Se estrena en el Festival de Málaga
El realizador onubense Paco Ortiz, la sombra de Miguel Poveda durante cuatro años para retratarlo en un documental
La productora Sarao Films estrena este domingo en el Festival de Cine de Málaga el documental ’13. Miguel Poveda’, repleto de momentos de todo tipo, joyas musicales, sus orígenes y testimonios de quienes le conocen, recogidos en una producción de ritmo vivo y que sorprende por su gran calidad de imagen y sonido. “Es una historia de superación', en la que 'ha salvado muchas dificultades para ser un número 1”, indica Ortiz, que resalta de Poveda “su afán por hacer todo mejor y el gran respeto que le tiene al flamenco y la devoción que siente por el público”.

21 de junio de 2013 en una plaza de toros de Las Ventas en Madrid poblada por 7.000 personas. Entre los burladeros se abre paso Miguel Poveda, dispuesto a derrochar su arte en un concierto que celebra sus 25 años de carrera en el mundo de la música. Es una de las grandes referencias del flamenco y esa noche y en sus muchos conciertos los asistentes pudieron disfrutar de su voz. Quienes quieren conocer cómo es el artista y la persona y cómo ha sido su vida hasta ese momento culmen, la trayectoria seguida en un camino de obstáculos, ya tienen una obra fundamental en ’13.
Este proyecto audiovisual realizado por Sarao Films, ha tenido a sus integrantes durante cuatro años (2011-2014) siendo la sombra del cantaor barcelonés en muchas ciudades y países. Con momentos íntimos y multitudinarios, con su rostro y su voz en directo y de cerca, con su personalidad entre bambalinas, con lo que ven en él familia, amigos y artistas que reconocen su grandeza, con auténticas joyas musicales. Con todos estos elementos se ha construido un retrato poliédrico que tuvo un metraje de cuatro horas y ha quedado condensados en 91 minutos que prometen un ritmo audiovisual parejo al torbellino musical del protagonista de este relato sobre el escenario.

Partiendo de la idea original de Félix Vázquez (técnico de sonido), Paco Ortiz (dirección, realización y montaje) José Carlos de Isla (producción y producción ejecutiva) e Isabel Cubrero (guión y redacción) reforzados en momentos puntuales por más personal han dado forma a un documental que ha sido el primero realizado de forma conjunta y del que “ahora vamos a disfrutar de la recompensa”. Así lo destaca Ortiz, que detalla a huelva24.com que este trabajo tiene “momentos de ternura, otros tristes, como la muerte de su padre, y alegres, como la vida de cualquier persona. Se ven sus manías 10 minutos antes de cantar, recuerdos de cómo no sabía cantar un palo y aprendía… Queríamos contar cosas que no supiera nadie y lo hemos conseguido”.
El proceso de grabación ha sido largo y trabajoso pero el material obtenido es de un gran valor. “Teníamos un bruto de cuatro horas de metraje y lo hemos dejado en 91 minutos. Ha sido un proceso muy doloroso, porque se han quedado fuera cosas muy buenas. Pero el ritmo es frenético y no hay tiempo, se pasa constantemente de una secuencia a otra y esa es la idea. No es un documental para echar la siesta, sino que te mantiene supertenso y que se hace corto al verlo y eso es increíble. Mi obsesión era mantener el ritmo para conseguir que el espectador lo vea entero y lo hemos conseguido para que esté pegado a la pantalla desde el principio y hasta los créditos finales, que tienen además una sorpresa”, explica el mazagonense.
“Ha sido un parto largo y de hecho en el medio de este proyecto yo por ejemplo he sido padre. Pero estamos muy satisfechos porque ha salido todo como queríamos, hemos sido fieles a nuestras ideas y hemos hecho algo distinto”, comenta el director onubense, que señala que “comenzamos a grabar y nos dimos cuenta de que no queríamos un documental lineal, sino que íbamos a estar en el proceso de cómo se organizaba el concierto que reunía una historia de 25 años en la música y esto nos daba pie para repasar su carrera y su vida y ahí sentamos las bases”.
En este sentido expone que “la gente no está acostumbrada a ver cómo se produce la creación de un espectáculo tan grande y es un doble aliciente. A mi me motivaba que la gente no vea el documental sólo porque le guste el flamenco sino porque vea que Miguel Poveda ha superado muchas dificultades en su vida para ser un número 1. Es una historia de superación, en la que pone todo su esfuerzo para ser alguien”.

