Viernes Santo
Un aniversario repleto de amor a La Soledad
Fecha señalada en el calendario y un Viernes Santo soleado para poder celebrarlo. La Hermandad de La Soledad cumple 75 años, y en esta Semana Santa ha sabido dejar una inolvidable impronta que sigue creando devoción y admiración.


Con un solo paso, no les hace falta más, la Hermandad de La Soledad (conocida también como El Silencio) cierra una Semana Mayor que ha querido agradecer la devoción cofrade dejando salir a casi todas las hermandades. Con el carácter serio que le caracteriza, los hermanos de la Soledad viven los momentos previos a la Estación de Penitencia en la Iglesia de la Purísima Concepción en recogimiento, con sencillez y en Soledad, como bien dice su nombre. Instantes previos que se hace efímeros cuando se mira el rostro de su titular, que sabe transmitir a quien se dirige a ella una calma que llena de fuerza para la Estación de Penitencia. Las puertas laterales de la Concepción se abrían para dar paso a uno de los patrimonios más bellos y cuidados de la Semana Mayor onubense, y su cruz de guía asomaba en una calle Méndez Núñez repleta de cofrades que ansiaban poder vivir un Viernes Santo completo, como hacía años que no sucedía. Silencio, seriedad, recogimiento. Los hermanos que acompañan en el cortejo de La Soledad saben transmitir esa calma que portan en su penitencia que a pesar de su corto recorrido dejan la impronta del buen saber. En tan sólo unos minutos, el paso de Nuestra Señora de La Soledad se encaminaba por la calle Berdigón para llegar a uno de los puntos de su itinerario más bellos y emocionados como es la calle Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, tras vivir unos instantes eternos con las Hermanitas de la Cruz. Devoción contenida, fervor emocionado, sencillez en su mirada. Las Hermanitas de la Cruz despedían la Semana Santa con la visita de la Hermandad del Silencio para brindarle a Huelva el cariño que cada día reciben. Y cientos de personas quisieron vivir este momento en el que los corazones se detienen con cada rezo cantado que inunda la plaza Niña. Y es que como ha reflejado uno de sus hermanos (José Luis Pons) en el día de hoy en este medio, el Silencio es una hermandad muy viva, con una firme confesión de Fe, comprometida en los ámbitos sociales, de virtud austera y testimonial. Una comunidad de hermanos en la que todos se sienten miembros activos. No formamos parte de una cofradía, sino que la cofradía forma parte de nosotros. Es nuestra forma de ver la Semana Santa, de sentir a Dios, de ver la vida.Y ya solo queda la Carrera Oficial para poder volver a casa. Una Carrera Oficial con su estilo inconfundible, y que se convierte en el sueño imaginado por cada uno de sus hermanos que el pasado año no pudieron disfrutar de este momento único. Arropada desde que sale hasta que entra, su carácter e idiosincrasia la hace especial; una de las joyas de nuestra Semana Mayor, como cada una de las hermandades de Huelva que saben aportar una impronta especial. Reportaje gráfico: Elisabeth Domínguez
Reportaje gráfico: Elisabeth Domínguez