carta al director

Una lucha por poder vivir con dignidad

Estoy con un cartel colgado del cuello pidiendo SOS en la puerta del Ayuntamiento de Huelva al complicarse todavía más si cabe mi situación, pues me he quedado solo en mi vivienda (hasta que me la quiten por no poder pagar). Tengo que elegir entre pagar o comer, aunque solo puedo comer salchichas y huevos para subsistir el más tiempo posible.

Una lucha por poder vivir con dignidad

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Todavía recuerdo cuando cerraron la TV de Valencia, como sus trabajadores empezaron a decir que estaban forzados a comunicar lo que les autorizaban sus políticos cuando ya estaban en la calle, ha sido una imagen muy deplorable de unos profesionales de los medios de comunicación y del periodismo.Pero en todos los lugares cuecen habas. Aquí en Huelva capital hay una persona discapacitada que ha quedado en paro crónico por la crisis, pues su discapacidad de movilidad reducida le imposibilita su contratación en las empresas privadas (y tampoco tiene padrinos).Yo siempre conseguí con mucha dignidad trabajar en la administración pública gracias a mi esfuerzo preparándome oposiciones como auxiliar administrativo aunque fuera por interinidad, pero esta puerta se cerró hasta sabe Dios cuando.Estoy con un cartel colgado del cuello pidiendo SOS en la puerta del Ayuntamiento de Huelva al complicarse todavía mas si cabe mi situación, pues me he quedado solo en mi vivienda ( hasta que me la quiten por no poder pagar). Tengo que elegir entre pagar o comer, aunque solo puedo comer salchichas y huevos para subsistir el más tiempo posible.Estoy todos los días laborales de 8.00 de la mañana hasta las 14.00 horas. Así llevo un mes, y solo he conseguido que los trabajadores del Ayuntamiento (menos algunos prepotentes que me ignoran) me den los buenos días. No me ha recibido personalmente el alcalde para conocer mi situación actual, y ningún medio de comunicación de Huelva se ha hecho eco de esta situación que mantengo y mantendré hasta el infinito y más allá.Con el tiempo estoy muy desanimado, pues algunas veces me siento como invisible, pero me quedo con la gente de la calle, casi todos están conmigo y se acercan a darme ánimos, algunos creen que estoy pidiendo limosnas y me ofrecen dinero, cosa que me niego (con alguna excepción cuando no he tenido para el autobús). Quiero que mi lucha sea algo con mucha dignidad por algo que merezco, poder seguir viviendo como cualquier hombre.Kiko en la lucha

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