Semana Santa > Domingo de Ramos

Estreno espléndido y radiante

23.30 h. La Semana Mayor onubense tuvo el estreno soñado y no hubo rastro alguno de la inestabilidad meteorológica que ensombreció el año pasado. Las hermandades de La Borriquita, Sagrada Cena, La Redención y Los Mutilados realizaron su estación de penitencia bajo un sol radiante e hicieron disfrutar a los cofrades onubenses de una jornada inaugural espléndida, llena de buenos momentos desde los templos de San Pedro, El Polvorín, el Asilo de Ancianos y San Sebastián hacia la carrera oficial y de regreso.

Estreno espléndido y radiante

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Semana Santa de Huelva 2017 alzó el telón en todo su esplendor y la ciudad volvió a latir con los sonidos, olores, imágenes y sabores que sólo esta época del año tiene. La capital se llenó de buen hacer cofrade y de muchos onubenses siguiendo los desfiles procesionales de las hermandades de La Borriquita desde San Pedro, La Sagrada Cena desde El Polvorín, La Redención desde el asilo de Ancianos y Los Mutilados desde la iglesia de San Sebastián. La jornada inaugural fue redonda bajo un sol que se hizo sentir con potentes rayos en un sol limpio y que una vez oculto dejó una noche plácida, para no tener prisa a la hora de volver a casa. Los sagrados titulares de las cuatro cofradías del Domingo de Ramos procesionaron cada uno con su sello y carácter por las calles onubenses, propiciando alegría y emoción, generando los primeros sentimientos entre sus fieles, que tanto esperaban un día como éste.

La Borriquita, 70 años de palma y luzSin duda la Hermandad de La Borriquita despierta en los onubenses un sentimiento especial, muy entrañable. Es una hermandad con un carácter claramente alegre, donde la presencia de muchos niños le confiere un semblante tierno, donde las palmas rizadas trazan un sendero de luz clara, como la que irradia dulcemente Nuestra Señora de los Ángeles, la única virgen de la Semana Mayor onubense que no llora, pues ve a su hijo entrando triunfal en el Jerusalén que desde la Parroquia Mayor de San Pedro se encarga de establecer en Huelva su cortejo de hermanos. Los alrededores de la Parroquia Mayor de San Pedro estaban llenos desde muy temprano. La hora de comer se había mezclado con los nervios y la impaciencia y casi sin masticar el almuerzo más de uno ya se ponía bajo el intenso sol deseante ante el espectáculo que estaba por venir y que anunciaban las capas rojas de los nazarenos.

Estreno espléndido y radiante

En 1947, hace 70 años, se produjo la primera salida procesional de la cofradía, a la que el esfuerzo de tanta gente había llevado a una actualidad plena de energía y rebosante de historia. De lo que ha cambiado en este tiempo está el paso de misterio de la cofradía, donde la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, esa estampa que marca el inicio del camino que todos vamos a recorrer en los días santos, tan llena de movimiento, se ha ido completando. En esta ocasión se recuperó a uno de los niños que a la izquierda del señor va delante de él sujetando una de las riendas del ‘platero’ que monta. Además se adelantó la imagen de San Pedro, tras el señor y escorado a la izquierda, y se centró la palmera repleta de dátiles que también redunda en la sensación de movimiento a casa paso. La secuencia de la salida y el transcurso del paso por el porque de la parroquia fue seguida por la multitud con atención, disfrutando de cada movimiento desde la cúspide del Barrio Alto de Huelva, hacia su plaza, donde se rodeó de su gente.

Minutos después seguía sus pasos Nuestra Señora de los Ángeles con sus rostros alegre y luminoso, realzado por los sones y voces de la marcha ‘Reina de los Ángeles’. Como el paso de misterio, el de palio, con su celeste intenso tan precioso, bajó de su templo para dirigirse a la esquina con la calle Daoiz con la plaza de San Pedro, subiendo el bordillo situado a los pies de la casa de una hermana queridísima que ya falta, Carmen Romero, por quien llevaba anudado un lazo negro en un varal. Su familia agradeció el detalle con emoción, consciente de que se realizó con corazón, como el que puso la cuadrilla de costalero en las trabajaderas y los capataces al dirigir el sentimiento a su madre, la reina de San Pedro. Precisamente hace 65 años, en 1952 estrenó su primer paso de palio gracias a los beneficios obtenidos con el festival taurino que organizó el por entonces hermano mayor, el torero Miguel Báez Espuny ‘Litri’.