Miguel Poveda es un cantaor de Badalona (1973, Barcelona), con padre murciano y madre de Ciudad Real. Por parte materna sobre todo ha tenido la cultura flamenca desde niño en casa pero no tuvo fácil llegar a la figura reconocida que es hoy. “Hemos grabado en varias peñas de allí y tablaos como El Cordobés de Barcelona y hemos hecho todo un recorrido por sus orígenes. Después hemos estado en Andalucía, adonde vino a aprender y vivió una etapa en Jerez y luego en Sevilla, donde se ha afincado. Con él recorremos estas ciudades y barrios como Triana, o la casa de Matilde Coral y eventos como la Bienal de Flamenco”, detalla Ortiz sobre un camino que llevó al protagonista del documental a ser profesional y recorrer no sólo España, sino muchos otros países.
El documental muestra por ejemplo actuaciones en México y Argentina. “Es tan amplio el registro de Miguel que lo mismo canta flamenco que coplas, boleros y rancheras y hasta tango, y la reacción de la gente cuando canta tango es espectacular. Allí le quieren muchísimo y tiene clubes de fans”, señala el realizador de la obra, que resalta el valor de joyas musicales como “el último concierto en vida de Chavela Vargas, con la que cantó Miguel Poveda y la onubense Martirio en Madrid el tema ‘Ojalá que te vaya bonito’”. También apunta que “una de las cosas que se ha quedado fuera es una grabación de Miguel cantando en el Fibes de Sevilla una saeta con una banda de cornetas y tambores. Fíjate cómo está el nivel entonces de lo que han entrado”.
Pero además de la rutina de Poveda, el documental se nutre de cómo le ven. Es un retrato coral en el que participan alrededor de 50 personas entre familia, amigos y personalidades que han trabajado con él o le admiran como Eva la Yerbabuena, Matilde Coral, Dorantes, José Manuel Gamboa, Curro Romero o Manuel Carrasco.
También hay quien ha descubierto la magnitud y talla personal del protagonista del documental, como el propio Paco Ortiz, que del comienzo del proyecto recuerda que “yo había terminado ‘Deportados’ y tenía ganas de hacer más documentales y mi socio, Félix Vázquez, que tenía grabaciones de Miguel Poveda lo propuso. Le dije que sí y qué mejor que hacerlo de una figura tan importante y a la altura de los más grandes”.

Reconoce que “mis conocimientos de flamenco son casi nulos y recuerdo que cuando fuimos a grabar el primer concierto a Málaga me puse el disco ‘ArteSano’ en el coche y estaba bien, pero cuando en el concierto que estaba grabando un plano corto en el primer tema me quedé paralizado y hasta me distraje”. Sintió entonces “lo que llaman el pellizco. Y pensé que sin que el flamenco fuera una música que me llegara especialmente me hacía sentir eso y quedarme tan impresionado, qué no sentiría todo el público que estaba allí llenando el auditorio. Entonces pensé que este documental podría ser aún más bueno de lo que pensaba”.
Tanto tiempo junto al artista permite conocerle y Ortiz afirma que el documental muestra un rasgo esencial de su persona: el perfeccionismo. “Es una clave para entender hasta dónde ha llegado. Él se esfuerza mucho en todo lo que hace, siempre trata de aprender y exige lo mismo que da. A nosotros nos ha apretado mucho las tuercas y al final tenía razón porque nos ha demostrado que podíamos hacer mejor aún las cosas sin que él esté familiarizado con el mundo audiovisual. Esto te explica cómo ha llegado a ser lo que es, su afán por hacer todo mejor y el gran respeto que le tiene al flamenco y la devoción que siente por el público”, relata.
Este documental es una producción autofinanciada, sin apoyos más allá de los recursos propios, una apuesta en la que “hemos invertido mucho tiempo y dinero, pues los beneficios de otros proyectos anteriores los hemos dedicado a esto. Lo hemos realizado con equipos HD y la calidad y la factura se aprecia y así lo han destacado la gente ya lo ha visto. Les ha sorprendido la calidad de imagen y el tratamiento del color, que es muy bueno y el sonido también está muy cuidado”.

Acerca del motivo por el que el Festival de Málaga es el punto de partida del largo recorrido que prevén desde Sarao Films, Ortiz expone que “teníamos muchas opciones para exhibirlo y podíamos haber ido por ejemplo al Festival de San Sebastián pero pensábamos que iba a tener más repercusión en Andalucía y más en Málaga siendo un festival de cine español, por lo que creímos que era el momento adecuado y al amparo de nuestra tierra. No obstante el documental es muy internacional y va a tener mucho recorrido”.
’13. Miguel Poveda’ se proyecta fuera de concurso en una sección especial y el ritmo de venta de entradas es bueno. En próximos días habrá un segundo pase y después pasará por más muestras cinematográficas. “Estamos dispuestos a estar en el Festival Iberoamericano de Huelva, en el de Sevilla, Barcelona, en el de Cante de las Minas de La Unión. Ahora se abre la veda con el tráiler y seguro que se van a interesar más por el documental. De hecho Canal Sur ya ha adquirido los derechos de emisión”, señala el director, que tiene más proyectos entre manos.
El siguiente trabajo es el documental sobre el desafío a remo España-México protagonizado por el explorador mexicano Abraham Levy, que atravesó el océano Atlántico desde Mazagón a Cancún sobre un bote oceánico con el único impulso de sus brazos en los remos. “Ha tenido una repercusión tremenda. Ya nos ha llegado el material que él ha ido grabando y es magnífico, muy completo. Es otra historia de superación”. Otro proyecto es una colección de retratos sobre el proceso de creación de las piezas de baile, en el que participa la bailarina y coreógrafa Rocío Molina.