ORGANIZADO POR OXFAM INTERMÓN
'Tú podrías ser Aamaal', 2º premio de la categoría Infantil del Concurso de Microrrelatos 'Abriendo fronteras'
El relato de Marcos Vaca Cava, de Corrales, se impuso entre todos los recibidos obteniendo el segundo premio de la categoría Infantil, consistente en una tarjeta regalo de comercio justo por valor de 40 euros.
La publicación de los relatos premiados en el III Concurso de Micorrelatos 'Abriendo fronteras', organizado por Oxfam Intermón Huelva con la colaboración de la Diputación Provincial de Huelva, en Huelva24.com, periódico patrocinador del certamen, está contemplada en las bases del concurso.
Tú podrías ser Aamaal
Todavía puedo sentir ese olor a rosas y esa brisa que inundaba mi jardín en Saná Eran tiempos felices de paz junto a mi familia; mi madre, una mujer alegre y risueña, que siempre me estaba enseñando cosas que les contaba a sus alumnos; y mi padre, un hombre divertido y apasionado por su trabajo. Me levanté temprano y mi madre me tenía preparado el vestido con flores que ella había tejido, era un día importante, comenzaban las vacaciones, estaba muy ilusionada.
De camino al mercado se oyó un enorme estruendo, la gente corría de un lado para otro, mi madre me agarró con fuerza y nos preguntamos que ocurría; se escuchaban gritos, tiros, olía a humo, a gasolina y a pólvora. Asustadas nos dirigimos al museo de Baraqish a buscar a mi padre; allí nos lo encontramos, incrédulo, desorientado, confundido, no daba crédito a lo que estaba sucediendo. Mi madre lo zarandeó al ver que estaba absorto mirando las obras de arte; cerca de allí estalló una bomba y se escuchaban los carros de combate. El museo empezó a desquebrajarse y mi padre nos introdujo por un pasadizo que solo él conocía y con lágrimas nos dijo “habéis sido lo mejor de mi vida, siempre estaré con vosotras, corred y no miréis atrás, este túnel os llevará a las afueras, huid lo más lejos posible hasta que estéis a salvo”.
Al anochecer vimos una cabaña en la montaña, mi madre me dijo que permaneciese escondida, pues desconocíamos quien habitaba en ella, nosotras teníamos una palabra en clave por si tenía que huir. De repente, la escuché y salí corriendo; estaba sola, perdida, acaba de perder a mi madre, mi última esperanza. Dos días después desperté en un campamento de refugiados en Arabia Saudí. Ahora yo, Aamaal, soy quien ayuda.