Estreno espléndido y radiante

Tras una salida feliz y preciosa la cofradía transitó hacia el corazón del centro. A su paso encontró un paseo Santa Fe repleto de gente, como en la zona de la Palmera y la calle Tres de Agosto, que se hizo estrecha. Desde ahí la cofradía fue serpenteando por las calles Palacios, Rico, Hernán Cortés, Rascón y Las Bocas para entrar puntuar en la Carrera Oficial, que estaba repleta. Tras el paso por la zona de sillas y palcos subió de nuevo la palmera y la calle La Fuente para tocar su plaza de San Pedro ya con la noche poniendo otro filtro a sus colores. En torno a las diez de la noche fue recogiéndose el cortejo, que dejó bien claro con sus estación de penitencia su buen hacer y satisfacción, algo que se percibió en sus fieles seguidores.

Sagrada Cena, imponente rosario de amorUno de los barrios más cofrades de Huelva es el de El Polvorín y la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús es el escenario de varias hermandades que dejan su sello en la capital desde esta parroquia. En torno al templo bullían en la sobremesa los cofrades. Había hambre de Semana Santa. Y venía a saciar la la hermandad hecha cofradía de la Sagrada Cena, que con su imponente caminar fue desde el primer instante colmando de satisfacción a quiénes esperaban con impaciencia ver a sus sagrados titulares de nuevo en la calle. Y por ello, cómo no, parecía obligada que la primera levantá fuera un sonido seco que disparara desde los corazones de los presentes hacia el cielo un sincero recuerdo a los que ya no están a pie de calle y siguen a los titulares desde el balcón del cielo. Sonaba la marcha ‘Cinco llagas’ cuando el imponente paso del Santísimo Cristo del Amor, acompañado por su agrupación musical se dejaba cubrir por la intensa luz de la tarde y los aplausos de su gente. Los tramos de nazarenos de túnica blanca y capa negra ya se iban desplegando por delante, conquistando la avenida Federico Molina.

Estreno espléndido y radiante

A buen paso la cofradía recorrió bien acompañada Alameda Sundheim para llegar a la Plaza del Punto y por Alonso Sánchez desembocar en la Plaza Isabel la Católica, la conocida como Plaza Niña, donde las hermanas de la Cruz cantaron a los titulares, el Santísimo Cristo del Amor y María Santísima del Rosario. El momento tuvo toda la emoción y el sabor que la memoria hace recordar a los que ya lo han vivido más de una vez, pero aún así se impresionan de nuevo en cada ocasión. Desde este punto con fuerza y energía, imponente como siempre, el paso de misterio se abría camino ante una Huelva echada a la calle, entre un mar de almas, por calles estrechas del centro como Esperanza Coronada, La Paz, Rábida, Murillo, Vázquez López, Gobernador Alonso, Hernán Cortés y Rascón. De ahí a la calle Bocas para irrumpir en la carrera oficial. Este tránsito lo realizó transmitiendo mucho, concitando las miradas y rompiendo el silencio con los sones de la  Agrupación Musical Cristo del Amor y la Banda de Música Virgen de las Angustias, de Sanlúcar la Mayor (Sevilla).

Estreno espléndido y radiante

Ya con el atardecer tiñendo de otros colores el cielo, que reluciente había sido como un espejo para toda la belleza que fluía bajo él, la cofradía de la Sagrada Cena fue buscando de nuevo su barrio, en un camino largo por la Alameda Sundheim y el Paseo de Circunvalación antes de ya recrearse por su calles: Cortelazor, Plaza Virgen del Rosario, Niebla, Puebla de Guzmán y Presbítero Pablo Rodríguez.

La sobriedad de La RedenciónEl barrio de Huerto Paco celebra en el Domingo de Ramos la salida procesional de su Hermandad de los Desamparados, que tras varios periplos por templos de otros puntos de la ciudad decidió salir desde el Asilo de Ancianos Santa Teresa Jornet, un escenario que es todo sentimiento y emoción. Solo la contemplación de los ancianos que ilusionados esperan a su hermandad describe con exactitud lo que genera esta cofradía en su gente. También indescriptible la emoción que exteriorizó el pregonero Fernando Vergel, acompañado de su hijo, al realizar la primera levantá del paso del Santísimo Cristo de la Redención. Los tonos oscuros del paso, el exorno floral rico en variedad y la túnica del Señor hablaban por sí solo. Inspiraba sobriedad, recogimiento y seriedad, un sello que ha labrado con esfuerzo y a conciencia la hermandad.

