En el cementerio de Moguer

Lectura de poemas y ofrenda floral en el 60 aniversario del fallecimiento de Juan Ramón Jiménez

15.01 h. Este martes se conmemora el 60 aniversario de la muerte del poeta moguereño Juan Ramón Jiménez, uno de los grandes autores españoles del siglo XX, que en el año 1956 fue galardonado con el premio Nobel de literatura.

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Juan Ramón Jiménez Mantecón nació el 23 de diciembre de 1881 en Moguer. Aunque comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, no finalizó sus estudios, pues las artes (pintura y poesía) le atrajeron más. 

Lectura de poemas y ofrenda floral en el 60 aniversario del fallecimiento de Juan Ramón Jiménez

A los 19 años se trasladó a Madrid, donde entró en contacto con grandes poetas modernistas y publicó sus dos primeros libros: “Ninfeas” y “Almas de violeta”; tras sufrir de neurosis depresiva, regresó a Moguer, donde su familia lo internó en un sanatorio francés para enfermos mentales. A esa etapa corresponden “Rimas” (1902), “Arias tristes” (1903) y “Jardines lejanos” (1904); entre 1905 y 1912, el poeta residió en su pueblo natal entregado a la lectura y admirando la vida campesina en Andalucía, donde escribió “Elegías” (1907), “Melancolía” (1912), entre otros. 

En 1911 conoció a Zenobia Camprubí Aymar, con quien se casó en 1916 y a quien dedicó el libro “Diario de un poeta recién casado” (1917), que tiempo después tituló “Diario de poeta y mar”, para incluir el segundo apellido de su esposa: Aymar. Los conocedores de su obra la dividen en dos grandes etapas: la poesía sensitiva, de 1898 a 1915, marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el Modernismo; y la intelectual, de 1916 a 1936, donde descubre el mar como motivo trascendente. Esa última etapa inicia con el libro en prosa “Platero y yo” (1916), que se convirtió en uno de sus textos más célebres; en los años siguientes escribió obras como la ya mencionada “Diario de un poeta recién casado” (1917), “Piedra y cielo” (1919), “Canción” (1935), entre otras. En 1936, al estallar la Guerra Civil Española, se exilió en Estados Unidos, Cuba y en Puerto Rico, a esta época corresponden sus libros “La estación total” (1946), “Romances de Coral Gables” (1948) y “Animal de fondo” (1949). 

En 1956, cita el sitio “fideus.com”, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura por “El platero y yo” (1916), en Puerto Rico, donde había vivido gran parte de su vida en el exilio y donde trabajaba como profesor en la Universidad. Tres días después murió su esposa y él jamás se recuperó de esa pérdida, por lo que Juan Ramón Jiménez permaneció en San Juan, Puerto Rico, donde dos años después, el 29 de mayo de 1958, falleció en la misma clínica en la que falleció su esposa y sus restos fueron trasladados a Moguer, como recoge el portal www.20minutos.com.mx.

Lectura de poemas y ofrenda floral en el 60 aniversario del fallecimiento de Juan Ramón Jiménez

Homenaje con una lectura de poemas junto a su tumbaHoy 29 de mayo se cumple el 60 aniversario del fallecimiento de Juan Ramón Jiménez una efeméride que la comunidad educativa de la Blanca Maravilla ha conmemorado con una emotiva lectura de poemas junto a la tumba en la que descansan los restos del Nobel y esposa Zenobia. El alcalde Gustavo Cuéllar inició la lectura y realizó la primera ofrenda floral sobre la lápida.

Junto a Cuéllar, que ostenta también la presidencia de la Fundación Juan Ramón Jiménez, se dieron cita en el blanco cementerio moguereño alumnos y alumnas de los cinco centros escolares de la localidad junto a sus equipos directivos, miembros del gobierno municipal, el director de la Fundación del Nobel, Antonio Ramírez, personal de esta institución que vela por legado de Zenobia y Juan Ramón, y admiradores del Andaluz Universal que quisieron sumarse a este tradicional homenaje que Moguer tributa cada 29 de mayo al más ilustre de sus hijos.

Además de cumplirse este año el 60 aniversario del fallecimiento de Juan Ramón en el hospital Mimiya de Santurce, en Puerto Rico, se conmemora también el centenario de la primera edición de una de sus obras fundamentales, como fue Eternidades, un poemario con el que el moguereño inicia ese camino de introspección y búsqueda de la poesía pura que sería ya una constante en su trayectoria literaria.

Lectura de poemas y ofrenda floral en el 60 aniversario del fallecimiento de Juan Ramón Jiménez

Entre los poemas a los que dieron lectura el alcalde moguereño, los concejales Lourdes Garrido, Paqui Griñolo y José Antonio Rodríguez, y los miembros de las comunidades educativas de los centros escolares de la ciudad, éste que reproducimos a continuación quizás sea uno de los más representativos porque nos acerca a esa idea de trascendencia más allá del tiempo y del espacio que Juan Ramón busca a partir de Eternidades en toda su poesía posterior.

“Yo no soy yoSoy esteque va a mi lado sin yo verlo;que, a veces, voy a ver,y que, a veces, olvido.El que calla, sereno, cuando hablo,el que perdona, dulce, cuando odio,el que pasea por donde no estoy,el que quedará en pie cuando yo muera”.

El homenaje a Juan Ramón en el sexagésimo aniversario de su muerte concluyó como también es tradicional con la ofrenda sobre su tumba y la de su esposa y compañera, Zenobia Camprubí, de varios ramos de flores amarillas de las que tanto gustaban al Nobel moguereño. 

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