Nicolás Gómez Marín, la voluntad de servicio desde un laboratorio

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva rinde homenaje a un hombre de ciencia

Nicolás Gómez Marín, «el boticario de pueblo» que denunció la situación de la ría de Punta Umbría: «Intentaron desprestigiarme»

Nicolás Gómez Marín durante el homenaje h24
Bernardo Romero

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El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva celebraba el pasado jueves su jornada anual dedicada a los mayores, celebrando como acto central de la misma un reconocimiento más que un homenaje, a un hombre dedicado a la ciencia, a la investigación, en tiempos no demasiado favorables para ello. El personaje es Nicolás Gómez Marín, a quien no hace demasiado tiempo este periódico digital que usted tiene en su pantalla, dedicaba una extensa entrevista con la sana intención de dar a conocer su trabajo y el resultado de sus investigaciones.

El presidente de los boticarios onubenses, Jorge Juan García Maestre, resumió la trayectoria de Nicolás Gómez Marín, sin que le dolieran prendas a la hora de narrar una curiosa anécdota. Al decidir homenajear al conocido genetista, la Junta de Gobierno de la institución decidió concederle la Carabela de Oro que se entrega solo en contadas ocasiones. Al comprobar el listado de las personalidades que han recibido este galardón, pudieron comprobar que ya el protagonista de la jornada tenía en su despacho colocada la carabela, con lo cual tuvieron que dejar en dique seco la dicha embarcación, aunque bien podrían haber permitido que la Niña acompañara a la Pinta en los estantes de don Nicolás.

La razón por la que este tuviera la carabela ya en su poder, fue la organización de un congreso en Huelva al que asistieron los más notables especialistas en el estudio de la genética. Así, y con la excusa de celebrar el centenario de la muerte de Darwin, se pudo celebrar en 1982 un congreso al que acudieron celebridades como Faustino Cordón, promotor de la biología evolucionista y candidato en distintas ocasiones al premio Nobel. También acudieron a Huelva Eloy Terrón, humanista, antropólogo y estrecho colaborador del anterior, así como los biólogos del CSIC José Luís Díez y el premio Príncipe de Asturias, Ginés Morata. El quinto invitado a aquella celebrada reunión científica, fue el también miembro del CSIC y monje cisterciense José Antonio Abrisqueta. 

Ironía

Tiró de ironía Gómez Marín en su intervención, al incidir en que este ha sido sin lugar a dudas el acontecimiento más importante que se ha organizado por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva en su historia, por lo que le extrañó bastante que al recibir una publicación que recogía los cien años de historia del dicho colegio, no se hiciera la más mínima mención a semejante acontecimiento.

El evento se celebró durante la jornada anual del Colegio de Farmacéuticos de Huelva

Repasando su intensa carrera profesional y en un tono de agradecimiento a sus compañeros, repasó momentos cruciales, como la puesta en marcha de controles de la salubridad de las aguas de baño en Andalucía, en unos años que veían crecer temporada a temporada la que ha llegado a ser una de las principales actividades económicas de España, el turismo.

Recordaba en su intervención el galardonado, como fue en Huelva donde él montó el primer laboratorio dedicado a estudios genéticos, pero sobre todo quiso animar a sus colegas de profesión a cumplir con la voluntad de servicio que también se puede realizar desde un laboratorio, insistiendo en que no abandonaran ese espacio esencial en toda farmacia, recuperando la imagen del «viejo boticario, que … auxiliaba al enfermo con aquellas fórmulas magistrales hoy lamentablemente casi del todo perdidas».

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