carta al director
Corrompiendo la inocencia
Los taurinos están cada vez más desesperados por corromper las mentes de los más pequeños y captar nuevos aficionados a sus malas artes y hacen más que nunca exhibiciones tratando de acercarse al público en general, pero en especial destinadas para los más pequeños. Es vergonzoso que ni siquiera dejen que alcancen el grado de madurez suficiente para tomar sus propias decisiones.
Dichas exhibiciones entre otros lugares se llevan realizando dos años seguidos en la plaza de las Monjas de nuestra capital, pero ¿por qué ahora? todo apunta al rechazo generalizado a la tauromaquia y a la media de edad tan envejecida que hay entre sus seguidores, ya que las nuevas generaciones rechazan mayoritariamente estas tradiciones despreciables y anticuadas impropias de personas que dicen ser civilizadas.
A pesar del rechazo que causan en quienes tenemos empatía y respeto por los animales hay que decir que aunque sean de muy mal gusto, están en su derecho de hacerlas claro está, pero lo realmente reprochable al margen de lo obvio es la citada presencia de menores que hacen las delicias de quienes desean lavarles el cerebro y conducirles al gusto por un despiadado acto de crueldad.
Culpo a todos esos padres que en lugar de potenciar la inocencia y la bondad de los más pequeños llenan su cabeza de sangre, dolor y muerte y normalizan estos términos en su vida llevando a sus hijos a semejantes exhibiciones de mamarrachismo o a las propias plazas de torturas a presenciar corridas de toros y/o espectáculos similares, en definitiva a contemplar violencia, una violencia real, no ficticia y una realidad oscura que puede marcarles de por vida tanto si son lo suficientemente sensibles y conscientes para horrorizarse como si finalmente sucumben a las malas enseñanzas.
Rogelio Rodríguez Martín.
Delegado del Colectivo Andaluz Contra el Maltrato Animal y coordinador del Partido Animalista en Huelva.
