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Qué son las boliñas portuguesas y de qué están hechas: este es el origen del dulce más famoso de las playas de Huelva
De receta alemana y acento portugués, este dulce frito se ha convertido en un imprescindible de los veranos onubenses
La playa de Huelva que parece sacada del Caribe y es perfecta para ver el atardecer: tiene más de dos kilómetros de largo
Esta región del Caribe se llama como una playa de Huelva debido al parecido de su arena dorada y fina

Hay un sonido en las playas de Huelva que todo veraneante reconoce al instante. Y no hablamos del romper de las olas en la orilla ni del zumbido de las avionetas publicitarias que cruzan el cielo. Hablamos de la voz de los vendedores ambulantes anunciando las boliñas, un dulce capaz de abrir el apetito a cualquiera.
Recién hechas, esponjosas por dentro y cubiertas de azúcar, las boliñas portuguesas se han convertido en uno de los dulces más populares del verano onubense. Aunque su aspecto pueda recordar a los buñuelos o a los donuts, la boliña tiene identidad propia y una historia interesante detrás que explica su popularidad en esta parte del sur de España.
Un dulce de origen portugués, ¿o alemán?
La boliña, bolinha o bolas de Berlim en portugués, es una merienda muy típica en las playas del Algarve. Se trata de una masa frita de forma redonda, similar a los donuts pero sin agujero, que tradicionalmente se reboza en azúcar. En las costas portuguesas se venden desde hace décadas en carros ambulantes, y con el paso de los años han cruzado la frontera para instalarse con éxito en las playas de Huelva.

Su llegada a la provincia tuvo buena aceptación, primero a través de familias portuguesas que comenzaron a venderlas en localidades como Isla Cristina o Ayamonte. Hoy, muchos de estos vendedores son onubenses que han aprendido la receta y ofrecen este producto por las playas durante el verano.
Sobre su verdadero origen, aunque hoy se asocie a la playa, la boliña tiene raíces centroeuropeas. Es una variante de la berlinesa alemana, un bollo de masa esponjosa y relleno de crema o chocolate, típico del Carnaval germano. Las familias alemanas asentadas en Portugal a mediados del pasado siglo llevaron consigo la receta, que se convirtió en la Bola de Berlim y, con el tiempo, se popularizó y consiguió cruzar la frontera.
La receta de la boliña
La receta original de la boliña es simple, y ahí radica buena parte de su éxito. Se prepara con una masa a base de harina, huevos, levadura, leche y azúcar. Tras dejarla reposar, se fríe en abundante aceite y se reboza en azúcar. El resultado es una bola esponjosa por dentro y crujiente por fuera.
Aunque lo que las hace realmente atractivas es su contenido. Las más populares van rellenas de crema pastelera o de chocolate, y en algunas zonas también pueden encontrarse con sabores como la Nutella.
Así, las boliñas portuguesas se han convertido en una auténtica tradición playera en Huelva. Un bocado sencillo pero lleno de sabor que ya forma parte del verano onubense.