanto a nivel afectivo, como económico, social y personal, pero ninguna de las repercusiones derivadas de una separación van a tener unas consecuencias que no se puedan afrontar y por lo tanto, poco a poco se pueden superar. Vivir un separación va a suponer enfrentarnos a la pérdida de una persona que durante años ha formado parte de nuestra vida y con la que iniciamos un proyecto de futuro, que en su momento creamos con un 'para siempre', por lo que cuando esta relación termina tenemos que aprender a elaborar esta ruptura, a iniciar un camino nuevo que al principio tenemos que vivir más despacio, que en ocasiones nos hará estar tristes (no pasa nada, es lógico sentirse así, poco a poco la tristeza se desvanecerá), que a veces incluso podemos encontrarnos perdidos (párate un momento, intenta relajarte y piensa cómo puedes seguir, busca la alternativa más saludable para ti), pero que poco a poco vamos a ir aceptándolo y con el paso del tiempo, aprenderemos a crear un futuro (que aunque en principio no creamos posible) vendrá lleno de nuevas experiencias. A veces, puede ser complicado vivir este proceso solos, si es así busca la ayuda de un profesional de la psicología, te ayudará a enfrentarte a esta situación de forma eficaz.

También es aconsejable trabajar para que esa relación familiar continúe (especialmente si hay hijos), aunque eso sí, con una reorganización en el funcionamiento de la misma (la pareja se ha roto, pero los hijos siguen siendo de los dos y ambos tienen derecho a disfrutar de ellos, así como obligaciones para con los niños). Esto suele ser muy difícil de llevar a cabo, y es aquí donde en muchas ocasiones, sería bueno el apoyo terapéutico.

Los hijos se verán afectados por la nueva situación que van a vivir, y es lógico que al principio se sientan tristes y necesiten respuestas a sus preguntas, es necesario que les demos respuestas siempre acordes a la edad que tienen y teniendo en cuenta que los problemas que llevan a tomar la decisión de separase son de los adultos, debemos explicarles lo que sea necesario para que ellos lo vayan entendiendo intentando ponernos de acuerdo en nuestras respuestas así será más beneficioso para el bienestar de éstos. Es más que frecuente ver cómo algunas parejas, guiadas por dolor y rabia, hacen a los hijos partícipes del conflicto y los utilizan para hacer daño a su pareja, negándole la posibilidad de estar con el otro progenitor, limitándoles el con contacto con éste, dando información negativa uno sobre el otro, etc. los niños no tiene la capacidad de procesar que todo esto sea así y esto es lo que realmente más les hiere. Las consecuencias negativas en los hijos no se producen debido a la separación en sí misma sino a la forma inadecuada y disfuncional de vivir la separación.

En resumen, si se ha tomado la decisión de separarse hay que ser conscientes de que durante un tiempo nos vamos a enfrentar a un baile de emociones que van desde la tristeza a la rabia, que tenemos que aprender a reorganizar la vida y a contar con apoyo familiar y/o social, que puede facilitarnos afrontar este proceso, que poco a poco volveremos a disfrutar de sensaciones de bienestar e iremos sintiéndonos más seguros tanto con nosotros mismos como con los demás.

Y si es necesario, busca un profesional de la psicología que tras tu separación y/o divorcio te ayudará a elaborar lo vivido de forma más eficaz y por tanto, recuperar antes tu bienestar.

Y recuerda: vive tu momento y disfruta de cada instante que te ofrece la vida.

Carmen Canterla

Psicóloga SexólogaCo-Directora del I.S. Vidacer Huelva.

c/La palma, 10 Local Bajo. Huelva. Tlf: 959 54 40 11

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