Estreno espléndido y radiante

Estrenando el juego de ciriales y el estandarte corporativo la hermandad desembocó en la avenida  Santa  Marta desde donde se adentró en la calle Cristo  de  la  Redención,  recién rotulada. El transitar por su barrio le llevó a la avenida Adoratrices,  Villa  Mundaca, Vasco Núñez de Balboa, Canarias y de nuevo Avenida Adoratrices, Juan Sebastián  Elcano,  Fray  Junípero  Serra,  Fray  Juan  Pérez,  Primitivo  Lázaro y Cabezo de la Joya para acercarse a los alrededores centro. La Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Expiración de Huelva ponía sones enérgicos a su caminar.

Por el Callejón Santo Entierro, y las calles San Andrés y Alonso Barba, La Redención entró en la Plaza de San Pedro, desde donde fue bajando hasta la calle Puerto y de ahí iniciar la carrera oficial por la calle José Nogales. Fue ahí donde el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, realizó una levantá muy aplaudida por los presentes. Tras el paso por este tramo de su itinerario voy a la zona de San Pedro para subir la Avenida Manuel Siurot y ya de noche recorrer otras calles antes no transitadas de su barriada, como la Avenida San Antonio, Málaga, Miguel de Unamuno y Almería antes de volver a la rotonda y buscar el asilo de ancianos, que como en la salida prometía su recogida momentos emotivos.

Semblante de victoria y paz en MutiladosLa iglesia de San Sebastián es otro de los puntos neurálgicos de la Semana Santa onubense y que alberga a varias hermandades en su seno. Desde allí abrió sus puertas por primera vez la cofradía de Los Mutilados, que tenía a mucha gente esperando su salida. Un recorrido de unas cuatro horas para su cruz de guía comenzaba entonces. La Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno imponía fuerza tras el paso de misterio, una de las mejores obras de Antonio León Ortega, autor también de la imagen de Nuestra Señora de la Paz, que caminó bajo su palio blanco característico con la musicalidad de la Banda Filarmónica de Pilas. La primera levantá del paso de misterio de Santísimo Cristo de la Victoria fue un recuerdo para José Vargas Tallón y su familia, el “hermano mayor perpetuo”, dijo el capataz. También fue para Juan Alonso.

Estreno espléndido y radiante

Desde las calles de su barrio la hermandad tomó la calle Federico Mayo, Mackay McDonald y bordeó la Plaza de los Litris, para tomar Jesús de la Pasión y llegar a la Plaza de San Pedro. Con un buen número de cofrades pendientes de su caminar Los Mutilados avanzó dejando su sabor calle abajo hacia la zona de la plaza Quintero Baez tras descender la calle La Fuente. La ciudad latía y había ríos de gentes pendientes del paso de las hermandades un poco más arriba o abajo. Buena parte de los cofrades se concentraron en ver como la cofradía de San Sebastián buscaba desde allí la calle Puerto para alcanzar la carrera oficial por José Nogales ya con la tarde en recesión.

En la carrera oficial la hermandad fue la última de la jornada y eso se notaba en los rostros de los cofrades que ocupaban palcos, sillas y esquinas. Querían detener el tiempo para que no se acabara un Domingo de Ramos muy feliz. La impresión dejada por los pasos de la hermandad fue inmejorable. Se respiraba en el ambiente el disfrute y sentimiento que se había acumulado a lo largo de todo el día y los sagrados titulares de San Sebastián redundaban en esa sensación placentera, añadiendo esplendor a un día radiante.

La parte final del itinerario tuvo como plato fuerte la subida por la Cuesta Cristo de las Tres Caídas, la clásica pendiente que comunica en una larga chicotá el centro con la barriada de la cofradía. De nuevo en Federico Mayo no había prisa. Rondaban las diez de la noche y el horario se había cumplido a la perfección. Tocaba entonces recrearse en las últimas esquinas, por Rodrigo de Triana, Ponce de León y Doctor Cantero Cuadrado, revirás que dejaron huellas en las pupilas antes de dar los últimos trazos a las puertas de su templo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia