carta al director
Carta a un recreativista
Querido amigo recreativista: ¡Qué mala es la edad, de verdad te lo digo! Hay que ver como nos hace sufrir… Pero bueno, hay que seguir y pelear. Hoy te vuelvo a escribir porque, como bien sabes, lo estoy pasando mal, muy mal. He visto pasar la vida en apenas un segundo un par de veces ya.
La verdad, creo que ya no caigo bien, que no hago disfrutar, más bien, a veces la gente cuando me ve se da la vuelta, como si les estorbase. La gente me visita poco y cuando viene salen enfadados y dicen que no volverán más este año. Aún recuerdo cuando hace ya unos años, la ciudad venía cada quincena a visitarme y me seguía cada día, el Colombino era su segunda casa y yo era lo más importante para ellos. También recuerdo que sonreíamos y llorábamos juntos, pero eso ya hace tiempo se acabó. A día de hoy sólo un grupo de fieles, mis buenos amigos, vienen para seguir dándome fuerzas, porque como dicen muchos, amigos de verdad hay pocos, yo diría que los necesarios. Pero la verdad es que no entiendo porque pasa esto, de verdad, no lo entiendo, ¡soy el más viejo de toda España!
Muy poca gente se siente orgullosa de mi y de mis logros, y mira que quiero, pero no hay forma. Cada uno culpa a alguien, y al final, pues nada. Siempre las mismas excusas. Reconozco que me está costando escribirte esta carta, me pesa el bolígrafo, estoy sufriendo muchísimo. Eso sí, aunque tenga pocos amigos, los que tengo son los mejores, eso no lo dudo eh. Yo sé que es complicado, para todos imposible, pero aún tengo la esperanza de acabar este 2015 habiendo recibido a muchos viejos amigos en mi casa, que también es la tuya. Me encantaría volver a recibir a aquellos, que sin nadie saber por qué, empezaron a faltar a su cita conmigo. Ojalá vuelvan algún día, querido amigo…
Sé que a ti no, pero a mi se me empiezan a saltar las lágrimas, me acuerdo de muchos momentos vividos, y creo que pensamos en los mismos, no hace falta ni decirlos, de gente que me dejó sin quererlo y que ya no están entre nosotros, me acuerdo todavía amigo. Yo aún vivo en mi mundo y sigo pensando, que antes o después, mi casa se llenará de gente, que todos volverán y que tendré que atender y agradecer a cada uno de los presentes su asistencia. Siento mucho no poder seguir, mi cuerpo no me permite más, la edad y la falta de apoyo me están matando poco a poco… Ojalá no me veas nunca morir, que tus hijos sigan disfrutando de mí.
Gracias por todo, te debo mucho. Abrazo de recreativista.
Enrique Enrile (@decanazo1889)