37º Festival de Cine Iberoamericano
'Aquí entre nos' o lo común hecho interesante
22.38 h. Cuando uno lee la sinopsis de la película de la directora y guionista Patricia Martínez de Velasco, espera ver una especie de American Beauty a la mexicana. Nada más lejos de la realidad: esta ópera prima no tiene nada que ver con la genial y desgarradora cinta de Sam Mendes. Si bien el citado sumario tampoco hace honor a una película que, aun sin grandes pretensiones, resulta una comedia bastante redonda y hace pensar que la trayectoria de su creadora merece agrandarse con nuevos y prometedores proyectos.
El matrimonio de Rodolfo y Miriam (Jesús Ochoa y Carmen Beato, respectivamente) con los años, ha ido perdiendo frescura y su familia está instalada en una rutina con cierto grado de cinismo y bastante vacuidad. Sin embargo, Martínez de Velasco, toma este punto de partida que resulta más común de los que mucha gente reconoce y lo desnuda de su vertiente trágica para llevarnos desde el tono de la comedia, sana y costumbrista, por la senda de las vicisitudes que vive esta casa. Ya nos introduce, inteligentemente, desde los títulos de crédito con imágenes antiguas de super 8 y arranca, en la actualidad, a partir de un día en que Rodolfo, harto de su absorbente trabajo como contratista y frustrado por no poder haber desarrollado su carrera de arquitecto, decide tomarse un día libre.Desde este punto, realizando un perfecto equilibrio entre la hilaridad, la ternura y la ironía, se nos conduce por las vivencias de unos personajes que sortean el desafecto provocado por la rutina y la falta de comunicación, para reconstruir una familia que se halla en plena crisis. Notable la interpretación de la pareja protagonista. Jesús Ochoa y Carmen Beato, ambos con amplia trayectoria en teatro y cine, entre los que existe una química muy especial que se plasma tanto en los momentos cómicos como en los románticos y que consiguen transmitir a la perfección el sentir de sus personajes, con los que nos hacen plenamente alinearnos. Esta compenetración y buen hacer, se hace extensible al resto del elenco, de donde destacaría el papel de la niña Camila Risser, como la hija menor de la pareja, quien combina madurez y espontaneidad en cada gesto. Igualmente una mención me merece la música (la original, de Víctor Hernández Stumpfhauser).Humor blanco, esparcido en la dosis justa. Sencillo e inteligente. Amor directo y sin edulcorantes, entre gente que trata de buscar el camino en el lugar donde lo perdieron, no en otra parte. Cine que no necesita hacer alardes para llegar al espectador e involucrarlo.
